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#12:
Acabo de leer esto y como me pilla con ganas de escribir, voy a soltar dos tochos que sólo pensarlos me golpean también en el pecho:
1. Mi tía. Una mujer que no fumaba, no bebía alcohol, ni siquiera era "mayor", apenas 65 años, profesora de Medicina durante 30 años, una vida más o menos activa y sana en cuanto a comida...y una noche durmiendo con mi tío, también médico, la nota convulsionar...y se acabó. No dio tiempo a llegar al hospital, ya estaba vegetal para entonces. Sin ningún aviso, nada. Por suerte dentro de todo lo malo, en Andalucía se puede (podía, no sé si ha cambiado con el PP) retirar la asistencia vital y dejarla ir. La idea de mantenerla en la cama años nos torturaba a todos, especialmente a mi tío.
2. Mi padre (hermano del tío que hablo). Estaba gordo, vale. Tenía problemas respiratorios, apnea del sueño, vale. Seguía fumando el muy cabr*n, vale. Hasta yo dejé de fumar para ver si cogía ejemplo y ánimo. Tenía su medicación para el corazón. Pero la depresión le pudo. Una depresión que le venía por tener 58 años y llevar 8 en paro, y 8 años de noes de empresas a las que enviaba su currículum de 30 años de trabajo, y rechazos uno detrás del siguiente. De sentirse inútil para la sociedad. De sentir que ya no vales. De decirme que lo único bueno que había hecho en su vida éramos sus hijos y que le daba vergüenza no poder ser un ejemplo de padre (aunque si lo era, desde luego). Se dejó morir, vaya. De un día para otro (teniendo en cuenta lo anterior), va a desayunar y al volver a casa se cae al suelo, y adiós. Infarto fulminante. Se acabó.
En ambos casos sus vidas cambiaron porque terminaron, pero en ambos casos nos cambió la vida al resto de la familia por vivir algo así, tan repentino, tan duro, y sin avisar. Joder, lo escribo y se me encoge la cara de pensarlo. Son muertes silenciosas que te golpean en toda la cara sin que puedas hacer nada más. Incluso si te cuidas como mi tía, y hasta gente de mi edad que no llego a los 40 que les da un leñazo y también fuera, hasta deportistas.
Este es el tipo de cosas en las que habría que invertir todo el dinero del mundo para investigar y buscarles aunque sea una respuesta, porque yo después de dos años y pico todavía me pregunto porqué mi padre no consiguió llegar a casa después de desayunar.
Cuidarse, aunque sea.
1. Mi tía. Una mujer que no fumaba, no bebía alcohol, ni siquiera era "mayor", apenas 65 años, profesora de Medicina durante 30 años, una vida más o menos activa y sana en cuanto a comida...y una noche durmiendo con mi tío, también médico, la nota convulsionar...y se acabó. No dio tiempo a llegar al hospital, ya estaba vegetal para entonces. Sin ningún aviso, nada. Por suerte dentro de todo lo malo, en Andalucía se puede (podía, no sé si ha cambiado con el PP) retirar la asistencia vital y dejarla ir. La idea de mantenerla en la cama años nos torturaba a todos, especialmente a mi tío.
2. Mi padre (hermano del tío que hablo). Estaba gordo, vale. Tenía problemas respiratorios, apnea del sueño, vale. Seguía fumando el muy cabr*n, vale. Hasta yo dejé de fumar para ver si cogía ejemplo y ánimo. Tenía su medicación para el corazón. Pero la depresión le pudo. Una depresión que le venía por tener 58 años y llevar 8 en paro, y 8 años de noes de empresas a las que enviaba su currículum de 30 años de trabajo, y rechazos uno detrás del siguiente. De sentirse inútil para la sociedad. De sentir que ya no vales. De decirme que lo único bueno que había hecho en su vida éramos sus hijos y que le daba vergüenza no poder ser un ejemplo de padre (aunque si lo era, desde luego). Se dejó morir, vaya. De un día para otro (teniendo en cuenta lo anterior), va a desayunar y al volver a casa se cae al suelo, y adiós. Infarto fulminante. Se acabó.
En ambos casos sus vidas cambiaron porque terminaron, pero en ambos casos nos cambió la vida al resto de la familia por vivir algo así, tan repentino, tan duro, y sin avisar. Joder, lo escribo y se me encoge la cara de pensarlo. Son muertes silenciosas que te golpean en toda la cara sin que puedas hacer nada más. Incluso si te cuidas como mi tía, y hasta gente de mi edad que no llego a los 40 que les da un leñazo y también fuera, hasta deportistas.
Este es el tipo de cosas en las que habría que invertir todo el dinero del mundo para investigar y buscarles aunque sea una respuesta, porque yo después de dos años y pico todavía me pregunto porqué mi padre no consiguió llegar a casa después de desayunar.
Cuidarse, aunque sea.
#9:
#7 Es un antiguo meneante.
Me lo acaba de pasar por Telegram que no lo había visto.
Un día dormí en su casa tras una kdd de meneantes en MadriZ cuando cambio la administración. Creo que no dormí toda la ni he de las batallitas que nos pusimos a contar juntos
Ahora estoy hablando con el en Telegram.
Una mente privilegiada que ahora está en otra etapa de su vida. Agradeciéndole por contarlo, agradeciéndole a su esposa que no conozco. Dándole algún consejo de cosas que no he vivido
Me lo acaba de pasar por Telegram que no lo había visto.
