La diferencia real,
entre el día en el que te sientes capaz,
y es en el que te crees que ya no puedes más,
está en cómo te sientes, no está en tu capacidad,
esa la tienes, y se mantiene exactamente igual.
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Dudaron de mí y dudé de mí,
porque creí que ellos sabían cosas que yo no sabía,
hasta que vi, que no tenían ni idea sobre mí,
que al frente no se abría un camino, si no mil.
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Y sonreí porque entendí que ahí
delante no había felicidad esperándome,
tenía que ser yo,
quién la llevase desde aquí,
desde ahora desde este mismo instante.
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Y olvidarme que mi autoestima dependa de nadie,
prefiero gustarme a gustarte, sienta bien decirlo,
pero creerlo de verdad es aún más grande,
no sabes lo que vales, hasta que llegan los baches,
aprende de los planes que no salen.
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Un nuevo yo despierta.
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Un nuevo yo mejor de lo que era. Y con más fuerza,
Un nuevo yo que acepta que hay metas que le superan.
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Pero que ante el problema no se rinde, se reinventa,
no se rinde aunque así le apetezca, aunque dude y parezca,
que no merece la pena, porque la paz no la regalan se pelea,
contra los que están fuera, contra tu propia conciencia,
contra limitaciones y carencias auto impuestas.
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¡Un nuevo yo despierta!
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Cada transformación con más pasión y más cabeza,
más sabio cuanto menos certezas,
cuanto menos se queja y más compromiso le hecha,
a no esperar la viva idea de ir a por ella.
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Así que si pretendes que me rinda ten en cuenta,
que si hay una promesa que me representa es esta:
jamás voy a dejar de trabajar por mis ideas,
mi única meta es estar en paz con mi conciencia.
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¡Un nuevo yo despierta!
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El viejo yo se me quedo pequeño,
crecí, lo siento,
pero ya no quepo ahí dentro,
siempre es un trauma deshacerse de lo viejo,
pero ahí lo dejo y no volveré.
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No hay marcha atrás en eso de cambiar e ir creciendo,
el miedo al que vendrá, no va a evitar que lleguen riesgos,
la vida es movimiento,
o te mueves tú o te mueven ellos,
quiero pensar que puedo gestionar mis tiempos.
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Debo aceptar mis cambios y sacarles provecho.
Debo,
creerme que crecer es bueno,
que lo sea o no, si soy sincero, es lo de menos,
porque no tengo elección quiera o no crezco.
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Hay luz al final tras la luz otro túnel,
después más luz, todo es un bucle, túneles y luces,
tramos rectos, cruces un trago amargo otro dulce.
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Todo se reduce a aceptar
que somos dualidad,
y hasta que no lo asumes, Es normal que te frustres,
toca espabilar, las cosas ocurren,
y ocurren cuando ocurren,
te venga bien, te venga mal,
te guste o no te guste,
ocurren,
pero el barco no se hunde,
tú crees que si porque cruje.
Pero sigues aquí porque siempre se abren las nubes,
Y no es una frase de una storie vació y cutre,
Es una realidad tan cierta como que se sufre.
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¡Un nuevo yo despierta!
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Cada transformación con más pasión y más cabeza,
más sabio cuanto menos certezas,
cuanto menos se queja y más compromiso le hecha,
a no esperar la viva ideal e ir a por ella,
así que si pretendes que me rinda ten en cuenta,
que si hay una promesa que me representa es esta:
jamás voy a dejar de trabajar por mis ideas,
mi única meta es estar en paz con mi conciencia.
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¡Un nuevo yo despierta!
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Letra de la banda sonora del libro con el mismo nombre:
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La verdadera libertad puede residir en lograr ser feliz prescindiendo de la aprobación de los demás.
Ichiro Kishimi