Por fin. Por primera vez en la historia de los gobiernos municipales democráticos en Barcelona, el Ayuntamiento ha decidido legislar la música en directo en los bares.
Ha llegado el día. De una vez por todas, el Ayuntamiento de Barcelona ha intervenido en el asunto de la música en directo, como EL PERIÓDICO adelantó que haría, y su decisión es la siguiente: todos los locales con licencia de bar, restaurante o cafetería podrán organizar conciertos de música amplificada desde finales de marzo. Se cierra así una problemática enquistada durante décadas que tenía el tejido de la música en directo en pequeños locales angustiado o directamente rendido ante los laberintos burocráticos y la aleatoria presión policial.
El cambio de legislación implica que a partir de ahora programar conciertos en salas de pequeño aforo ya no es alegal o ilegal sino absolutamente legal. Y será así en virtud de una circular del Instituto de Cultura de Barcelona que se ha enviado a técnicos de licencias del ayuntamiento y la Guardia Urbana y que reinterpreta la ordenanza de civismo. La circular, consensuada con la Generalitat, no incluye, por ahora, las asociaciones culturales. Sin embargo, es sólo la primera medida de un paquete que apunta en la misma dirección: convertir la música en directo en un activo cultural para la ciudad y no en una plaga a extinguir.
No tenía ningún sentido que Barcelona presume de algunos de los festivales más importantes de Europa y que también hiciera bandera de una rica y diversa generación de bandas, pero que, en cambio, bloqueara toda propuesta de flexibilizar la organización de conciertos en pequeños locales, precisamente los espacios en que se forjan y fogueen las nuevas formaciones. Ahora, cualquier bar, restaurante y cafetería que lo desee podrá ofrecer actuaciones amplificadas; no sólo acústicas. Otra cuestión es que les salga a cuenta. Pero, al menos, intentarlo ya no será delito, ya no será una aventura peligrosa, ya no tendrá que esconder.
ZONAS SATURADAS
La nueva normativa tiene algunos matices. Para evitar problemas con los vecinos, la insonorización del local deberá asegurar que el dormitorio de cualquier vecino no se superen los 30 decibelios antes de las once de la noche y los 25 a partir de las once. En el caso de que no haya vecinos en el edificio contiguo, los máximos serán 45 decibelios antes de las once y 40 después.
La excepción serán las zonas de alta saturación de locales. Los hay en Ciutat Vella, en Sants, en Gràcia y en el Eixample. En todas estas zonas, los conciertos tendrán que acabar a las once. Con todo ello, la ordenanza de civismo es por fin clara, un marco estricto al que atenerse, pero que no criminaliza la música en directo, que el actual consistorio considera "en peligro", sino que busca conciliar el descanso de los vecinos con el desarrollo paralelo del tejido cultural.
La mayoría de los pequeños locales que programan o intentan programar música en directo ya se ajustan a estos límites de volumen y, por tanto, pasarán a aumentar la agenda de espacios que ofrecen conciertos más allá de los bares musicales, salas de conciertos y discotecas , los únicos que podían hacerlo hasta ahora. Si hasta hace unos días apenas había una veintena de salas con programación estable, Barcelona puede ahora superar el centenar de escenarios legales. Y si el ejemplo se extiende y se animan más locales, Barcelona puede convertirse en una capital donde lo normal sea ir a tomar una copa en un bar a las nueve de la noche y ver un grupo tocando.
SUBVENCIONES
Para los locales que no puedan garantizar la insonorización, el Instituto de Cultura de Barcelona abre en paralelo una línea de subvenciones de hasta 400.000 euros. Las pequeñas salas las podrán solicitar para aislar acústicamente el local, para instalar limitadores de sonido y para adecuarse a las normativas de seguridad. Sin embargo, se debe señalar que las denuncias recibidas por los bares de conciertos en los últimos años debido al volumen de la música son poquísimas. Las quejas vecinales son más por el ruido del público en la calle. Y por ello se creará una mesa de mediación que haga un seguimiento y resuelva los problemas que puedan surgir en determinados locales.
El consistorio gobernado por Barcelona en Común mostró desde un principio su intención de abordar de una forma positiva la situación de la música en directo. No obstante, la presión en el Heliogàbal ha acelerado los tiempos. En dos meses se ha dado forma a esta circular que desbloquea parcialmente la situación. Y, en breve, se proclamará una categoría especial provisionalmente llamada Espacios de Música Viva que reconozca la trayectoria o el valor cultural de numerosos espacios de la ciudad. Esto permitiría flexibilizar el aforo de locales como el Heliogàbal durante los conciertos, oxigenar el tejido con subvenciones y, paralelamente, facilitar la actividad de asociaciones culturales.