Un día dormí en su casa tras una kdd de meneantes en MadriZ cuando cambio la administración. Creo que no dormí toda la ni he de las batallitas que nos pusimos a contar juntos
Ahora estoy hablando con el en Telegram.
Una mente privilegiada que ahora está en otra etapa de su vida. Agradeciéndole por contarlo, agradeciéndole a su esposa que no conozco. Dándole algún consejo de cosas que no he vivido
#29:
#1 Me cuelgo del primer comentario para dar máxima visibilidad a este video sobre cómo reconocer los síntomas de íctus y acudir rápidamente a urgencias.
Es una producción en español del gobierno de Massachussets. (Le falta decir donde ir si no puedes pagar las urgencias)
Stroke = íctus
https://www.youtube.com/watch?v=HM8YDfwPFWk
Es una producción en español del gobierno de Massachussets. (Le falta decir donde ir si no puedes pagar las urgencias)
Stroke = íctus
https://www.youtube.com/watch?v=HM8YDfwPFWk
#21:
Yo tuve uno en el 2013... En la Argentina se los llama ACV (accidente cerebro vascular) en ese momento aprendí que hay 2 tipos de ACV el que se produce por derrames (los realmente serios) y los que se producen por coágulos (suelen ser más suaves y menos dañinos). Yo tuve el segundo.
Fue el día de mi cumpleaños... Esa noche venían casi 30 personas a comer pizzas a la parrilla a casa, volví temprano del trabajo y tras algunos preparativos me tiré a dormir una siesta junto a mi hija pequeña para que estuviera descansada en la reunión.
Con mi hija antes de dormir siempre inventábamos un cuento de una princesa que vivía en un bosque en el que yo iba relatando la historia y ella completaba palabras. Siempre era el mismo escenario, los mismos personajes en distintas aventuras que ella narraba conmigo.
En un momento, mi hija dice su parte del cuento y yo quería seguir y no podía, estaba duro en la cama, sin poder hablar mirando a mi hija de 2 años y algo que me decía: "Vos papá... Te toca a vos papá" ni siquiera pude angustiarme, no desesperarme... Ni entender lo que me pasaba.
No sé cuánto tiempo después sentí cómo si me despertara de golpe, como si me hubiera asustado en un sueño... Me tembló el cuerpo y mi cerebro buscaba ubicarse en tiempo y espacio. Tras unos segundos me levanté y fui a la cocina, mi esposa me miraba y me decía "¿Qué te pasa?" Repetidamente, yo no podía hablar, mi hija mayor le dice "a papá le pasa algo, tiene la cara rara".
Me tiré en el sofá del comedor y llaman a mi hermana que es instrumentadora quirúrgica, nada que ver con lo mío pero era la única que podía seguramente pensar en claro. Yo a esta altura, entre 15 minutos y media hora después ya podía hablar... Mal, muy mal, pero hablaba. Me costaba modular, decir las palabras, era como si tuviera piedras en la boca.
Mi hermana llamó a un neurólogo amigo que por teléfono comenzó a hacerme preguntas. Yo recordaba todo lo que acabo de narrar pero obviamente no podía poner "tiempo" a nada, todo para mí podría haber pasado en segundos, minutos u horas.
Lo que sí me quedé bloqueado en una cosa que repetía constantemente "viene gente a comer a casa". El médico me tuvo al teléfono durante casi una hora (esto lo recuerdo porque miraba el reloj del salón pensando que me tenía que ir a cocinar) mientras mi hermana me hacía exploraciones y testeos que él le pedía. De a poco iba recuperando el habla normalmente.
Cómo nunca perdí el conocimiento el médico (por la amistad con mi hermana de años) me autorizó a quedarme en casa (por extraño que suene) me dijo "Tomate unos vinos para licuar la sangre, no te expongas al fuego de la parrilla y mañana a las 8 de la mañana estás en el hospital, dormí tranquilo")
Al día siguiente en el escáner se vieron los coágulos, eran 2... Uno muy chiquito que no llevaba peligro y otro que era más complicado, me medicaron y me avisaron que dentro de las 48 ha seguramente iba a tener otro episodio porque por la medicación el coágulo se iba a mover. El segundo episodio fui muy corto a las 36 hs más o menos.
Hasta acá llego con mi historia, con los días todo fue empeorando, lo que aparentemente estaba superado comenzó a mostrar secuelas que tuve que aprender a llevar más de 2 años en mi vida. Hoy estoy 100% si obviamos ciertas cosas que no puedo hacer y con las que aprendí a vivir sin hacerlas.
La recuperación tal vez mañana la cuente...
Fue el día de mi cumpleaños... Esa noche venían casi 30 personas a comer pizzas a la parrilla a casa, volví temprano del trabajo y tras algunos preparativos me tiré a dormir una siesta junto a mi hija pequeña para que estuviera descansada en la reunión.
Con mi hija antes de dormir siempre inventábamos un cuento de una princesa que vivía en un bosque en el que yo iba relatando la historia y ella completaba palabras. Siempre era el mismo escenario, los mismos personajes en distintas aventuras que ella narraba conmigo.
En un momento, mi hija dice su parte del cuento y yo quería seguir y no podía, estaba duro en la cama, sin poder hablar mirando a mi hija de 2 años y algo que me decía: "Vos papá... Te toca a vos papá" ni siquiera pude angustiarme, no desesperarme... Ni entender lo que me pasaba.
