Gracias, putero. Gracias por pagar. Por no regatear. Por entender que el sexo no es derecho, es servicio… y que el tiempo de una puta vale. El capitalismo también tiene sus momentos bellos. 1/9. Gracias, putero, por escucharme. Porque mientras muchas mujeres me dan consejos no pedidos, tú solo quieres saber si estoy bien. Y a veces, eso es más feminista que muchos tuits con lenguaje inclusivo.