VALOR CULTURAL
Se trata, en definitiva, de reconocer y fomentar el valor cultural y social de todos estos locales que, a menudo, han vivido bajo la sombra de la marginalidad. No sólo de darles cobertura legal, sino de apoyarlos económicamente y visibilizar su tarea. Se trata, incluso, de marcar un punto de no retorno en el que el ayuntamiento se convierta en aliado de estos pequeños locales de música en directo y no en enemigo.
#11 La música que no quieres escuchar es el peor de los ruidos... los camiones y las motos pasan en unos segundos o un par de minutos a lo sumo, el ruido de un local dura horas... y es cada día.
#20 Prima a la Cultura, no te equivoques. Y ya iba siendo hora, que los anteriores sólo premiaban a las salas de lujo como el Apolo y el Barts. Y los demás músicos que se jodan. Pues no, hombre, que no todos somos alejandros sanz y demás, y tenemos derecho también a la vida.
se debe señalar que las denuncias recibidas por los bares de conciertos en los últimos años debido al volumen de la música son poquísimas. Las quejas vecinales son más por el ruido del público en la calle. Y por ello se creará una mesa de mediación que haga un seguimiento y resuelva los problemas que puedan surgir en determinados locales.
O sea, una nueva normativa que jode a los vecinos en pos del beneficio de los bares...
Pero bueno... ¿Que podiamos esperar de CiU?
(como alguno habrá que no pille el sarcasmo: sí, ya se que es Barcelona en Comú quien ha sacado la ley que benefícia a las empresas a costa del descanso de los vecinos)
#10 Me la leí tu traducción, gracias por la labor.Yo en ningún momento entendí que fuese sobre ampliar el número de locales como dice #8 así que le respondo que no sé catalán por si acaso diga otra cosa en la original.
#13su decisión es la siguiente: todos los locales con licencia de bar, restaurante o cafetería podrán organizar conciertos de música amplificada desde finales de marzo.
TODOS los locales ahora pueden organizar conciertos en vez del número límitado que podía hacerlo hasta ahora... si eso no es una ampliación...
#16 Tanto como todos...La nueva normativa tiene algunos matices. Para evitar problemas con los vecinos, la insonorización del local deberá asegurar que el dormitorio de cualquier vecino no se superen los 30 decibelios antes de las once de la noche y los 25 a partir de las once. En el caso de que no haya vecinos en el edificio contiguo, los máximos serán 45 decibelios antes de las once y 40 después.
Yo sigo entendiendo que esta ley lo que hace es regular aquellos locales como el.helioglobal que estaban fuera de la ley. Que alguno más le dé por insonorizar y dar conciertos es bien diferente a que el bar de la esquina o la panadería se pongan a dar conciertos.
#19 Pues no es lo que dice la ley... la ley dice que TODOS los bares, restaurantes, etc podrán tener eventos con música amplificada...
Hasta ahora se debía pedir un permiso para hacer conciertos y en ese permiso se verificaba que cumplia la normativa de ruido... y se daba según opinase una junta (con opción para los vecinos de dar su opinión) ahora eso desaparece, ahora tienen TODOS el permiso... que sí, que tienen que hacer poco ruido, etc... pero ya tienen el permiso sin la oportunidad de los vecinos de protestar... recuerda que la mayoría del ruido no es por la sala, es por los clientes en la calle.
o sea: Barcelona en Comú prima a la industria privada en contra del sueño de los vecinos.
Ha llegado el día. De una vez por todas, el Ayuntamiento de Barcelona ha intervenido en el asunto de la música en directo, como EL PERIÓDICO adelantó que haría, y su decisión es la siguiente: todos los locales con licencia de bar, restaurante o cafetería podrán organizar conciertos de música amplificada desde finales de marzo. Se cierra así una problemática enquistada durante décadas que tenía el tejido de la música en directo en pequeños locales angustiado o directamente rendido ante los laberintos burocráticos y la aleatoria presión policial.
El cambio de legislación implica que a partir de ahora programar conciertos en salas de pequeño aforo ya no es alegal o ilegal sino absolutamente legal. Y será así en virtud de una circular del Instituto de Cultura de Barcelona que se ha enviado a técnicos de licencias del ayuntamiento y la Guardia Urbana y que reinterpreta la ordenanza de civismo. La circular, consensuada con la Generalitat, no incluye, por ahora, las asociaciones culturales. Sin embargo, es sólo la primera medida de un paquete que apunta en la misma dirección: convertir la música en directo en un activo cultural para la ciudad y no en una plaga a extinguir.