No sé cuánto tiempo después sentí cómo si me despertara de golpe, como si me hubiera asustado en un sueño... Me tembló el cuerpo y mi cerebro buscaba ubicarse en tiempo y espacio. Tras unos segundos me levanté y fui a la cocina, mi esposa me miraba y me decía "¿Qué te pasa?" Repetidamente, yo no podía hablar, mi hija mayor le dice "a papá le pasa algo, tiene la cara rara".
Me tiré en el sofá del comedor y llaman a mi hermana que es instrumentadora quirúrgica, nada que ver con lo mío pero era la única que podía seguramente pensar en claro. Yo a esta altura, entre 15 minutos y media hora después ya podía hablar... Mal, muy mal, pero hablaba. Me costaba modular, decir las palabras, era como si tuviera piedras en la boca.
Mi hermana llamó a un neurólogo amigo que por teléfono comenzó a hacerme preguntas. Yo recordaba todo lo que acabo de narrar pero obviamente no podía poner "tiempo" a nada, todo para mí podría haber pasado en segundos, minutos u horas.
Lo que sí me quedé bloqueado en una cosa que repetía constantemente "viene gente a comer a casa". El médico me tuvo al teléfono durante casi una hora (esto lo recuerdo porque miraba el reloj del salón pensando que me tenía que ir a cocinar) mientras mi hermana me hacía exploraciones y testeos que él le pedía. De a poco iba recuperando el habla normalmente.
Cómo nunca perdí el conocimiento el médico (por la amistad con mi hermana de años) me autorizó a quedarme en casa (por extraño que suene) me dijo "Tomate unos vinos para licuar la sangre, no te expongas al fuego de la parrilla y mañana a las 8 de la mañana estás en el hospital, dormí tranquilo")
Al día siguiente en el escáner se vieron los coágulos, eran 2... Uno muy chiquito que no llevaba peligro y otro que era más complicado, me medicaron y me avisaron que dentro de las 48 ha seguramente iba a tener otro episodio porque por la medicación el coágulo se iba a mover. El segundo episodio fui muy corto a las 36 hs más o menos.
Hasta acá llego con mi historia, con los días todo fue empeorando, lo que aparentemente estaba superado comenzó a mostrar secuelas que tuve que aprender a llevar más de 2 años en mi vida. Hoy estoy 100% si obviamos ciertas cosas que no puedo hacer y con las que aprendí a vivir sin hacerlas.
La recuperación tal vez mañana la cuente...
#3:
Es una putada. Aparentemente no tienes nada y la gente piensa que estás bien o te lo inventas, pero la mente funciona de 7 a 10 veces más lenta.
A nivel laboral el EVI solo quiere informes médicos, cuando un ACV muchas veces no deja huellas visibles así que el neurólogo te abandona diciendo que no puede hacer más y quién te trata realmente es un psicologo, así que conseguir la incapacidad es tarea complicada.
A nivel laboral el EVI solo quiere informes médicos, cuando un ACV muchas veces no deja huellas visibles así que el neurólogo te abandona diciendo que no puede hacer más y quién te trata realmente es un psicologo, así que conseguir la incapacidad es tarea complicada.
Comentarios
Acabo de leer esto y como me pilla con ganas de escribir, voy a soltar dos tochos que sólo pensarlos me golpean también en el pecho:
1. Mi tía. Una mujer que no fumaba, no bebía alcohol, ni siquiera era "mayor", apenas 65 años, profesora de Medicina durante 30 años, una vida más o menos activa y sana en cuanto a comida...y una noche durmiendo con mi tío, también médico, la nota convulsionar...y se acabó. No dio tiempo a llegar al hospital, ya estaba vegetal para entonces. Sin ningún aviso, nada. Por suerte dentro de todo lo malo, en Andalucía se puede (podía, no sé si ha cambiado con el PP) retirar la asistencia vital y dejarla ir. La idea de mantenerla en la cama años nos torturaba a todos, especialmente a mi tío.
2. Mi padre (hermano del tío que hablo). Estaba gordo, vale. Tenía problemas respiratorios, apnea del sueño, vale. Seguía fumando el muy cabr*n, vale. Hasta yo dejé de fumar para ver si cogía ejemplo y ánimo. Tenía su medicación para el corazón. Pero la depresión le pudo. Una depresión que le venía por tener 58 años y llevar 8 en paro, y 8 años de noes de empresas a las que enviaba su currículum de 30 años de trabajo, y rechazos uno detrás del siguiente. De sentirse inútil para la sociedad. De sentir que ya no vales. De decirme que lo único bueno que había hecho en su vida éramos sus hijos y que le daba vergüenza no poder ser un ejemplo de padre (aunque si lo era, desde luego). Se dejó morir, vaya. De un día para otro (teniendo en cuenta lo anterior), va a desayunar y al volver a casa se cae al suelo, y adiós. Infarto fulminante. Se acabó.
En ambos casos sus vidas cambiaron porque terminaron, pero en ambos casos nos cambió la vida al resto de la familia por vivir algo así, tan repentino, tan duro, y sin avisar. Joder, lo escribo y se me encoge la cara de pensarlo. Son muertes silenciosas que te golpean en toda la cara sin que puedas hacer nada más. Incluso si te cuidas como mi tía, y hasta gente de mi edad que no llego a los 40 que les da un leñazo y también fuera, hasta deportistas.
