Hace 4 años | Por Maddoctor a elcomercio.es
Publicado hace 4 años por Maddoctor a elcomercio.es

Cristina González Moya publicaba una carta en la red social el pasado 17 de agosto que días después compartió un trabajador público gijonés sin citar a la autora

Comentarios

Shinu

#3 Tendrían que enseñarle qué es la dignidad

D

El fin último de la escritora, que es dignificar la profesión de barrendero, se ha cumplido mejor de esta manera.

Aunque si es verdad que la copió, el barrendero debía al menos haber informado de ello. Supongo que la fama momentánea (y quizá la vergüenza de decir que era copia a toro pasado) le impidió admitir la verdad.

D

El barrendero que tenía un "negro".
A lo Ana Rosa Quintana.

TocTocToc

¿Alguien se creyó que eso lo había escrito realmente un barrendero?

santim123

#12 hay licenciados currando de barrendero

TocTocToc

#13 ¿Cuántos y licenciados en qué?

D

#14 Licenciados en barrer y fregar.

SalsaDeTomate

#14 En cualquier filología

HimiTsü

La vida, por lo que se vé, está llena de " minutos de gloria ".
A mi me parece bien que la reflexión haya tenido alas. E incluso que diga ahora la autora que " es suya ". Pero... que no quiere su minuto de gloria NO.
Menuda forma de cagarla .!

A

A los que conmovió la carta, era un engaño...
No la escribió un barrendero y quién la escribió tampoco era barrenero...
Prefiero algo real sin adornos antes que algo irreal lleno de adornos...

Mangus

Pues sigue en portada.@Admin

woody_alien

¿Y el enlace a la carta original está en ...?

#6 De momento la única prueba de plagio es una señora que dice que ... o al menos yo no la encuentro.

woody_alien

#9 ah, eso no sale en el enlace original. Gracias.

#0 Debería incluirlo en su escueta entradilla.

Mangus

#10 De nada

d

Entonces, ¿las anécdotas de la carta son ficción?

Vaya.

D

Que sucedan este tipo de cosas, lo que demuestra es que vivimos en un mundo artificial lleno de sensacionalismo y que todo es mentira. Si resulta que la carta de un barrendero no la ha escrito un barrendero, entonces ya no es una carta.

Ahora la escritora puede escribir otra carta para dignificar la profesión de los escritores.