No tenía ningún sentido que Barcelona presume de algunos de los festivales más importantes de Europa y que también hiciera bandera de una rica y diversa generación de bandas, pero que, en cambio, bloqueara toda propuesta de flexibilizar la organización de conciertos en pequeños locales, precisamente los espacios en que se forjan y fogueen las nuevas formaciones. Ahora, cualquier bar, restaurante y cafetería que lo desee podrá ofrecer actuaciones amplificadas; no sólo acústicas. Otra cuestión es que les salga a cuenta. Pero, al menos, intentarlo ya no será delito, ya no será una aventura peligrosa, ya no tendrá que esconder.
ZONAS SATURADAS
La nueva normativa tiene algunos matices. Para evitar problemas con los vecinos, la insonorización del local deberá asegurar que el dormitorio de cualquier vecino no se superen los 30 decibelios antes de las once de la noche y los 25 a partir de las once. En el caso de que no haya vecinos en el edificio contiguo, los máximos serán 45 decibelios antes de las once y 40 después.
La excepción serán las zonas de alta saturación de locales. Los hay en Ciutat Vella, en Sants, en Gràcia y en el Eixample. En todas estas zonas, los conciertos tendrán que acabar a las once. Con todo ello, la ordenanza de civismo es por fin clara, un marco estricto al que atenerse, pero que no criminaliza la música en directo, que el actual consistorio considera "en peligro", sino que busca conciliar el descanso de los vecinos con el desarrollo paralelo del tejido cultural.
La mayoría de los pequeños locales que programan o intentan programar música en directo ya se ajustan a estos límites de volumen y, por tanto, pasarán a aumentar la agenda de espacios que ofrecen conciertos más allá de los bares musicales, salas de conciertos y discotecas , los únicos que podían hacerlo hasta ahora. Si hasta hace unos días apenas había una veintena de salas con programación estable, Barcelona puede ahora superar el centenar de escenarios legales. Y si el ejemplo se extiende y se animan más locales, Barcelona puede convertirse en una capital donde lo normal sea ir a tomar una copa en un bar a las nueve de la noche y ver un grupo tocando.
SUBVENCIONES
Para los locales que no puedan garantizar la insonorización, el Instituto de Cultura de Barcelona abre en paralelo una línea de subvenciones de hasta 400.000 euros. Las pequeñas salas las podrán solicitar para aislar acústicamente el local, para instalar limitadores de sonido y para adecuarse a las normativas de seguridad. Sin embargo, se debe señalar que las denuncias recibidas por los bares de conciertos en los últimos años debido al volumen de la música son poquísimas. Las quejas vecinales son más por el ruido del público en la calle. Y por ello se creará una mesa de mediación que haga un seguimiento y resuelva los problemas que puedan surgir en determinados locales.
El consistorio gobernado por Barcelona en Común mostró desde un principio su intención de abordar de una forma positiva la situación de la música en directo. No obstante, la presión en el Heliogàbal ha acelerado los tiempos. En dos meses se ha dado forma a esta circular que desbloquea parcialmente la situación. Y, en breve, se proclamará una categoría especial provisionalmente llamada Espacios de Música Viva que reconozca la trayectoria o el valor cultural de numerosos espacios de la ciudad. Esto permitiría flexibilizar el aforo de locales como el Heliogàbal durante los conciertos, oxigenar el tejido con subvenciones y, paralelamente, facilitar la actividad de asociaciones culturales.
VALOR CULTURAL
Se trata, en definitiva, de reconocer y fomentar el valor cultural y social de todos estos locales que, a menudo, han vivido bajo la sombra de la marginalidad. No sólo de darles cobertura legal, sino de apoyarlos económicamente y visibilizar su tarea. Se trata, incluso, de marcar un punto de no retorno en el que el ayuntamiento se convierta en aliado de estos pequeños locales de música en directo y no en enemigo.
Comentarios
#3 Me parece todo bien, menos que subvencionen la insonorización.
Que cada negocio invierta en su negocio, no los ciudadanos.
#5 Entonces también te parecerá mal que se subvencionen las reformas en la reabilitación de viviendas, por ejemplo.
Que cada habitante invierta en su vivienda, no los ciudadanos
#12 La vivienda es un derecho básico, montarte un negocio no.
#17 No para los bancos.
#8 ¿Ruido? ¿por la noche? díselo a los camiones de la basura y las motos con escape libre. La música NO es ruido.
