Será un cambio radical para la industria espacial china, que ha adelantado ya a EEUU en su carrera a la Luna pero que todavía no tiene un vehículo de lanzamiento reutilizable, algo fundamental para obtener el dominio de la órbita terrestre y la colonización y minería del sistema solar. Ahora, como apunta el diario hongkonés South China Morning Post, tendrá no sólo el Tianlong-3 sino dos cohetes más, uno privado y otro gubernamental, con la capacidad de un Falcon 9 y con precios hasta la mitad más baratos antes de la fabricación en serie.