Hace 6 años | Por --577952-- a lapatilla.com
Publicado hace 6 años por --577952-- a lapatilla.com

La situación ruda y precaria que atraviesa Venezuela.

Los niños que han tomado sin permiso comida de la nevera, por ejemplo, han sido víctimas de malos tratos, como quemaduras en las manos y bocas, porque sus padres alegan que no tienen más nada que darle al resto de la familia. En 2017 una sola Fiscalía de las nueve con competencia de niños y adolescentes recibió 112 denuncias por tratos crueles.

Caracas. Comer un arroz frío que quedaba en la nevera les costó quemaduras en las manos, en la boca y en parte de la cara a dos hermanitos. Los pequeños, de ocho y cinco años, tenían mucha hambre y como sus padres no habían llegado a la casa decidieron buscar con qué alimentarse.

Cuando llegaron y se enteraron de que habían gastado lo poco que había en la casa para saciar el hambre de la familia, fueron castigados. Prendieron la hornilla de la cocina y los quemaron.

-¿Y les gustó el arroz? -preguntó quien tomó la denuncia, para iniciar la conversación y romper el hielo con los niños maltratados.

-Sí nos gustó, señora, aunque estaba frío, pero es que teníamos mucha hambre.

Algo semejante pasó con otros dos hermanitos, quienes bebieron leche con azúcar porque tampoco aguantaban tener el estómago vacío mientras llegaban los adultos a la casa y recibieron una golpiza por parte de uno de sus padres con un cable.

Según las investigaciones del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) se incrementó la violencia dentro de los hogares por comida, en el 2017, ya que la hiperinflación y la escasez impide a los padres surtir la nevera y alimentar debidamente a todos los niños de la casa.

Esta situación desencadenó que las familias crearan estrictas normas en la vivienda con respecto a los alimentos. Gloria Perdomo, coordinadora del OVV, explicó que hay casas donde se come una sola vez al día y por eso los adultos deciden dejarle el alimento al más pequeño de sus hijos. Pero cuando esto no sucede ocurren los maltratos severos.

Recordó el caso de una niña a quien le quemaron la boca con una cucharilla caliente porque se tomó el tetero de la hermanita y el de otro pequeño a quien le quemaron las manos porque agarró la comida que quedaba en la despensa. Ambos hechos fueron registrados en Petare el año pasado.

“Esto demuestra la angustia por no poder conseguir comida, por no tener dinero para comprarla o por la escasez. En estos casos, la angustia de los padres los llevó a cometer estos actos de violencia extrema, al pensar que no tendrían cómo reponer la comida o que los hijos menores se quedarían sin comer”