Frases y fragmentos de libros
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Cita - "Fahrenheit 451"

“Nadie tiene ya tiempo para nadie.”

Ray Bradbury, “Fahrenheit 451” (1953)

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Cita de hoy (mañana será cita de ayer)

No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió. (Gabriel García Márquez)

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Cita - Tristeza

Cita - Tristeza

“Un alma triste puede matar más rápidamente que una bacteria.”

Atribuida a John Steinbeck

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Cuento - ¿Para qué adular?

Un hombre rico y un hombre pobre conversaban:

-Si yo te diera el veinte por ciento de todo el oro que poseo, ¿me adularías? -preguntó el rico.

-El reparto sería demasiado desigual para que tú merecieras mis cumplidos -contestó el pobre.

-¿Y si yo te diera la mitad de mi fortuna?

-Entonces seríamos iguales, ¿con qué fin adularte?

-¿Y si yo te lo diera todo?

-En ese caso, ¡no veo qué necesidad tendría de adularte!

Antiguo cuento chino

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Cita Teológica

"Afirmar la absoluta omnipotencia de Dios y su absoluta disponibilidad con respecto a sus propias opciones, ¿no equivale a demostrar que Dios no existe?"

Umberto Eco

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Racionalidad, realidad y tiempo

" Todo lo que es real en la historia humana se vuelve irracional con el paso del tiempo"

Engels

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Cita - "El ojo del mundo"

Cita - "El ojo del mundo"

“He visto morir a hombres porque estaban seguros de que lo que no debería pasar, no pasaría.”

Robert Jordan, “El ojo del mundo, Rueda del tiempo” (1990)

Biografía



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Cuento - "La rosa"

Cuento - "La rosa"

Ante el estudiante, un coche pasó rápidamente, pero él pudo entrever en su interior un bellísimo rostro femenino.

Al día siguiente, a la misma hora, volvió a cruzar ante él y también atisbó la sombra clara del rostro entre los pliegues oscuros de un velo. El estudiante se preguntó quién era.

Esperó al otro día, atento en el borde de la acera, y vio avanzar el coche con su caballo al trote y esta vez distinguió mejor a la mujer de grandes ojos claros que posaron en él su mirada.

Cada día el estudiante aguardaba el coche, intrigado y presa de la esperanza: cada vez la mujer le parecía más bella. Y, desde el fondo del coche, le sonrió y él tembló de pasión y todo ya perdió importancia, clases y profesores: solo esperaría aquella hora en la que el coche cruzaba ante su puerta.

Y al fin vio lo que anhelaba: la mujer le saludó con un movimiento de la mano que apareció un instante a la altura de la boca sonriente, y entonces él siguió al coche, andando muy deprisa, yendo detrás por calles y plazas, sin perder de vista su caja bamboleante que se ocultaba al doblar una esquina y reaparecía al cruzar un puente.

Anduvo mucho tiempo y a veces sentía un gran cansancio, o bien, muy animoso, planeaba la conversación que sostendría con ella. Le pareció que pasaba por los mismos sitios, las mismas avenidas con nieblas, con sol o lluvias, de día o de noche, pero él seguía obstinado, seguro de alcanzarla, indiferente a inviernos o veranos.

Tras un largo trayecto interminable, en un lejano barrio, el coche finalmente se detuvo y él se aproximó con pasos vacilantes y cansados, aunque iba apoyado en un bastón. Con esfuerzo abrió la portezuela y dentro no había nadie.

Únicamente vio sobre el asiento de hule una rosa encarnada, húmeda y fresca. La cogió con su mano sarmentosa y aspiró el tenue aroma de la ilusión nunca conseguida.

Juan Eduardo Zúñiga

Biografía



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Cita de José Saramago

Cita de José Saramago

“De esa manera estamos hechos, mitad indiferencia, mitad ruindad.”

