Circula por internet la siguiente imagen:
No dejaría de ser una de esas preguntas de facebook o linkedin con miles de respuestas, y que no entiendo por qué la gente se esfuerza en contestar, si no fuese por un detalle: ¿por qué en las redes sociales casi todo el mundo contesta 99?
Cuando este problema llega a una persona con un transfondo matemático, se suele aventurar a decir que la respuesta es 98, y no 99. Esto es porque normalmente ve dos variables y una solución, así que escribe lo siguiente: f(x, y) = z. A partir de ahí suele plantear 3 hipótesis:
Hipótesis 1: f(x, y) = x*y + y -1
Fácilmente se puede comprobar que se cumple para todos los términos presentes, y que f(10,9) = 98
Hipótesis 2: f(x,y) = x^2 - 2
Es una hipótesis que me gusta menos. Suelo considerar que, salvo que se demuestre lo contrario, las variables de entrada están ahí para ser usadas. Aun así, con esta hipótesis, también vemos que f(10,9) = 98
Hipótesis 3: f(x,y) = (y+1)^2-2
De nuevo estamos ninguneando a una variable de entrada, en este caso a la x, cosa que podemos hacer dado que para todos los ejemplos que tenemos se cumple que x = y + 1.
Haría falta una fila de ejemplo con dos números x e y en los que no se cumpla x = y + 1 para poder descartar o no las hipótesis, pero por el momento la 1 es mi favorita.
¿Por qué, en cambio, la gente sin transfondo matemático suele contestar 99? Porque tienen menos el concepto de función algebraica y más el de serie: desde pequeñitos nos educan para tratar de ver patrones en las series numéricas, y mentalmente añadimos un concepto artificial: el orden. Así que mentalmente, para resolver, la gente suele hacer una sencilla operación cercana a los resultados. Así que lo que hacen es esto:
Lo que mentalmente están haciendo es que resuelven una parte fácil (x*y) y para el resto ven una progresión 1,3,5,7... pero entonces están añadiendo una variable a la función: el número de fila. Supongamos que las filas comienzan a contar en 0, la función que desarrollan es f(x,y,r) = x*y+r*2+1
Por desgracia es a lo que nos han enseñado, a buscar esta linearidad en las series. Pero, ¿por qué no llevarlo más allá? ¡Que no nos importen ni x ni y! Intentemos resolver la serie sin tener en cuenta las variables, directamente cuál es el siguiente término de 7,23,47,79...
Una de las hipótesis que podríamos plantear en este caso es f(r) = (r*2+3)^2 -2. El problema es que si bien se cumple para todos los términos existentes, el término siguiente de la serie que obtenemos es 119, que se nos hace en principio antiintuitivo.
¡Pero podríamos ir más allá! 7, 23, 47 y 79 son números primos. En concreto 7 es el 4º número primo, 23 es el 9º, 47 el 15º y 79 el 22º. Restando los ordinales obtenemos: 9-4 = 5, 15-9 = 6, 22-15 = 7... podríamos deducir que la solución sería el 22+8=30º número primo, que sería 113.
En conclusión, muchas veces, por causa de la educación, pensamos que la solución a este tipo de problemas está relacionada con series numéricas. Independientemente de ello, por favor ¡no la publiques en mi muro ni en linkedin! ¬¬
Recientemente el caso de la eutanasia activa realizada en Madrid por un hombre que incluso grabó un vídeo para que no quedara duda de la voluntad de su mujer ha vuelto a poner el asunto de la eutanasia encima de la mesa. En realidad, eso es parte del gran tema del suicidio sobre el que ha reflexionado la humanidad desde la noche de los tiempos y sobre el que han corrido ríos de tinta defendiéndose todo tipo de posturas, de un extremo al otro. Cioran pensaba que tener la posibilidad de suicidarse era extraordinariamente importante para no hacerlo, el hecho de no ver la vida como una obligación hace en gran medida que no se vea como algo de lo que hay que escapar. En la Antigua Grecia había consenso en que el suicidio estaba siempre justificado en algunos casos mientras que resultaba igualmente obvio que no se podía aprobar el suicidio en cualquier caso y en cualquier circunstancia. El espinoso problema estaba en encontrar el límite entre los suicidios moralmente correctos y los que no lo eran. Lógicamente se defendieron todo tipo de posturas, algunas tan exóticas a los oídos del siglo XXI como que el suicidio del sabio siempre era correcto porque él sabía si estaba en un momento en que era correcto hacerlo (vivir lo que se debe, no lo que se puede) o que los necios están obligados a vivir porque son incapaces de saber si en caso de suicidarse ese acto es un error irreversible o no. Por su parte, pensadores como Séneca vieron el suicidio como el culmen de la libertad y el suicidio como el único acto genuinamente libre. Así pues, había una variedad bastante grande de posturas acerca del suicidio.
