Publicado hace 6 años por carlosgarciaweb a carlosgarciaweb.com

Uber ha perdido su licencia para operar en Londres dejando a 3’5 millones de usuarios desolados. Ya no pueden pedir por el móvil un coche particular a bajo coste para desplazarse por la ciudad. Y lo que es peor, 40.000 conductores se han quedado sin unos ingresos que probablemente eran vitales para ellos. Pero esto podría ser una buena oportunidad para mejorar el modelo de negocio de Uber y sustituirlo por otro que respete más a la ciudad. Lo que algunos proponen es crear una cooperativa local de conductores que desarrolle una plataforma digital similar a la de la corporación norteamericana.

La iniciativa pretende que esos conductores que se quedaron sin empleo lo recuperen. Pero que lo hagan en mejores condiciones y con una situación menos precaria. De esta forma, los usuarios tampoco se quedarán sin un servicio que les resulta muy util. Es especialmente necesario en zonas de la ciudad a donde apenas llegan los típicos taxis negros que son caros.

La idea es que se cree una cooperativa sin ánimo de lucro que desarrolle una plataforma digital. Conductores y usuarios serían los dueños de la cooperativa. La propiedad se repartiría en función de la participación en la actividad. Cuanto más involucrado esté un conductor o un usuario, más participaciones recibe.

La gente va a continuar utilizando las plataformas de Internet para contratar todo tipo de servicios físicos o digitales. Desgraciadamente se ha extendido una versión de la economía colaborativa con muchos costes sociales. Pero gran parte de ellos se pueden evitar. Para ello se necesita una nueva generación de plataformas que estén en mejores manos. El cooperativismo de plataforma o el modelo cooperativo en general es una forma de intentarlo.

Pero poco a poco van saliendo casos que demuestran que las ciudades no tienen que aceptar las condiciones que imponen los gigantes de Silicon Valley. Existen alternativas que pueden llegar a funcionar tan bien como ellos. Además, pueden hacerlo de una forma más casera y justa.

En España son los repartidores precarios de Deliveroo quienes han salido a protestar. Ellos son los primeros que se han organizado para pedir mejoras en las condiciones de los trabajadores de plataformas digitales. Los de Barcelona, Madrid y Valencia se unieron a una huelga europea que empezó en el Reino Unido. Están liderando un movimiento incipiente que se opone al capitalismo de plataforma o capitalismo gestionado por algoritmos.

Quizás resulte que la idea de montar multinacionales para todo tipo de pequeños servicios no sea tan buena como pensaban algunos emprendedores. Es posible que centrarse en ámbitos geográficos más reducidos tenga mucho sentido.

Formar cooperativas es una alternativa para esos usuarios descontentos. Una vía distinta a la de pedir mejoras laborales a empresas que posiblemente aceptan la precariedad como parte de su modelo de negocio.

Comentarios

D

Todo el debate de Uber es realmente insulso. Claro que Uber es ilegal; pero la única forma de detenerlo es mejorar el transporte público oficial: buenos autos, limpios, conductores decentes y serviciales...