A lo mejor tendríamos que haber empezado poe aquí, pero ahora que ya hemos echado un vistazo a las historias, a las que vale la pena escribir y a las que no, puede ser un buen momento para preguntarnos por qué pondríamos por escrito esa idea que se nos ha ocurrido.
Como para toda acción humana, cabe señalar aquí las seis motivaciones básicas que tabnto empleamos en márketing y que deben entenderse siempre en sentido amplio, o desglosarse en otras que tomen estas como punto de referencia.
-Seguridad.
-Afecto.
-Bienestar
-Orgullo.
-Novedad.
-Economía.
Por ejemplo, yo estoy escribiendo esto ahora mismo mayormente por bienestar. Llueve y paso el rato. Por seguridad, no lo veo. Afecto, un poco, a esta comunidad. Orgullo, puede que un poco, porque todos los que aporreamos tecklas somos un poco narcisistas y nos gusta que nos lean. Novedad y economía, ni de coña.
Parece una bobada, pero es bueno preguntarse a uno mismo por qué quiere escribir algo. Una razón muy común, en el epígrafe de bienestar, es la salud mental: hay mucha gente que escribe, que escribimos, por lo que se ahorra en psicólogos y psiquiatras. La escritura puede dar rienda suelta a un tipo de reflexión interior que no es posible, o es muy difícil por otros medios. La necesidad de codificar las ideas a través de un mecanismo distinto del natural, que es el verbal, obliga a elaborar esas ideas y enfrentarse a ellas desde otro ángulo. Por eso es todo un clísico que se pida a la gente con problemas personales ponerlos por escrito, o escribir su propia historia, antes de acudir a un profesional, o incluso después. Y no es necesario que el producto de esa escritura perdure: se puede quemar después, porque el efecto ya está hecho.
Si escribes para ti mismo la historia de tu divorcio, por ejemplo, y eres un poco honrado, no te deslomarás de la risa al leer la historia en voz alta. Si lees el texto en voz alta y no te lo crees, o te parece una mala narración, puedes pensar que algo no ha fue como siempre pensaste. Por extraño que parezca, hay gente que ha descubierto de este modo que se estaba mintiendo a sí mismoa.
Por lo que tengo visto en todos estos años, las motivaciones más corrientes de la gente que escribe son:
-Fama.
-Dinero.
-Necesidad de comunicar algo.
-Motivación artística.
-Conocimiento personal. Escribir como análisis o catarsis personal.
Si no estás en ninguno de esos grupos, desconfía.
Milmariposas
Feindesland