Las disputas se resuelven en las urnas, para saber cuántos somos todos. El pueblo catalán debe tener la posibilidad de decidir su futuro con una pregunta clara, unos procedimientos pactados y una consulta impecable. Mas no cumple si la pregunta es doble y alambicada, si no hay pacto y el procedimiento está viciado porque los vigilantes del proceso son parte del proceso, no son neutrales. El Gobierno y sus aliados tampoco cumplen al negarse a negociar una Hoja de Ruta.