Dicen que, ante una emergencia, lo más importante es mantener redes sociales fuertes, de modo que la cohesión ejerza de red de seguridad para mantener los servicios mínimos y evitar las peores consecuencias de una guerra, una ola de desórdenes o una hambruna.
La cuestión es qué clase de cohesión se está formando en nuestro entorno, y qué clase de lazos afectivos estamos forjando con los demás miembros de nuestras comunidades.
En los pueblos, bien lo sé, la gente se odia a menudo, pero la cohesión se mantiene, aunque con dificultad. En las ciudades, mucha gente no sabe cómo se llaman las personas con las que se cruza en el ascensor y, si un día dejasen de funcionar los teléfonos y los ordenadores, ni siquiera sabría a dónde ir a buscar a algunos de sus amigos, proque no tiene ni idea de dónde viven.
En los pueblos, una de las obligaciones sociales es mirar si sale humo por la chimenea de la vecina nonagenaria. Y si pasan dos días sin humo, ir a verla, no sea que se haya caído, o se haya muerto. En las ciudades, en cambio, es el Estado el que se ocupa de las necesidades de la gente, se supone, y así pasa lo que pasa, que aparece gente que lleva un año muerta en su piso sin que nadie se haya dado cuenta ni por el olor.
Ante esta tesitura, hace poco me hicieron en Alemania la gran pregunta. Y de su respuesta dependen muchas cosas. Os la traslado.
Ante una hambruna, ¿compartirías a tu perro con el vecino? ¿O intentarías compartir al vecino con tu perro?
En los pueblos, casi todo el mundo se comería al perro. Pero creo que en las ciudades hay demasiada gente que preferiría comerse al vecino...
Y ahí es donde se jode todo.
Comentarios
#23 Cosas de pueblo... Hay que hacer piña
#26 Mientras sea ella la que pone los melones y yo el plátano hacemos la macedonia
#10 Y creo que los que más abundarian son lo que matarían al vecino para dárselo de comer al perro, pero no por hambre, si no por odio.
Y sobre lo de los pueblos, quizás haya más solidaridad entre los mayores, quizás digo, porque los mayores de 70 están a medio camino entre haber pasado parte del hambre de la posguerra, y las rencillas de la dictadura.
#0 y ahora que resulta que las mascotas son "miembros familiares", menudo dilema para algunos... ¿cómo vas a comerte a uno de tú famlia?, ¿o cómo vas dejar morir de hambre al vecino para no comerte un perro?, ¿dónde está aquí el "deber ser", Feindesland?
#8 Por esa misma razón lo he escrito...
#8 Una cosa es no hacer daño a nuestros queridos animales de compañía... otra cosa es el escenario de hambruna total... ni amigos de cuatro patas ni gaitas... y como se ponga tonto el abuelo... hace un caldo para unos cuantos días... jajajaja...
#12
#13 Hombre, hablamos de hambruna, mientras no te comas el cerebro por aquello de los priones... todo bien...
Ahora en serio. Supongo que a lo largo de la Historia los humanos en situaciones extremas para la supervivencia tomarían medidas drásticas y poco "amables" desde la óptica actual. Todo se ve muy bonito desde la comodidad de paises (como los nuestros) que tienen de todo y no hay carestía de casi nada, pero en situaciones límite... uf...
#12 ahí, ahí...
#28 Otra cosa es que el perro en cuestión sepa y pueda cazar... ahí ya hay que reflexionar un poco. O que te venga bien como perro guardián en situación de hambruna y gente asaltando casas y demás... lo clásico, vamos, desde el origen de los tiempos han sido nuestros amigos los perros, amigos colaboradores... claro.
#0 Como rata de ciudad que aprovechó la pandemia para huir de la cloaca madrileña hacia un pueblo Castellanoleones he de decir que depende del barrio.
Lo que comentas en el pueblo es cierto, todos saben que soy un rojuelas pero una señora de Vox (lesbiana) a veces me ofrece el rabo del cordero de los asados, sabe que me pirran.
En Madrid, como digo, depende del barrio. Si vives en Vallecas, Tetuan o San Blas hay mucha red en el barrio, solo hay que ver en la pandemia como la gente se organizó para ayudarse unos a otros (con sus mas y sus menos) y como algunos, en los barrios pudientes, obligaba a la "chachas" a trabajar porque patata.
#15 ¿Una señora lesbiana de Vox te ofrece rabo?
Que mala leche tienes...
Aquí te van a decir que todos compartirían el perro, que somos aquí muy dignos
#1 con la que se lió con Excalibur, no lo creo. Y muchos que se las dan de empáticos ya te dicen abiertamente que prefieren los perros a las personas (como compañero, no como almuerzo).
#27 oye, pues se agradece la sinceridad... Supongo que llegado el caso tendremos que disculpar a tu vecino si llegado el caso prefiere hacer chuletas contigo que con su perro
#31 no entiendo qué he dicho para que me coma mi vecino...
#32 pretendía ser una broma, pero veo que no he sido capaz de hacerme entender... como el autor del artículo planteaba esto:
... explicar una broma cuando no se fue capaz de hacerla entender a la primera es cosa mala
"En los pueblos, casi todo el mundo se comería al perro. Pero creo que en las ciudades hay demasiada gente que preferiría comerse al vecino..."