José Saramago, “Ensayo sobre la ceguera” (1995)

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Cita Bukowiskiana

Algunas personas no enloquecen nunca. Qué vida tan horrible deben tener.

Cita dedicada a wintersky, con cariño :)

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Así habló ( y no se calló) Hemingway

"Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar".

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Silencio

«Las únicas palabras que merecen existir son las palabras mejores que el silencio».

Juan Carlos Onetti

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Cita - "El libro del desasosiego"

“Si el corazón pudiera pensar, se detendría.”

Fernando Pessoa, "Libro del desasosiego"

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Haruki Murakami, "Kafka en la orilla"

Haruki Murakami, "Kafka en la orilla"

"He visto llegar, uno tras otro, días vacíos, los he despedido inmersos en la misma vaciedad."

Haruki Murakami, “Kafka en la orilla” (2002)

Biografía

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Teología

La teología pertenece al género literario de lo fantástico. Es la perfección del género.

Jorge Luis Borges

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Cita atribuida a Lenin

Cita atribuida a Lenin

"La forma de aplastar a la burguesía es molerla entre las piedras de molino de los impuestos y la inflación".

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Cuento - "El puente"

Había una vez dos hermanos, Tomás y Javier. Vivían uno al frente del otro en dos casas de una hermosa campiña.

Por problemas pequeños, que al acumularse sin resolverse se fueron haciendo grandes con el tiempo, los hermanos dejaron de hablarse. Incluso evitaban cruzarse en el camino.

Cierto día llegó a la casa de Tomás un carpintero y le preguntó si tendría trabajo para él. Tomás le contestó:

—¿Ve usted esa madera que está cerca de aquel riachuelo? Pues la he cortado ayer. Mi hermano Javier vive en frente y, a causa de nuestra enemistad, desvió ese arroyo para separarnos definitivamente. Así que yo no quiero ver más su casa. Le dejo el encargo de hacerme una cerca muy alta que me evite la vista de la casa de mi hermano.

Tomás se fue al pueblo y no regresó sino hasta bien entrada la noche.

Cuál no sería su sorpresa al llegar a su casa, cuando, en vez de una cerca, encontró que el carpintero había construido un hermoso puente que unía las dos partes de la campiña.

Sin poder hablar, de pronto vio en frente suyo a su hermano, que en ese momento estaba atravesando el puente con una sonrisa:

— Tomás, hermano mío, no puedo creer que hayas construido este puente, habiendo sido yo el que te ofendió. Vengo a pedirte perdón. Los dos hermanos se abrazaron.

Cuando Tomás se dio cuenta de que el carpintero se alejaba, le dijo:

—Buen hombre, ¿cuánto te debo? ¿Por qué no te quedas?

—No, gracias —contestó el carpintero—. ¡Tengo muchos puentes que construir!

Fuente

 

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Cita de "Quintaesencia"

“Hay quien ama lo imposible y hay quien desea lo infinito; pero quizá lo peor sea amar de modo imposible lo posible, o desear de modo infinito lo finito.”

Antonio Gala, “Quintaesencia” (2012)

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Cuento – "Las piedras de la vida"

Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

– ¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco?

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.

Luego preguntó:

– ¿Está lleno?

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.

El experto sonrió con ironía y repitió:

– ¿Está lleno?

Esta vez los oyentes dudaron:

– Tal vez no.

– ¡Bien!

Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

– ¿Está bien lleno?, preguntó de nuevo.

– ¡No!, exclamaron los asistentes.

– Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba. Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.

Un alumno respondió:

– Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.

– ¡No!, concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida?

¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada? ¿O son tu trabajo, tus reuniones, tus viajes de negocio, el poder o el dinero? La elección es tuya. Una vez te hayas decidido…, pon esas piedras primero. El resto encontrará su lugar.

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Cita - "La hora 25"

Cita - "La hora 25"

“Eres un fanático. Y todo fanático me parece un animal rabioso al que no debo acercarme.”

