Según el fallo de una sentencia a la que ha accedido este medio, fue hallado culpable de un delito continuado de amenazas, con el agravante de parentesco y la atenuante de reparación del daño, recibiendo una condena de un año, tres meses y un día de cárcel, con inhabilitación para el sufragio pasivo mientras dure la condena. También se le prohibió acercarse a menos de 200 metros de su víctima, su domicilio, trabajo o lugares que frecuente durante tres años y medio, y contactarla por cualquier medio por el mismo tiempo.