Este es el tipo de cosas en las que habría que invertir todo el dinero del mundo para investigar y buscarles aunque sea una respuesta, porque yo después de dos años y pico todavía me pregunto porqué mi padre no consiguió llegar a casa después de desayunar.
Cuidarse, aunque sea.
#12 Gracias por compartirlo... Se me encoge la cara hasta a mí leyéndote. Lo lamento mucho, me hago una idea muy clara de la tremenda frustración y tristeza. En mi caso fue a mis dos abuelos maternos, cada uno de ellos en su momento, ya mayores; a ninguno les fulminó, pero les dejó unas cuantas horas, así que al menos me pude despedir en el hospital, aunque creyera que era solo hasta la mañana siguiente.
Es terrible lo que dices además del dinero y la investigación... tenemos la capacidad pero no parecemos ser capaces de sacarlo adelante, como con tantas otras cosas.
#13 ojalá hubiera podido yo despedirme no ya de mi tía, que de hecho me pilló de viaje y no quise ir al hospital porque era para nada (estaba vegetal), sino a mi padre, con el que había quedado para comer el lunes y cayó un viernes. Por suerte durante años me empeñé en pasar tiempo con el nada mas podía, en mis descansos de trabajo, o llevármelo de viaje. Yo lo llamo no tener "deudas de tiempo". Eso me reconforta. Poco, pero lo hace. Es lo que siempre recomiendo a todos mis amigos que ya van teniendo a sus padres con una edad.
Y gracias por tu respuesta.
#14 Muchísimo ánimo, la verdad. Yo también tengo ese miedo de que mis padres (con los que todavía convivo) se vayan al otro barrio de la noche a la mañana.
Y no solo mis padres,si no yo mismo. Ya conté que en casi 2 años he sufrido palpitaciones, apnea, hipotiroidismo, bruxismo, hipertensión (y todo parece ser correlacionado en este orden: hipotiroidismo-bocio-apnea-hipertensión-palpitaciones). Y llevo ya desde entonces con ese runrun que no se me va, en la que me parece que me va a dar un infarto de un momento a otro.
Creo que debo de tener tu edad o por ahí. Mi fobia además se ve magnificada precisamente, por un caso relativamente reciente de paisano deportista y sanote que con 39 años se fue al hoyo (se durmió en el sofa y nunca despertó).
#16 36 tengo yo, y desde ambas situaciones me cuido más, sobre todo dejar de fumar y evitar estar muchas horas en la misma silla en la que trabajo, pero te entiendo perfectamente porque después de ver cosas así, te planteas si algún día también te tocará y cómo y ya no a ti, sino a gente cercana.
Si fuera tú, como consejo...pasa tiempo con los tuyos. No hay nada que yo agradezca más que no haber perdido el tiempo lejos de mi padre y mi tía y no tener remordimientos de no haber estado con ellos. Lo agradecerás después
Y ánimo también
#18 36 cumplo en un par de semanas. Aunque no soy ningún Miguel Angel, llevo haciendo deporte desde hace 15 años ya y una analíticas muy buenas. Pero desde el covid me empezó todo esto y aunque las analíticas han sido muy buenas (me las hago cada 6 meses, por la tiroides), mi tensión no ha vuelto a ser la misma. Y aunque creo que duermo mejor (me tengo que ir ya para la cama), no sé si mi apnea ha mejorado (sufro de UARS, una enfermedad parecida a la apnea pero sin pérdida de oxígeno. Todo apunta a que mi bocio comprimía mi faringe, causando las apneas. Me estoy medicamendo y creo que ya ha reducido su tamaño).
.
Ya te digo. Hasta los 33 fetén (sin contar un apendice deforme y desviado que me tuvo dando por culo unos 15 años). Y luego, pues así.
Sobre los padres, es que en mi caso, quitando el tiempo que viví en el extranjero, llevo ya toda la puta vida viviendo con ellos (handicaps económicos y problemas familiares han impedido que pueda independizarme, aunque lo haré proximamente). Así creo que ya he estado demasiado con ellos
#19 nunca es demasiado tiempo
Y sobre la enfermedad...entiendo que te sientas así, pero veo que llevas una vida muy controlada así que de corazón (nunca mejor dicho) confío en que estarás bien para que no vivas ninguna ausencia prematura, ni siquiera la tuya
Un placer cruzar comentarios
#20 No, pero también debo tener mi vida independiente. Creo que ambas cosas deben de estar relacionadas.
Yo también te deseo la mejor y mucha suerte. No es que lleve una vida controlada, es que voy tirando intentando llevar el control de mi vida, cosa que no consigo mucho. Mismamente, estar a estas horas despierto tampoco es bueno para la salud, pero es que al estar los padres en casa, pues tengo poco tiempo para estar a solas. Una pescadilla que se muerde la cola.
Pero esperemos que vengan tiempos mejores. Cuídate.
#22 bueno si te sirve de algo, yo llevo 15 años viviendo por mi cuenta pero nunca he dejado de lado a la familia, y ahora que trabajo en casa es cuando más sólo me siento y bueno, no ayuda, pero tampoco está siendo la solución a muchas cosas que a veces te rondan la cabeza ("no tienes a nadie, nadie sabe si sigues vivo o no, la gente pasa de ti"...en fin).