Luego llegó el cristianismo que, si bien algunos de sus primeros defensores llegaban a justificar el suicidio en algunos casos, sostuvo una posición extremista al respecto, censurando el suicidio en todos los casos bajo la idea de que la vida no le pertenece al individuo sino al dios único y verdadero que lo ha creado y, en cualquier caso, hay que aguantar todas las penas y tormentos que nos traiga la vida porque forman parte del plan divino. Dentro de esta concepción del ser humano totalmente alienado de sí mismo se ha llegado a ver el suicidio como un crimen más, igual al homicidio pero cometido contra uno mismo. En este sentido ha habido legislaciones que penaban los intentos frustrados de suicidio igual que los intentos de homicidio o incluso más gravemente.
Por otra parte, en los últimos siglos, en el contexto de las cosmovisiones no religiosas del ser humano y dentro de tendencias éticas y políticas marcadamente individualistas, han surgido quienes han defendido el extremo contrario. La vida de cada persona le pertenecería en exclusiva a esa persona y podría hacer con ella lo que quisiera sin tener que dar cuentas a nadie, incluido el acto de acabar con ella. Así, el suicidio sería un acto de moral privada que estaría fuera de la esfera de lo público y sobre el que no cabría crítica legítima. De este modo, tendríamos acerca del suicidio toda una amplia gama de opiniones desde la que censura el suicidio en todos los casos hasta la que lo aprueba también en todos los casos. También es fuente de discordia hasta qué punto esto es un asunto privado o un asunto público. La polémica de la eutanasia se enmarca dentro de este gran tema, el más importante de los tratados por la filosofía según algunos, o incluso el único importante según otros.
Hay casos en que la vida es un tormento y el que lo sufre ni siquiera tiene la capacidad de suicidarse aunque tenga el deseo. ¿Qué postura hay que adoptar en ese situación? ¿Qué opinas acerca de este gran tema?
Ya no voy a entrar en si este sitio funciona bien o mal, pero creo que sería interesante imaginar un Parlamento nacional al estilo de Menéame.
En primer lugar, los diputados más antiguos verían cómo su voto vale más, aupados por aquello de la experiencia en el valor base de su voto. O sea, que cuanto más tiempo llevas y más te pudres y más experiencia tienes, más se te tiene en cuenta.
En segundo lugar, cualquier propuesta podría ser llevada a ley y necesitaría los votos suficientes, pero como no todos los votos valen lo mismo se trataría de concitar el máximo apoyo entre los más antiguos o los más populares, porque la popularidad también da fuerza parlamentaria.
Luego, nos encontraríamos con que con 160 votos a favor y 22 en contra, la moción sería rechazada y la ley no saldría adelante, porque los votos en contra tienen hasta cinco veces el valor de los votos a favor, o incluso más, algunas veces.
Siguiendo adelante, nos encontraríamos con que la mesa del Parlamento, o su presidenta, podría vetar sin previo aviso a algunos diputados, retirarles su derecho a voto y silenciarlos. Extraordinariamente, el acuerdo de varios diputados podría también retirar el derecho a voto de otros diputados y hasta eliminar su turno de palabra.
Por último, aunque una Ley fuese aprobada, se pagaría un extra a los diputados que votasen en su contra una vez promulgada para que, si se reúnen los votos suficientes en contra, aproximadamente una quinta parte de los que tiene a favor, esa Ley deje de estar en vigor y se penalice a su promotor.
¿A que os molaría esa clase de democracia?