#11 La música que no quieres escuchar es el peor de los ruidos... los camiones y las motos pasan en unos segundos o un par de minutos a lo sumo, el ruido de un local dura horas... y es cada día.
#20 Prima a la Cultura, no te equivoques. Y ya iba siendo hora, que los anteriores sólo premiaban a las salas de lujo como el Apolo y el Barts. Y los demás músicos que se jodan. Pues no, hombre, que no todos somos alejandros sanz y demás, y tenemos derecho también a la vida.
se debe señalar que las denuncias recibidas por los bares de conciertos en los últimos años debido al volumen de la música son poquísimas. Las quejas vecinales son más por el ruido del público en la calle. Y por ello se creará una mesa de mediación que haga un seguimiento y resuelva los problemas que puedan surgir en determinados locales.
O sea, una nueva normativa que jode a los vecinos en pos del beneficio de los bares...
Pero bueno... ¿Que podiamos esperar de CiU?
(como alguno habrá que no pille el sarcasmo: sí, ya se que es Barcelona en Comú quien ha sacado la ley que benefícia a las empresas a costa del descanso de los vecinos)
#6 Claro, porque hasta ahora no se hacían conciertos ni la gente se ponía por fuera de los bares.
#7 Creo que no sabes de que va esta notícia... va de ampliar el número de locales donde se hace ruido por la noche.
#8 Pues no sé catalán, pero yo entiendo que la ley trata de regular a locales como este que llevan funcionando años y quedaban al margen de la ley.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/heliogabal-cancela-conciertos-multas-guardia-urbana-4840155
#9 ¿No sabes catalán? para eso fué mi traducción en #2.
#10 Me la leí tu traducción, gracias por la labor.Yo en ningún momento entendí que fuese sobre ampliar el número de locales como dice #8 así que le respondo que no sé catalán por si acaso diga otra cosa en la original.
#13 De nada.
Otra relacionada (aunque no aporta mucho más): http://www.eldiario.es/catalunya/diaricultura/musica-vivo-sale-marginalidad_6_494560578.html
#13 su decisión es la siguiente: todos los locales con licencia de bar, restaurante o cafetería podrán organizar conciertos de música amplificada desde finales de marzo.
TODOS los locales ahora pueden organizar conciertos en vez del número límitado que podía hacerlo hasta ahora... si eso no es una ampliación...
#16 Tanto como todos...La nueva normativa tiene algunos matices. Para evitar problemas con los vecinos, la insonorización del local deberá asegurar que el dormitorio de cualquier vecino no se superen los 30 decibelios antes de las once de la noche y los 25 a partir de las once. En el caso de que no haya vecinos en el edificio contiguo, los máximos serán 45 decibelios antes de las once y 40 después.
Yo sigo entendiendo que esta ley lo que hace es regular aquellos locales como el.helioglobal que estaban fuera de la ley. Que alguno más le dé por insonorizar y dar conciertos es bien diferente a que el bar de la esquina o la panadería se pongan a dar conciertos.
#19 Pues no es lo que dice la ley... la ley dice que TODOS los bares, restaurantes, etc podrán tener eventos con música amplificada...
Hasta ahora se debía pedir un permiso para hacer conciertos y en ese permiso se verificaba que cumplia la normativa de ruido... y se daba según opinase una junta (con opción para los vecinos de dar su opinión) ahora eso desaparece, ahora tienen TODOS el permiso... que sí, que tienen que hacer poco ruido, etc... pero ya tienen el permiso sin la oportunidad de los vecinos de protestar... recuerda que la mayoría del ruido no es por la sala, es por los clientes en la calle.
o sea: Barcelona en Comú prima a la industria privada en contra del sueño de los vecinos.
Viva el cápital!
Relacionada y bastante más extensa pero creo que AEDE:
http://www.elperiodico.cat/ca/noticias/barcelona/bars-barcelona-actuacions-musica-directe-normativa-4974425
Traducción del enlace en #1:
Lunes, 14 de marzo de 2016 - 19:20 CET
Ha llegado el día. De una vez por todas, el Ayuntamiento de Barcelona ha intervenido en el asunto de la música en directo, como EL PERIÓDICO adelantó que haría, y su decisión es la siguiente: todos los locales con licencia de bar, restaurante o cafetería podrán organizar conciertos de música amplificada desde finales de marzo. Se cierra así una problemática enquistada durante décadas que tenía el tejido de la música en directo en pequeños locales angustiado o directamente rendido ante los laberintos burocráticos y la aleatoria presión policial.