Pero como siempre digo, no hay mal que cien años dure y verás como al menos si no tienes todas las riendas, al menos tienes alguna. Vendrán tiempos mejores
#12 Iker casilla tuvo un infarto con 35 años.
En mi pueblo un chaval de 27 años, no contestaba al telefono y sus padres estaba fuera. Al final abrieron y parece que le dio una muerte subita en la cama.
A los 20 años tenemos una probabilidad de morir de una entre 400. De media es de logica que cada años tenemos mas de 1 entre 100 de morir.
#19 llevo ya toda la puta vida viviendo con ellos (handicaps económicos y problemas familiares han impedido que pueda independizarme, aunque lo haré proximamente). Así creo que ya he estado demasiado con ello
En España es la situacion de mucha gente., divoriciados, precarios, etc.
Estar mucho en la casa de los padres tambien genera roces y es natural querer tener un vida propia. Aunque lo quieras mucho. Tambien hay relaciones mas tirantes entre padre e hijos.
#21 Muy interesante testimonio.
Algun medico podra decir si se hizo lo correcto.
En ictus( aqui tambien se llaman ACV) es importante la rapidez. A lo mejor en lugar de tenerte al telefono o explorarte, debian haberte llevado al hospital, por si empeorabas de repente.
En Argentina, a l mejor el hospital no estaba tan cerca..
#41 En Argentina los médicos son más importantes que los medios. Simplemente porque en la sanidad pública los medios son muy limitados. Por suerte es así ya que con sus limitaciones siempre desarrollan conocimientos nuevos en su carrera, la necesidad fomenta el ingenio.
Por la hora, el lugar y varias circunstancias más me habrían llevado al hospital, me habrían tenido controlado un par de horas y me hubieran mandado para casa hasta el otro día. Fui el primero en entrar al escáner esa mañana.
Cuando me padre se infartó en España mi hermana no podía creer que a las 2 de la mañana le iban a hacer un cateterismo, que a las 2:45 más o menos no daban el resultado y que metieran en un quirófano a una persona de 86 años con el corazón en su estado para operarlo. En Argentina eso es imposible.
Ahí tienes un ejemplo de las 2 caras de una misma moneda, capacidad, ingenio y creatividad vs capacidad y tecnología
No me atrevo a decir si una es mejor que otra
#42 Yo tambien echo de menos mas ojo clinico en los medicos españoles. Muchas veces parece que sin maquinas no pueden hacer nada.
No estoy seguro que la falta de recursos ayude a mejorarlo.
#41 ¿ El infarto no fue con 37? Luego están casos más sonados, como ese jugador de futbol que murió a los 26 años de muerte súbita, mientras hablaba por teléfono con su novia.
En mi pueblo hace unos años, un chaval de 17 años murió por un aneurisma.
Otro que murió infartado durmiendo, fue Pedro Reyes.
#12 Vaya, lo siento. Quienes hemos sufrido la muerte repentina, sin aviso previo, de un ser querido, lo entendemos perfectamente. 15 años hace ya de mi madre y aún no entiendo no cómo ni por qué. Y si, obviamente cambia la vida, la mentalidad y el comportamiento de todos los de alrededor. Mucho animo.
Es una putada. Aparentemente no tienes nada y la gente piensa que estás bien o te lo inventas, pero la mente funciona de 7 a 10 veces más lenta.
A nivel laboral el EVI solo quiere informes médicos, cuando un ACV muchas veces no deja huellas visibles así que el neurólogo te abandona diciendo que no puede hacer más y quién te trata realmente es un psicologo, así que conseguir la incapacidad es tarea complicada.
Yo tuve uno en el 2013... En la Argentina se los llama ACV (accidente cerebro vascular) en ese momento aprendí que hay 2 tipos de ACV el que se produce por derrames (los realmente serios) y los que se producen por coágulos (suelen ser más suaves y menos dañinos). Yo tuve el segundo.
Fue el día de mi cumpleaños... Esa noche venían casi 30 personas a comer pizzas a la parrilla a casa, volví temprano del trabajo y tras algunos preparativos me tiré a dormir una siesta junto a mi hija pequeña para que estuviera descansada en la reunión.
Con mi hija antes de dormir siempre inventábamos un cuento de una princesa que vivía en un bosque en el que yo iba relatando la historia y ella completaba palabras. Siempre era el mismo escenario, los mismos personajes en distintas aventuras que ella narraba conmigo.
En un momento, mi hija dice su parte del cuento y yo quería seguir y no podía, estaba duro en la cama, sin poder hablar mirando a mi hija de 2 años y algo que me decía: "Vos papá... Te toca a vos papá" ni siquiera pude angustiarme, no desesperarme... Ni entender lo que me pasaba.
No sé cuánto tiempo después sentí cómo si me despertara de golpe, como si me hubiera asustado en un sueño... Me tembló el cuerpo y mi cerebro buscaba ubicarse en tiempo y espacio. Tras unos segundos me levanté y fui a la cocina, mi esposa me miraba y me decía "¿Qué te pasa?" Repetidamente, yo no podía hablar, mi hija mayor le dice "a papá le pasa algo, tiene la cara rara".
Me tiré en el sofá del comedor y llaman a mi hermana que es instrumentadora quirúrgica, nada que ver con lo mío pero era la única que podía seguramente pensar en claro. Yo a esta altura, entre 15 minutos y media hora después ya podía hablar... Mal, muy mal, pero hablaba. Me costaba modular, decir las palabras, era como si tuviera piedras en la boca.