Pues ya podéis contar lo que queráis de vuestro supuesto carácter izquierdista y libertario, porque buena parte de los que estáis aquí os comportáis de ese modo y apoyáis precisamente ese mecanismo.
Me importa un carajo lo que prediquéis: os conozco de sobra por vuestras obras.
Hay errores que te hacen pensar que el periodismo en España es una causa perdida. Hoy tenemos en El Mundo nada menos que a un subdirector y responsable de información económica publicando que la renta per cápita de España ¡no supera el 0,83% de la media de la zona euro!. Se podría pensar que es una errata puntual y se le ha colado un cero, pero el error se repite en varias ocasiones y con distintos porcentajes a lo largo de todo el artículo. Ya ni se entiendo algo tan básico como que significa un porcentaje.
Estaría bien que tuviésemos una idea general y real de como esta afectando económicamente y laboralmente esta situación de encierro y paralización en la que estamos con caos reales y que perspectivas tenéis para un futuro inmediato, ya que en la televisión al principio se hablaba mucho de los despidos, pero yo creo que ahora lo que se dedican a poner son bailecitos, aplausos y ver como la policía persigue, multa y detiene gente que realmente no comete ningún delito y por lo que se ve nadie se sale del guión
En mi caso estoy teletrabajando, pero supongo que otros no podéis y os han echado o os echaran por falta de trabajo y los empresarios tendrán que pagar no solo sueldos sino alquileres, electricidad y otros gastos y sin ingresos
Aquí os lo dejo por si queréis comentar vuestra situación o la de casos que conozcáis y así tengamos una idea de casos reales
Llegamos a creer que Internet podría ser una herramienta de progreso porque en los 90 creímos que el conocimiento era sinónimo de crecimiento. Pero el sistema ha logrado que el conocimiento no solo haya dejado de ser concebido como un instrumento para progresar, sino que lo ha convertido en una fuente de frustración. Cuanto más sabemos, cuanto más cuestionamos, más solos e incomprendidos nos sentimos.
Con la llegada de la Inteligencia Artificial ya no tendremos que crear nada y por lo tanto ya no tendremos que cuestionarnos nada. El conocimiento no será diferencial porque las máquinas podrán conocer por nosotros. Ya no tendremos que tomar decisiones, porque las máquinas sabrán por nosotros. Ya no tendremos que buscar pareja o vacaciones porque las máquinas lo harán por nosotros. Lo único que podremos y debemos hacer será, llana y sencillamente consumir.
En una década el sistema reinante ha acelerado el cambio de paradigma: si antes la revolución era no obedecer, ahora la revolución será no consumir. Nos hemos convertido en pequeños seres cuya mayor oposición frente a la injusticia es no comprar. Esa es nuestra nueva revolución: no cambiar sistemas o deponer a gobernantes, sino decidir a quién damos el sustento que producen nuestros trabajos de mierda. Ya no somos personas, tan solo somos dinero".
Adam Curtis
En resumen, Telefónica quiere hacer volver a sus empleados a trabajar físicamente en sus oficinas. Los empleados de Telefónica llevan un año trabajando en remoto y superando todos los objetivos propuestos por la empresa. Este año se han batido records de ingresos y todos hemos trabajado en remoto. Es importante destacar que prácticamente la totalidad de los empleados de Telefónica tiene una actividad teletrabajable, salvo muy pocos puestos clave en su rama de operaciones.
Con su plan #recomenzamos Telefónica plantea hacer que todos sus empleados (salvo empleados de riesgo alto) retomen la actividad presencial a partir del día 5 de abril. Cabe recordar que en comunidades como Madrid continuamos en alerta nivel 4 por pandemia. Se plantea volver tras las vacaciones de semana santa, con el lógico repunte de infecciones que suele haber posterior a cualquier festividad.
La inmunidad de la población no supera el 5%, muy lejos del 70% necesario para tener una mínima protección vía inmunidad de grupo. Prácticamente ninguno de los empleados de Telefónica a los que se plantea hacer volver a trabajar en presencial está dentro de los grupos prioritarios de vacunación.
Lamentablemente, a pesar de que esta situación es conocida por los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT han dado su visto bueno a volver a trabajar en presencial, aludiendo a conceptos tan vacíos como "es el momento de recuperar nuestras vidas". Ni siquiera han preguntado a sus afiliados respecto a la posibilidad de negarse o de convocar una huelga.