Y como dices que muchos ya abiertamente dicen que prefieren perros a personas, pues estirando el asunto y planteando la ficción de estar hablando con uno de esos que preferirían comerse al vecino que al perro (por eso utilizaba el segundo del singular), en esta ficción yo le decía a uno de esos que entonces, ya que ellos preferirían comerse al vecino que al perro, habría que perdonar también a su vecino en el caso de que este prefiriera comerle a él que a su perro...
Buah, olvídalo, tampoco tengo claro que ahora me haya explicado
Yo al vecino lo comparto con el perro. Y sin necesidad de que haya guerra ni hostias.
Vivo en pueblo "ajeno" y antes caen los vecinos, no tengo la menor duda. Al perro jamás, antes muero de inanición. Tengo a un par de vecinos que si salvaría, pero son de los que no se comerían a mi perro, antes mueren ellos por no comer.
#22 Visto así, esa parte del perro que describes pues sí, pero no cumple todo eso cualquier perro, que hay cada uno en pisitos de cuarenta metros cuadrados que dan mucha pena... Y un buen vecino tiene habilidades mecánicas básicas, piensa, y cuatro brazos son mejor que dos... y si ya te toca un manitas lo bordas.
Es una pregunta un poco pasada de vueltas. En caso de hambruna (de la de verdad) te comes las suelas de zapato de quien sea. Y la pregunta es... ¿para qué hay que compartir a mi perro con el vecino? Me lo como y ya veremos. OJO, escenario de hambruna de verdad, no tonterías de no quedan gofres en el super.
#5 Pues yo creo que muchos urbanitas matarían al vecino y lo compartirían con el perro...
#10 Hombre, de todo hay en la...
Pero vamos... es más práctico tener a un humano de vecino y colaborar en lo que se pueda y en lo que no reglas de la supervivencia básicas.
También es verdad que lo que decía aquel torero cada vez tiene más sentido: "Hay gente patóh"...
#11 Es mucho más práctico tener un perro que un vecino, un vecino va a comer mucho más que un perro, tiene más necesidades, te va a dar mucho más la monserga con que tiene hambre. El perro tiene mucho más desarrollado el instinto de supervivencia, por hambre cualquier cosa y si es un poco espabilado hasta te caza y si tiene hambre come cualquier cosa, hasta la mierda de otro perro. El perro siempre está a las duras y a las maduras.
#10 Yo me comería primero al vecino, y al perro los huesos, que no me los puedo comer. Luego me comería al perro, pero porque me da que no sabría tan bien como el vecino. Y lo digo en serio, que conste
#10 Dependería del tamaño del perro. Si es chico y el vecino muy gordo...
Quien elija salvar al perro antes que al vecino, debería aceptar que su vecino le haga picadillo para que coma su perrete.
#16 Llegados a ese punto, el vecino se comería a los dos...
#16 Yo lo acepto, eso si, antes tiene que luchar contra 6 perretes. A ver quien hace picadillo a quien
#16 Por esa razón, en pleno centro de Madrid te encuentras a gente con palas, hachas... esas cosas que no sabes para qué les pueden servir. Es que aun no llego su momento.
La solidaridad siempre lleva a sitios más lejanos y felices que la individualidad... Comparto al perro, porque mi vecina es guay. Dicho lo cual, puedo asegurar que me comería el puto perro mirando al vecino de mierda. La solidaridad requiere reciprocidad.
#3 tú lo que quieres es hacer una de "flores y abejas" con tu vecina, truhán.
#4 flores y flores en tal caso
Pero no, es que es guay mi vecina.
#6 ohhh ya veo, entonces tendrias que llamar a su puerta para pedirle unas tijeras
Primero caería el vecino, luego el perro.
Quizás(solo quizás) me dejaría caer el tercero solo por asegurar la supervivencia de la gente que realmente me importa.
Pero al vecino que le peten, al perro me costaría una cara triste.
Y bueno, yo, me gusta estar vivo, pero también hay gente en este mundo que me guste que este viva tanto o más que yo.
¿Hay que compartir obligatoriamente?
Digo yo que dependería de quién fuera mi vecino. Imagina que el vecino es José María Aznar, o MAR, o ese monarca árabe que descuartiza periodistas, u otro de su calaña: lo tendría superclarísimo.
Ahora bien, si pienso en mis vecinos actuales y teniendo en cuenta que no tengo perro, sin duda compartiría el perro. Pero si lo tuviera y lo quisiera como he querido a otros perros anteriores que compartieron una etapa de mi vida... no sabría qué responderte. Porque yo pienso que algunos perros valen mucho más que algunas personas.
Que yo sepa, nuestro cerebro no es capaz de mantener relaciones sociales más allá de un número limitado de personas, así que el resto terminan siendo filtrados de una u otra forma. Si estás en una isla desierta con otra persona, necesariamente vas a hablarle, si estás con mil personas, lo mismo no le hablas a ninguna. (aunque ya no sería desierta, se sobre entiende de que terminan aislados a su suerte en dicha isla)
Para los informáticos, esto es como un ataque DoS, no puedes atender tantas conexiones, y lo mismo por no dar abasto terminas no atendiendo a ninguna. Lo mismo que pasa en Tinder con hombres y mujeres.
Y personalmente, ninguna, no todo es blanco, ni negro.
No sé que tienes contra los pobres chuchos para plantearte darles de comer esas guarrerias.