Mi hermana llamó a un neurólogo amigo que por teléfono comenzó a hacerme preguntas. Yo recordaba todo lo que acabo de narrar pero obviamente no podía poner "tiempo" a nada, todo para mí podría haber pasado en segundos, minutos u horas.
Lo que sí me quedé bloqueado en una cosa que repetía constantemente "viene gente a comer a casa". El médico me tuvo al teléfono durante casi una hora (esto lo recuerdo porque miraba el reloj del salón pensando que me tenía que ir a cocinar) mientras mi hermana me hacía exploraciones y testeos que él le pedía. De a poco iba recuperando el habla normalmente.
Cómo nunca perdí el conocimiento el médico (por la amistad con mi hermana de años) me autorizó a quedarme en casa (por extraño que suene) me dijo "Tomate unos vinos para licuar la sangre, no te expongas al fuego de la parrilla y mañana a las 8 de la mañana estás en el hospital, dormí tranquilo")
Al día siguiente en el escáner se vieron los coágulos, eran 2... Uno muy chiquito que no llevaba peligro y otro que era más complicado, me medicaron y me avisaron que dentro de las 48 ha seguramente iba a tener otro episodio porque por la medicación el coágulo se iba a mover. El segundo episodio fui muy corto a las 36 hs más o menos.
Hasta acá llego con mi historia, con los días todo fue empeorando, lo que aparentemente estaba superado comenzó a mostrar secuelas que tuve que aprender a llevar más de 2 años en mi vida. Hoy estoy 100% si obviamos ciertas cosas que no puedo hacer y con las que aprendí a vivir sin hacerlas.
La recuperación tal vez mañana la cuente...
#21 Me ha sorprendido que te quedaras en casa esa noche y que te recomendara tomar vino en lugar de media aspirina. Realmente es una urgencia hospitalaria.
Espero que te vaya muy bien y no te hayan quedado secuelas.
#27 La historia es tal cual la conté, recuerda que era el día de mi cumpleaños, yo estaba bloqueado en ese tema y que te digan "tomate un vino" es como decirte relajá...
Secuelas tuve varias, muchas siguen hoy todavía conmigo.
#21 Voy a terminar de contar la historia... Arrancamos el sábado a la mañana después del escáner:
Comienzo a tomar la medicación esperando que el siguiente episodio no llegue, ¿La cabeza? Bien... ¿El cuerpo? Bien... Pero raro, sentía un cosquilleo constante en todos lados, como si fuera el comienzo de un calambre constante. No llegaba a ser incómodo pero era molesto.
Esos días vinieron muchos familiares y amigos a verme, en realidad era para aliviar a mi esposa y mis hijas para entretenerme. El domingo tuve el segundo episodio fue corto, solo el novio de mi prima se dió cuenta.
El lunes ya comencé a sentirme lento, nada iba a ritmo normal, mis pasos ya no eran firmes, mi memoria frágil y mis decisiones eternas. Al principio le eché la culpa a la medicación, el tiempo demostró que por lo menos en un 50% equivocado
Siempre me gustaron las herramientas y hacer cosas, tenía una empresa de decoración muy importante en Bs As y el 22 de enero habíamos cerrado 2 contratos muy duros para hacer 2 lugares gastronómicos en un barrio muy bueno de Capital Federal, nos fuimos a dormir con un montón de Dinero en pesos de señas.
El 23 por la mañana algo nos hizo recordar que estábamos en la Argentina. De la nada y sin esperarlo corrida Bancaria, el dólar se dispara casi un 40% en un día y nosotros con un montón de pesos que no alcanzaban ni para dar ahora los anticipos a proveedores. Un día de locos y a las 6 de la tarde mi socio me "recuerda" que él ese día se va de vacaciones... Nunca lo había mencionado, obviamente estaba huyendo por no resistir la presión.
Los días siguientes fueron una locura, pero logré encaminar todo y frené el 14 temprano porque era mi cumpleaños. Ahí exploté.
Pasé de hacer de todo, de estar colgado a 20 metros de altura colocando un telón, de subirme a 6 metros con una escalera para poner cortinas a no poder poner un tornillo en una madera con un atornillador eléctrico, no tenía la fuerza suficiente para apretar un botón y empujar hacia abajo. A todo esto cada vez sentía que el mundo pasaba más lento, y ahí empecé a notar 2 cosas negativas:
La gente me hablaba con piedad.
A todo me decían "ya lo hablo con los chicos" lo que antes era indispensable hablar conmigo ahora lo evitaban.
En el próximo comentario voy con la recuperación
#38 Los síntomas empeoraron y la recuperación fue muy larga, 10 días después del ACV el Real Madrid jugaba un partido de Champions, los chicos que trabajaban conmigo me insiste que vaya a verlo con ellos, la empresa tenía un salón con TV y consolas para los empleados. Y ahí hacíamos reuniones y cenas todos los días.
Fui temprano y a medida que pasaba el tiempo para el partido me empecé a sentir incómodo, el ruido, las risas, la gente... Así que decido irme a mi casa, a 3 calles, para ver el partido en la cama tranquilo. Cuando llego a casa me meto en la cama, pongo el partido y el relator dice "comienza el segundo tiempo". Ese fue el quiebre. Muy duro... En caminar 2 calles y subir 2 pisos por escalera había tardado casi una hora y media.
