“Esto es una amenaza, una guerra. Han empezado una guerra cultural. Ahora tenemos talibanes estadounidenses”, asegura Sheryl, que lamenta el retroceso y recuerda el caso de su bisabuela Dora, una inmigrante alemana que tuvo cinco hijos y murió al intentar abortar por su cuenta. También subraya que la aparente decisión del Supremo no responde al sentir mayoritario de los estadounidenses, una afirmación respaldada por los sondeos.  
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