Los investigadores han advertido que, al exponerse a la luz solar y los oxidantes del aire, los gases de escape sufren un proceso conocido como envejecimiento fotoquímico, generando compuestos potencialmente más perjudiciales que los originales. Tras su envejecimiento, los investigadores observaron una clara citotoxicidad, así como daño al ADN y estrés oxidativo. Según el estudio, “las emisiones envejecidas causaron un daño considerable al ADN y estrés oxidativo tanto en células epiteliales alveolares cancerosas como en células epiteliales bron