Ahí asumí mi realidad, no tenía más opción, entendí la reacción de la gente y la preocupación de los que estaban a mi lado. En ese momento tomé 3 decisiones drásticas:
1) Regalar la empresa a mi socio con la condición de quedarme yo con una sucursal, la que estaba cerca de casa.
2) dejar de tomar la medicación, después de tirarla a la basura llamé al médico para avisarle. Después de una dura conversación y bajo mi responsabilidad terminó con un "hace lo que quieras"
3) a partir de ese día comenzaba un trabajo duro, con una mujer como ejemplo de esfuerzo.
Cuando volví a vivir a Argentina todos los días a las 7 de la mañana cuando salía de casa me cruzaba con una mujer que se notaba que había tenido un ACV. Esa señora caminaba por el barrio subiendo y bajando el bordillo de la calle con un pierna, volvía subiendo y bajando con la otra.
La primera vez que la Vi me asombró lo lento que lo hacía y siempre pensaba que eso lle llevaría (viviendo relativamente cerca) 3 o 4 horas de ejercicio diario. O más.
Así hice yo, comencé a hacer esfuerzos, los brazos no me respondían, un día estuve más de 3 horas para poder poner un tornillo en una madera en el punto señalado y recto, se me caía, no entraba o lo hacía torcido... Cuando lo hice me senté y me emocióné.
Al otro día lo mismo, un punto en una madera, un tornillo, la atornilladota y yo... No fue muy distinto, durante samanas no fue muy distinto, hasta que me di cuenta del error, cuando ponía uno me iba y no... Ahí había que comenzar con el segundo, y el tercero... Mi jornada laboral era de entre 10 y 14 horas diarias, no iba a hacer el máximo, pero no me iba a ir antes del mínimo.
Los meses siguientes mientras mi socio desmontaba la sucursal yo me iba armando un nuevo local, un restaurante, que no tenía ni permiso ni habilitación ni fecha de apertura. Durante un año (me enteré mucho después) fui viviendo con lo que me quedaba de la empresa de decoración (cada vez era menos) y con lo que mis amigos de la infancia le daban a mi esposa a escondidas mío.
El esfuerzo comenzó a dar sus frutos, ya casi al año del ACV el restaurante tomaba forma, mi cuerpo se movia para donde yo quería aunque lento y no siempre preciso, los ejercicios iban subiendo de intencidad, lo que antes era a una altura cómoda pasó a ser trabajo agachado, tirado en el piso, subido a una escalera, todo era un mundo imposible al principio. Después venían los progresos.
Hoy en día tengo secuelas mínimas que ya no intento terminar. No puedo hacer nada con los brazos en alto, cambiar un foco del techo es agotador, no puedo hacer mucho arrodillado, y mucho menos puedo hacer cosas arrodillado y con los brazos en alto
Una de mis premisas es que la recuperación no terminó y me sigo exigiendo todos los días al máximo y pasando límites, la pandemia y su confinamiento hicieron de mi algo deplorable, retrocedí años en mis movimientos y esfuerzos soportables.
Al contrario de lo que le pasó al señor de esta nota yo no perdí mi función multitask, pero no me la permito, el agotamiento que me produce (no es mental) es físico, quedó como si me hubieran dado una paliza. Ahora hago 20 cosas al mismo tiempo pero mi atención y esfuerzo se concentran en 1, el resto que espere.
Tuve la suerte de poder darme cuenta rápido de mi realidad, de mi problema y de mi solución... Me salvó esa señora que durante años ví esforzarce en silencio con frío, lluvia, calor de día o de noche.
En el 2017 antes de volverme a España me animé y se lo dije, ella estaba hablando con una señora casualmente de su recuperación, yo estaba a 1 metro de ella comprando en un kiosco, escuché la conversación, pedí permiso y le solté
"Usted no lo sabe, pero no solo consiguió su recuperación, también consiguió la mía. Durante años la Vi en silencio esforzarce por mejorar, y cuando me pasó todas las mañanas cuando me levantaba pensaba en usted y al acostarme pensaba en usted... Quería darle las gracias por eso"
Recuerdo el díalogo porque durante meses lo pensé sin animarme a decirlo, y lo escupí como un discurso duro, rígido y sin pausa.
Después de eso ella me abrazó y lloró y como ella me había acompañado en mi recuperación yo la acompañé en ese momento.
Y lloramos juntos
#39 Increible historia, gracias por compartirla.
Te deseo lo mejor. Un abrazo.
Tuvo mala suerte, pero también tuvo algo de buena suerte. El único caso de Ictus que he vivido de cerca fue el de una amiga de la familia a la que siempre traté como si fuese mi propia tía, con algo más de 50 sufrió un ictus y pensábamos que no salía de esa, pero sobrevivió, aunque nunca volvió a ser la misma.
Perdió el control de gran parte del cuerpo y tardó años en recuperarlo, perdió el habla casi por completo y le costó mucho tiempo adquirir un vocabulario mínimo que apenas la ayudaba a expresarse. Murió hace algún tiempo y cada vez que la recuerdo prefiero hacerlo como cuando era joven.
Un Ictus lo cambia todo, pero sólo hay dos opciones, luchar o rendirse del todo.
Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Asumir esta nueva realidad me supuso un duelo y una depresión que me llevó nuevamente a urgencias. Se me cayó el mundo encima. Tenía que renunciar a intentar ser el mismo de antes.