La iniciativa de Telefónica es una de muchas. Las vidas y la salud de sus trabajadores están en segundo plano respecto a los apetencias de sus directivos, ya que ni siquiera hay un criterio de productividad detrás. Simplemente un capricho que puede costar vidas y dejar secuelas permanentes a sus trabajadores, como ya las han sufrido varios de mis compañeros.
La lucha de Telefónica contra el teletrabajo es totalmente contraintuitiva, tanto por su propia actividad empresarial como por los resultados obtenidos en este año de teletrabajo. Quiero escribir estas líneas esperando que alguien en su dirección recapacite y piense en la responsabilidad social y en la salud de sus empleados. Me gustaría que la empresa mantuviera el buen criterio del último año de permitir el teletrabajo en la que es ya la peor pandemia de los últimos 50 años.
Sé que este planteamiento no es único de Telefónica, pero creo que es el momento de que alcemos la voz y rechacemos como sociedad este tipo de prácticas. Si quieres darme voz, te animo a que menees este artículo. Si eres accionista de Telefónica, te animo a que participes en la próxima junta de accionistas. Los puntos principales del día incluyen reelegir al actual CEO y aumentar las bonificaciones a los directivos, pero quizá quieras sacar a la luz este tema que tiene una implicación directa en las vidas de sus empleados y en la responsabilidad social del grupo.
Muchas gracias por leerme. Y si estás en una situación similar, ánimo. Es el momento de señalar a las empresas que juegan con la vida de sus empleados.
Los usuarios de 4chan discuten un "bombazo". Unos representantes del Consejo Supremo Talibán tienen ciudadanía estadounidense. Para confirmarlo, fueron publicadas las imágenes de pasaportes estadounidenses expedidos a nombres falsos, que, en realidad, pertenecen a los talibanes paquistaníes, Abdul Jamil, Fahzl Rahman Muslim, Zuhur.
Pero hay otra noticia más sensacional. Resultó que la Administración Obama sabía lo que estaba pasando ya en 2013, pero decidió silenciar el asunto. El entonces representante permanente estadounidense ante la OTAN, Douglas Lute, dirigió la carta al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y todos los miembros del Consejo del Atlántico Norte, en la que expresó el temor de que la información llegue a los medios de comunicación de Irán, Rusia, India y China. Además, Lute recomendó que "los medios de comunicación de los países de ISAF consideren estas fotos la propaganda anti-OTAN destinada a desacreditar los resultados alcanzados por la Alianza en la región".
En la carta ha quedado claro que la información fue filtrada por militares del Ejército Nacional Afgano después de la operación antiterrorista ejecutada en la provincia Kandahar en Afganistán el 23 de marzo de 2013.
La información sobre pasaportes británicos y canadienses también figura en la carta, pero sus imágenes, por desgracia, no se filtraron en la red. Eso nos hace preguntarnos ¿cuántos líderes de los grupos terroristas se pasean libremente por el mundo con los pasaportes de países occidentales? ¿cómo los consiguieron?
Por cuestiones profesionales, familiares y académicas me paso la vida rodeada de investigadores científicos en el trabajo, las fiestas y las sidras cuando vuelvo a España. Por mi propia educación tuve que formarme en investigación científica cuando hice el doctorado, entre España y el Reino Unido. Allí empecé a familiarizarme con algo que, aunque al explicarlo resulta tan obvio, en España nunca me atrevía a mencionarlo mientras que en Cambridge era una realidad aplastante e incuestionable:
La clasificación entre "ciencias" y "letras" oficiosa del sistema educativo franquista, no existe más allá de lo coloquial y, si la usamos fuera de España, la gente entiende otras cosas que no son las que nosotros tratamos de decir.
Dicho de otro modo, la investigación científica es una actividad que se aplica a diferentes áreas y que debe tener los mismos mecanismos y principios, se aplique a lo que se aplique.