El cambio de legislación implica que a partir de ahora programar conciertos en salas de pequeño aforo ya no es alegal o ilegal sino absolutamente legal. Y será así en virtud de una circular del Instituto de Cultura de Barcelona que se ha enviado a técnicos de licencias del ayuntamiento y la Guardia Urbana y que reinterpreta la ordenanza de civismo. La circular, consensuada con la Generalitat, no incluye, por ahora, las asociaciones culturales. Sin embargo, es sólo la primera medida de un paquete que apunta en la misma dirección: convertir la música en directo en un activo cultural para la ciudad y no en una plaga a extinguir.
No tenía ningún sentido que Barcelona presume de algunos de los festivales más importantes de Europa y que también hiciera bandera de una rica y diversa generación de bandas, pero que, en cambio, bloqueara toda propuesta de flexibilizar la organización de conciertos en pequeños locales, precisamente los espacios en que se forjan y fogueen las nuevas formaciones. Ahora, cualquier bar, restaurante y cafetería que lo desee podrá ofrecer actuaciones amplificadas; no sólo acústicas. Otra cuestión es que les salga a cuenta. Pero, al menos, intentarlo ya no será delito, ya no será una aventura peligrosa, ya no tendrá que esconder.
ZONAS SATURADAS
La nueva normativa tiene algunos matices. Para evitar problemas con los vecinos, la insonorización del local deberá asegurar que el dormitorio de cualquier vecino no se superen los 30 decibelios antes de las once de la noche y los 25 a partir de las once. En el caso de que no haya vecinos en el edificio contiguo, los máximos serán 45 decibelios antes de las once y 40 después.
La excepción serán las zonas de alta saturación de locales. Los hay en Ciutat Vella, en Sants, en Gràcia y en el Eixample. En todas estas zonas, los conciertos tendrán que acabar a las once. Con todo ello, la ordenanza de civismo es por fin clara, un marco estricto al que atenerse, pero que no criminaliza la música en directo, que el actual consistorio considera "en peligro", sino que busca conciliar el descanso de los vecinos con el desarrollo paralelo del tejido cultural.
La mayoría de los pequeños locales que programan o intentan programar música en directo ya se ajustan a estos límites de volumen y, por tanto, pasarán a aumentar la agenda de espacios que ofrecen conciertos más allá de los bares musicales, salas de conciertos y discotecas , los únicos que podían hacerlo hasta ahora. Si hasta hace unos días apenas había una veintena de salas con programación estable, Barcelona puede ahora superar el centenar de escenarios legales. Y si el ejemplo se extiende y se animan más locales, Barcelona puede convertirse en una capital donde lo normal sea ir a tomar una copa en un bar a las nueve de la noche y ver un grupo tocando.
SUBVENCIONES
Para los locales que no puedan garantizar la insonorización, el Instituto de Cultura de Barcelona abre en paralelo una línea de subvenciones de hasta 400.000 euros. Las pequeñas salas las podrán solicitar para aislar acústicamente el local, para instalar limitadores de sonido y para adecuarse a las normativas de seguridad. Sin embargo, se debe señalar que las denuncias recibidas por los bares de conciertos en los últimos años debido al volumen de la música son poquísimas. Las quejas vecinales son más por el ruido del público en la calle. Y por ello se creará una mesa de mediación que haga un seguimiento y resuelva los problemas que puedan surgir en determinados locales.
El consistorio gobernado por Barcelona en Común mostró desde un principio su intención de abordar de una forma positiva la situación de la música en directo. No obstante, la presión en el Heliogàbal ha acelerado los tiempos. En dos meses se ha dado forma a esta circular que desbloquea parcialmente la situación. Y, en breve, se proclamará una categoría especial provisionalmente llamada Espacios de Música Viva que reconozca la trayectoria o el valor cultural de numerosos espacios de la ciudad. Esto permitiría flexibilizar el aforo de locales como el Heliogàbal durante los conciertos, oxigenar el tejido con subvenciones y, paralelamente, facilitar la actividad de asociaciones culturales.
VALOR CULTURAL
Se trata, en definitiva, de reconocer y fomentar el valor cultural y social de todos estos locales que, a menudo, han vivido bajo la sombra de la marginalidad. No sólo de darles cobertura legal, sino de apoyarlos económicamente y visibilizar su tarea. Se trata, incluso, de marcar un punto de no retorno en el que el ayuntamiento se convierta en aliado de estos pequeños locales de música en directo y no en enemigo.
#2 Veamos que tal lleva la aplicación de los 25 decibelios.
Ojalá se hiciese lo mismo en Tarragona, al día siguiente montaba un conciertazo en el Metal Heart.