Paracaídas
abiertos sobre la luna:
muerte de pluma
“Quiero que sepa sin embargo,
que todas las noches que he dormido a su lado,
incluso las discusiones más inútiles,
siempre fueron algo espléndido
y esas difíciles palabras que siempre temí decir
pueden decirse ahora: te amo.”
No te salves
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
solo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
solo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti
“Canciones de amor y desamor” del libro "Poemas de otros" escrito entre 1973-1974
Sé coherente
como cualquier condena
equivocada.
Domingo tarde
Qué hago
mirando la lluvia
si no llueve.
Karmelo C. Iribarren
2.
Toda mi vida
se traza con ausencias:
bajorrelieves.
3.
Me abandonaste:
no jugaremos juntos
en el cadalso.
4.
Las espirales
dibujan laberintos
para indecisos
Currículum
El cuento es muy sencillo,
usted nace,
contempla atribulado
el rojo azul del cielo,
el pájaro que emigra,
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente.
Usted sufre,
reclama por comida
y por costumbre,
por obligación,
llora limpio de culpas,
extenuado,
hasta que el sueño lo descalifica.
Usted ama,
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético,
se convierte en escombros.
Usted aprende
y usa lo aprendido,
para volverse lentamente sabio,
para saber que al fin el mundo es esto,
en su mejor momento una nostalgia,
en su peor momento un desamparo,
y siempre, siempre
un lío,
entonces,
usted muere.
Mario Benedetti
(...)
Bajo una zarpa de lluvia,
y un racimo de relente,
y un ejército de sol,
campan los cuerpos rebeldes
de los españoles dignos
que al yugo no se someten,
y la claridad los sigue,
y los robles los refieren.
Entre graves camilleros
hay heridos que se mueren
con el rostro rodeado
de tan diáfanos ponientes,
que son auroras sembradas
alrededor de sus sienes.
Parecen plata dormida
y oro en reposo parecen.
Llegaron a las trincheras
y dijeron firmemente:
¡Aquí echaremos raíces
antes que nadie nos eche!
Y la muerte se sintió
orgullosa de tenerles.
(...)
"Llamo a la juventud" de Miguel Hernández.
Espejo quebrado,
reflejos de ego y
sombras que ahogan.
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardíacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
Algunas noches me arrimo
a tu calor bajo las mantas
como un niño asustado.
Necesito tocarte urgentemente.
Necesito saber que estás ahí,
que estarás siempre.
Sentir que tengo cerca
a un ser humano,
y que no estoy tan solo.
Karmelo C. Iribarren
“Nos hicieron creer que el «gran amor»,
solo sucede una vez,
generalmente antes de los 30 años.
No nos contaron que el amor
no es accionado, ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida merece
cargar en las espaldas
la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente.
Si estamos en buena compañía es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada «dos en uno»:
dos personas pensando igual,
actuando igual...
que era eso lo que funcionaba.
No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.
Que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio
y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz,
la misma para todos, y los que escapan de ella
están condenados a la marginalidad.
No nos contaron que estas fórmulas
son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.
Ah, tampoco nos dijeron que nadie
nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solito.
Y entonces,
cuando estés «enamorado de ti mismo»
podrás ser feliz y te enamorarás de alguien.
Vivimos en un mundo
donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día.”
John Lennon
Abro el periódico
y ahí está.
Lo recuerdo,
solía sentarse
en los últimos pupitres.
Nunca llegamos a ser grandes amigos.
La semana pasada
el del tercero,
y ahora él.
Llega el camarero con el café.
El francotirador
anda cerca, le digo.
Karmelo C. Iribarren
Sale un misil «Lance»,
surca el cielo a una velocidad de susto,
otro misil «Patriot» sale a su encuentro,
le encuentra,
se deshacen,
se ilumina la zona,
la noche se hace día,
millones de dólares se hacen polvo,
cientos de niños se hacen ceniza.
No hay campo de batalla,
es en la ciudad donde el diablo dice ¡hola!
Las bombas traspasan los refugios
silenciando el llanto de los niños.
Millones de personas no hacemos nada
para evitar el tormento,
solo lamentos.
Dios, Alá y Mahoma
tampoco evitan que caiga
ensangrentada una paloma.
Gloria Fuertes
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso
Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que ya no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.
Lo imprescindible era otra cosa.
Cristina Peri Rossi
Volar sin alas
Es posible volar sin tener alas
y nadar sin necesidad de ser un pez
Puedo sentarte frente a mi mientras me tapo
los ojos con las manos,
y hasta sentir que te toco, aunque no estés aquí.
Pero, como podría, sin ser Neruda,
decirte lo que quiero decirte
y que lo oigas como quiero que lo oigas
De vez en cuando me digo:
quizás es cierto que nos conocemos desde hace siglos
y me subo al delirio y me relamo
y hasta creo recordar nuestros caminos desandados
y aquellos maestros compartidos:
El arte de amar…
El principito…
Y aquel hermoso libro, el de La casa redonda,
que alguna vez
debimos leer juntos.
Y un minuto después, ya estoy diciendo:
no puede ser verdad.
Nunca exististe,
y si exististe, jamás nos encontramos.
Porque si todo fuera como yo imagino,
jamás podría perdonarte
tu inoportuno y absurdo silencio
de estos últimos 50 años.
Marta Bujó
Antología de un tiempo que no fue
En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
con un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo sientes...
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!
Juan Ramón Jiménez
Estos tiempos eufóricos
de proclamas
y consignas,
acabarán también
formando parte
-junto a los viejos amores, las guerras,
y demás causas perdidas-,
de cualquier
conversación de bar.
El trayecto, breve, suele ser
siempre el mismo:
de la esperanza
a la melancolía.
Karmelo C. Iribarren
Un corazón perdido
en un camino nuevo
donde nadie sabe dónde ir
porque camino es sendero.
Un sendero que puede llevar
a ninguna parte.
A ninguna parte.
Miedo.
Corazón.
Qué miedo nos trae vivir
cuando la vida es tan corta.
Mira esos aviones,
escucha ese sonido,
esconde tu cuerpo,
tu corazón.
Guerra.
Qué miedo.
Amar no significa nada
cuando tu vida se rompe
en pedazos. Guerra.
Y ya no hay nada que sentir.
Mi corazón late un poco,
todavía.
Ahora menos.
Y ahora nada.
Guerra.
Muerte.
Un corazón perdido.
(ContinuumST. 2010.)
Están cogidos de la mano,
en silencio,
bajo los soportales.
El niño mira su columpio,
muy triste,
bajo la lluvia,
y no lo entiende.
El padre mira al niño:
es la vida, hijo,
-quisiera poder decirle-,
y no ha hecho más que empezar.
Karmelo C. Iribarren
Al despertar
de la siesta
-todavía un instante-,
la sensación de haber soñado
que un mundo mejor,
más habitable,
más humano,
era posible.
Pero fue abrir los ojos
y olvidar los detalles.
Karmelo C. Iribarren
No hay nada que discutir,
no hay nada que recordar,
no hay nada que olvidar,
es triste y no es triste,
parece que,
la cosa más sensata
que una persona puede hacer,
es estar sentada
con una copa en la mano.
Charles Bukowski
menéame