Hablemos de Ciencias Formales, Ciencias Naturales, Ciencias Humanas o Ciencias Sociales, el Racionalismo y el Empirismo son los dos pilares que sostienen a todas, y es lo que las separa se todo lo que no es un pensamiento científico. Dicho de otro modo: la mente de un investigador científico que tenga como objeto el estudio de la estratosfera, o el que estudie fenómenos humanos como la música, deben de funcionar de acuerdo a los mismos principios intelectuales y el mismo método científico.
Eso, en el Reino Unido es una obviedad, en mi universidad en España, una locura.
Claro que, tal vez por eso, los departamentos de la Facultad de Músicología donde estudié en España no tenían un euro, y los del otro país reciben millones de libras cada año para sus proyectos de investigación ya que son enormemente productivos, rentables y prestigiosos.
Anécdota: en una fiesta en Cambridge se rieron de mi porque no sabía que la Medicina es una Ciencia Humana (ya que tiene como objeto al ser humano, y eso es lo que define a las Ciencias Humanas); en España, sucedería lo mismo por dar la definición correcta, no la erronea.
Me recuerda a cuando uno va a pedir un "White label" en una fiesta: si pronuncio "güite label", en español, soy una gañana; si lo pronuncio correctamente en inglés (como "Güait leibol"), soy una snob y una gilipollas; tengo que decir una palabra bien y otra mal ("güait label") para que la gente esté a gusto, aceptando ese error colectivo porque así somos todo un poco tontos en manada.
Pero se supone que un investigador científico, en su trabajo, no tiene que equivocarse "un poco" para que la manada esté a gusto, y decir burradas conformistas.
Sí, este titular es más o menos una frase que dijo una administradora en el nótame cuando la gente criticó el puritanismo sexual excesivo y además incongruente en menéame. Si sois más papistas que el papa, no sigáis leyendo, que el contenido e imágenes (con censura) os podrían escandalizar.
Bueno, empecemos por el origen del título de este artículo. Todo se debe a un envío sobre el annilingus. Es un envío que lleva a una página de Antena 3 en la que hay un vídeo sobre una sexóloga hablando sobre dicha práctica sexual, sin imágenes explícitas ni nada. Y dicho envió fue cerrado, y un usuario de esta web preguntó por ello en el Nótame. Una administradora dijo que quizá fuera por ser un envío pornográfico. Otra administradora citó una norma en la que se mencionaba lo de pornografía, pero al decirle que el envío no era pornográfico, dijo que la norma tenía más palabras, sin especificar cuáles eran las aplicables en este caso. Pero la frase que generó algo de cachondeo fue la siguiente:
os recuerdo que es una web para todas las edades (y hay usuarios de 12 años o quizás menos)
A raíz de esa frase hubo varias notas cachondeándose de ello, por ejemplo haciendo referencia a noticias que no serían adecuadas para gente de esta edad, como una de decapitaciones y cosas así. En fin, lo más gracioso es que un par de meses antes, en menéame hubo un pregúntame de una sexóloga. Os recuerdo que estos pregúntames son organizados por la propia administración de la web. Un poco incongruente que ellos promuevan un pregúntame de una sexóloga y sin embargo censuren un par de meses después un vídeo de otra por contenido pornográfico. Vale, acepto que en el envío censurado digamos que el tema que tratan quizá sea más delicado, pero aún así. Lo que varios usuarios pensamos es que en realidad el cierre de ese meneo se debió al usuario que lo había enviado, porque sí que había hecho otros envíos inadecuados, y aunque este no fuera exactamente inadecuado lo sumaron al paquete. Bueno, se podría entender...
Pero ahí no acaba la cosa...
