Los emprendedores chinos dejan de lado los restaurantes y los bazares para buscar nuevas fórmulas en el sector del comercio. Una experiencia pionera en Fort Pienc, la Chinatown de Barcelona, está consiguiendo que trabajen conjuntamente chinos y autóctonos.
Bueno, en este barrio tienen los típicos bazares y algún restaurante, pero también hay varios supermercados muy interesantes con productos chinos, una floristería, una casa de fotografia para bodas y eventos de todo tipo, una inmobiliaría, más de una agencia de viajes, la parafarmacia para productos también de medicina china, algún centro de acupuntura, un banco (hsbc, creo), una tienda grande de material de construcción y ferretería, tiendas de móviles e informática, una copistería, la mayoría de los bares tradicionales de la zona, .. pero mezclado con los negocios locales. En el ensanche hay muchísimos negocios. Casi cada portal de cada casa tiene un par.
Pasa un poco como con el "gaixample", que tiene una mayor densidad de negocios "gay-friendly", pero no de forma cerrada sino más bien difusa con algo más de concentración en alguna zona. Del mismo modo esto del "chinatown" queda también difuso y mezclado.
Hace unos años hubo una pelea de los comerciantes chinos contra las mafias en plena calle, en Trafalgar, que hasta tuvieron que ir los mossos a separarlos. Pero ya está.
Creo que la integración es buena. Son gente amable y la gente es amable con ellos, que yo sepa. No sé de conflictos. Van al médico si tienen problema de salud, los chavales van a los colegios e institutos públicos del barrio, y la propia configuración del ensanche con mucho pequeño comercio creo que ha favorecido la interrelación y la integración.
Un motivo más por el que creo que es mejor tener pequeño negocio de proximidad que no grandes superficies y centros comerciales anónimos en las afueras.
Si bien es conocido como "chinatown", desde el propio barrio no creo que se tenga tanto esa percepción. El barrio viene siendo el mismo. Que estos nuevos catalanes participen de la asociación de comerciantes del barrio es lo normal.
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Bueno, en este barrio tienen los típicos bazares y algún restaurante, pero también hay varios supermercados muy interesantes con productos chinos, una floristería, una casa de fotografia para bodas y eventos de todo tipo, una inmobiliaría, más de una agencia de viajes, la parafarmacia para productos también de medicina china, algún centro de acupuntura, un banco (hsbc, creo), una tienda grande de material de construcción y ferretería, tiendas de móviles e informática, una copistería, la mayoría de los bares tradicionales de la zona, .. pero mezclado con los negocios locales. En el ensanche hay muchísimos negocios. Casi cada portal de cada casa tiene un par.
Pasa un poco como con el "gaixample", que tiene una mayor densidad de negocios "gay-friendly", pero no de forma cerrada sino más bien difusa con algo más de concentración en alguna zona. Del mismo modo esto del "chinatown" queda también difuso y mezclado.
Hace unos años hubo una pelea de los comerciantes chinos contra las mafias en plena calle, en Trafalgar, que hasta tuvieron que ir los mossos a separarlos. Pero ya está.
Creo que la integración es buena. Son gente amable y la gente es amable con ellos, que yo sepa. No sé de conflictos. Van al médico si tienen problema de salud, los chavales van a los colegios e institutos públicos del barrio, y la propia configuración del ensanche con mucho pequeño comercio creo que ha favorecido la interrelación y la integración.
Un motivo más por el que creo que es mejor tener pequeño negocio de proximidad que no grandes superficies y centros comerciales anónimos en las afueras.
Si bien es conocido como "chinatown", desde el propio barrio no creo que se tenga tanto esa percepción. El barrio viene siendo el mismo. Que estos nuevos catalanes participen de la asociación de comerciantes del barrio es lo normal.