Constantin Virgil Gheorghiu, “La hora 25” (1949)

Biografía

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Fragmento - "Momo"

Fragmento - "Momo"

 “Eso no es nada especial, dirá, quizás, algún lector; cualquiera sabe escuchar. Pues eso es un error. Muy pocas personas saben escuchar de verdad. Y la manera en que sabía escuchar Momo era única. Momo sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le ocurrían, de repente, ideas muy inteligentes. No porque dijera o preguntara algo que llevara a los demás a pensar esas ideas, no; simplemente estaba allí y escuchaba con toda su atención y toda simpatía.”

Michael Ende, “Momo” (1973)



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Cita de Viktor Frankl

Cita de Viktor Frankl

“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos.”

Viktor Frankl, "El hombre en busca de sentido" (1946)

 

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Cuento - "El valor de las cosas"

Cuentan que un joven visitó un día a un sabio maestro del budismo. Necesitaba entender por qué se sentía tan poco valorado.

– Maestro- le dijo-, siento que no valgo nada, que nadie me valora. Siento que soy un auténtico inútil en la vida.

El maestro se incorporó y respondió:

– Cuánto lo siento, muchacho… pero antes de ayudarte, necesito resolver un problema y tú puedes ayudarme. Después, te ayudaré a ti.

El joven volvió a sentirse mal. De nuevo postergaban su problema… se sentía menos valorado aún, pero no podía negarse a ayudar al maestro.

– De acuerdo- le dijo.

Entonces, el sabio se quitó un anillo pequeño que llevaba en el dedo meñique y se lo dio, diciendo:

– Toma este anillo. Necesito que lo vendas en el pueblo. Puedes usar mi caballo para llegar antes. Pero no lo vendas por menos de una moneda de oro.

El joven hizo lo que el maestro le pidió: cabalgó hasta el pueblo e intentó vender el anillo en el mercado. Pero todos se reían de él.

– ¿Una moneda de oro por esto? ¡Vamos, muchacho, que el oro vale mucho y tu anillo no debe costar más de una moneda de plata…como mucho!

Un anciano se apiadó de él y le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre a cambio, pero la consigna era clara, y no quiso vender el anillo por menos de una moneda de oro. Al final del día, desesperanzado, regresó a la casa del maestro con el anillo.

– Lo siento… Nadie quiso darme una moneda de oro por él.

Y el sabio le dijo:

– Vaya, no importa… Tal vez primero debamos saber cuánto vale en realidad, ¿no crees? Así sabremos qué pedir por él. Toma el anillo de nuevo y visita al joyero del pueblo. Que te diga cuánto pagaría por él. Es experto en oro y sabrá con exactitud lo que vale este anillo. Pero no se lo vendas. Vuelve para contarme qué te dijo…

El muchacho hizo lo que el maestro le pidió. El joyero sacó su lupa y estuvo observando el anillo con detenimiento. Después, levantó la cabeza y dijo:

– Dile a tu maestro, que le daré 57 monedas de oro por él…

– ¡57 monedas de oro! - exclamó el joven entusiasmado.

– Sí, sé que es poco… con el tiempo podríamos sacar hasta 70 monedas de oro, pero si tiene prisa por venderlo, es lo que le puedo dar.

El joven regresó muy contento a la casa del maestro y al llegar le dijo:

– ¡Maestro! ¡El anillo vale muchísimo! ¡57 monedas de oro!

Y el sabio asintió sonriendo. Luego le dijo:

– Lo mismo sucede contigo. No todos van a valorar lo que realmente vales. Solo aquellos que puedan verte de verdad, aquellos que como el joyero, sepan valorar. No le des importancia a lo que piense el resto.

Fábula budista sobre la autoestima

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Cita de Mario Benedetti

Cita de Mario Benedetti

“La infancia es a veces un paraíso perdido. Pero otras veces es un infierno de mierda”.

Mario Benedetti

Biografía



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