Repaso tras repaso, finca a finca y vuelta a empezar. El fuego bacteriano sigue ahí, atacando a los perales riojanos con el único descanso del invierno tras la poda. Después, con el inicio de la floración lo que pretendían ser brotes verdes, fueron cogiendo un tono negro, de nuevo, dando buena cuenta de que la enfermedad sigue ahí pese a los cortes que se hagan. «Pensábamos que con las ramas que habíamos quitado en invierno no volverían a salir, pero ahora ya estamos cortando directamente el tronco, el árbol entero, porque vemos que esas ramas