Durante casi dos meses, el gobierno italiano ha eludido preguntas, desestimado acusaciones y cambiado su discurso ante la creciente presión de partidos de la oposición y activistas. Ahora, un punto de inflexión: El subsecretario Alfredo Mantovano ha admitido que los servicios de inteligencia italianos autorizaron la vigilancia con programas espía de los miembros de la ONG Mediterranea Saving Humans. Sin embargo, sigue habiendo un misterio crucial: ¿quién estaba detrás de la vigilancia del director de Fanpage.it, Francesco Cancellato?
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