Este tipo de frases son erróneas. Mientras gastamos cantidades de dinero inmensas en armamento para matarnos los unos a los otros, hay muchísimos problemas de salud que quedan sin investigar, y que a veces damos por "imposible", pero en realidad se pueden curar pero aún no se sabe como.
Yo prefiero decir las cosas como son: el dinero para investigar la posible cura está siendo gastando en destruir Ucrania.
Me llamarán "demagogo" y expresiones parecidas, pero es lo que pasa, para investigación hay poquísimo dinero y para inventar, fabricar y usar todo tipo de armamento para matar personas, nunca falta.
#10 Es una frase cierta para el avance que hoy tiene la ciencia en el tema. Todo lo otro que mencionas puede ser cierto también, pero creo que no viene a cuento de este artículo.
#25: A mí lo que no me gusta es el enfoque de "no se puede hacer nada", como mucho se podría decir "no se sabe si no se puede hacer nada", probablemente sí se pueda hacer mucho, pero no tenemos la tecnología necesaria porque destinamos los recursos a guerras y armamento, no a investigación y salud.
A lo mejor suena muy brusco, pero es así, a nivel de la humanidad estamos gastando el dinero en autodestruirnos.
Menuda putada. Y que huevos tiene esta persona.
Bueno, a este le dió como le dió. Un ictus, dependiendo de la zona del cerebro donde te dé, tiene unas consecuencias u otras...
Recuerdo a mi suegro, cuando le dió, solo le afectó a la visión. Veía cosas que él sabía que no podían ser; el retrete desmoronándose, el suelo hundiéndose bajo sus pies, o nuestras cabezas como llamas de cerillas. Le afectó la parte del cerebro que interpreta la vista. Después de algún tiempo, lo único que le quedó fue que parte de la visión periférica se le quedó en negro, un año después, lo compensó y ahora ve perfectamente (o eso dice él).
Este hombre contó su caso en el canal de Telegram de música clásica de Superaudion hace ya unas semanas. Y flipamos en colores.
#7 Es un antiguo meneante.
Me lo acaba de pasar por Telegram que no lo había visto.
Un día dormí en su casa tras una kdd de meneantes en MadriZ cuando cambio la administración. Creo que no dormí toda la ni he de las batallitas que nos pusimos a contar juntos
Ahora estoy hablando con el en Telegram.
Una mente privilegiada que ahora está en otra etapa de su vida. Agradeciéndole por contarlo, agradeciéndole a su esposa que no conozco. Dándole algún consejo de cosas que no he vivido
#7 Link, please.
#30 https://t.me/Superaudion_Classic_Music
Tiene que ser una situación muy complicada de sobrellevar tanto personalmente como para las personas de alrededor.
#1 Me cuelgo del primer comentario para dar máxima visibilidad a este video sobre cómo reconocer los síntomas de íctus y acudir rápidamente a urgencias.
Es una producción en español del gobierno de Massachussets. (Le falta decir donde ir si no puedes pagar las urgencias)
Stroke = íctus
Creo se refiere a este tema de Haendel Aria de Xerxes Oh Mai fu
Pues la redacción y el escrito es de diez.
Joder. Que horrible. Dan ganas de aprender a meditar y volverse un sudapollista. El estres es una causa de esta mierda
Gracias por compartirlo!
Cambio no, cambió.
#5 Esa falta y otras cosillas raras están en el artículo así que tal vez esté hecho adrede.
Los últimos tres años he llevado 24 horas camisetas de manga larga térmicas y calzoncillos largos térmicos, de los que usan los esquiadores, incluso en verano.
Ostras, sabía que los ictus provocaban graves daños en el tejido cerebral, pero jamás me los imaginé así de graves.
Recuerdo que el último de tus que me dio fue después de pedirle ayuda aquí en Menéame, intuía que por la situación en que me encontraba me iba a dar un ictus
"En aquellos momentos vivía unos días de muchísimo estrés profesional, y tengo la certeza de que un cabreo monumental fue el origen. Ahora mismo tengo bien claro que no debo volverme a enfadar, evitar cualquier situación o pensamiento que me pueda alterar significativamente. Me estoy volviendo un hippie profesional, hasta mi esposa se enfada porque sea casi imposible discutir conmigo."
Me pilla habiendo dejado el curro por miedo de que me pasara factura demenciándome. Me voy a la mierda lentamente si no encuentro otro curro, no trabajo en lo llamado "no cualificado" desde adolescente y veremos cómo acaba la cosa.
Tenemos que cambiar las organizaciones en las que pasamos tantas horas. Estoy intentando emprender justo para ofrecer ese tipo de servicios mostrando a empresarios que eso los hace más competitivos y aporta mayor a beneficios. Pero veremos.
La poca importancia que se le da a la salud mental es brutal, y más allá de casos "extremos" como el del meneo, sabéis que la gente que nos rodea está fatal de lo suyo. Y nosotros también. Luego está el que se autoengaña gastando dinero en olvidarse de todo eso. Felices vacaciones tengan.
Patéticos algunos comentarios. ¿Tan necesitados están de una palmadita en la espalda?
Esto sí que acabará con la civilización, no el falas cambio climático.
#31 En cambio de los mejores comentarios de una noticia, no los típicos chistes sin gracia y gilipolleces, a excepción de tu comentario claro.