Hace 2 días llegó a portada un envío sobre la época en la que tele5 con cualquier escusa sacaba a mujeres en tetas por pantalla. Ya en la miniatura del envío se ve una chica solo en bragas, y bueno, un par de emoticonos de un mono para censurar los pechos desnudos. Si os metéis al envío podéis ver varios vídeos de chicas en posiciones y ropas sugerentes, e incluso de alguna destapándose para mostrar sus pechos, esta vez sin censura alguna. No, menéame no ha cerrado el envío, ahí sigue. Por lo que comento esto es por un comentario que hice en dicha noticia. Hablando sobre si hacía falta alguna excusa para mostrar tetas en pantalla hice la gracia se subir una foto con el pecho desnudo de una mujer. La foto es solo del pecho, un pecho natural (bueno, como no lo he tocado, no sé si operado), sin tatuajes, piercings, sin ningún símbolo extraño, ninguna posición sugerente ni nada, simplemente el pecho de una mujer. Adjunto la imagen al final de este artículo, con censura para que no me cierren el artículo, claro. Y al día siguiente veo que han editado mi comentario para eliminar la imagen. Pero no solo eso, sino que luego veo que me aplicaron un strike. ¡Por fin mi strike inmerecido! XD No, este artículo no es para llorar por el strike. Total, solo ha supuesto la pérdida de unos 3 puntos de karma, pero ni me ha impedido seguir votando, comentando, ni nada. Solo ha cambiado el karma, que mola que sea alto, pero vamos, nada importante. Miro el motivo del strike y pone
strike0 / Material pornográfico o de violencia gráfica
¿Cómo? Obviamente la imagen no es violenta, así que deben de haber considerado la foto como material pornográfico. Puf, ya andan en peligro los menores de 12 años, esos que no deberían ir a la playa por si se cruzan con una chica haciendo topless. En fin, lo comento en el Nótame, a ver si alguien me puede explicar qué es lo que se considera pornográfico en esta web, cosa que por cierto ya comenté en su momento a raíz del meneo que he enlazado al principio. Por ahí no recibo respuesta. Así que escribo un email al abuse, con todo detalle, de forma educada y tal. Y me responden, también de buena manera. Y cito una parte de la respuesta:
esa foto que has colgado no tenía nada que ver con la noticia por lo que hemos entendido que desviaba el foco del debate, tal y como se indica en las normas...
También me comentan después que si la imagen es NSFW y tal, aunque parece que el motivo del strike es el citado justo arriba, si bien en mi perfil aparece lo del material pornográfico. En cualquier caso les contesto para que me aclaren si es por lo de desviar el debate o por subir material pornográfico. Y además, ¿cómo que la imagen no tenía nada que ver con la noticia? ¿Una imagen de unas tetas no tiene nada que ver con una noticia sobre que tele5 mostraba tetas en pantalla con cualquier excusa? ¿En serio? Anda que no hay desvíos de temas en los meneos que no son sancionados. No, ni de coña puede ser una sanción por salirme del tema.
Por otro lado, el argumento de que alguien podría tener problemas en el trabajo por la foto que he subido no es nada lógico, ya que para empezar hay unas fototetas (con censura) al lado del titular del meneo, mi imagen de primeras sale en pequeño y se ve lo que es sin necesidad de ampliarla, y por último, si el jefe te pilla visitando Menéame en horario laboral, la bronca que te puede echar va a ser por el hecho de estar perdiendo el tiempo en la página, y no por una miniatura de unas tetas que aparezca en un comentario.
En fin, pienso que simplemente alguien, quizá un archienemigo mío por estos lares, reportaría el artículo por la foto, y algún administrador con el piloto automático puesto decidió aplicar la sanción. Pero vamos, además de un puritanismo extremo, es que es incongruente con el resto de contenido de la web. Si el meneo en cuestión muestra mucho más de lo que se ve en esa imagen, y hay hasta usuarios más que conocidos en esta web que tienen desde hace una porrá de años una foto de perfil de una chica en tetas. Por cierto, me suelen salir anuncios de Aliexpress que son más sugerentes que la foto que subí.
En definitiva, que según esta web el pecho de una mujer es considerado como algo pornográfico. Da igual la foto, no hace falta ni caricias ni nada, una foto en posición natural. Así que cuidado con lo que escribís y subís por aquí, que algún menor de 12 años que se meta por aquí por error debido a que el título de esta web le llevó a pensar que era una web más de las que tiene guardadas en marcadores del móvil, puede verse ofendido si ve la foto de un pezón femenino.
Y a continuación la foto censurada por la administración, en la que incluyo censura para intentar evitar que me cierren el meneo...
Esto se me ha ocurrido comentando otro artículo.
Mi comentario era este: "¿Para cuando un meneame de voz? Con debates. Pongo a disposición mi servidor de discord. Eso iba a ser la leche. Aquí habría grandes contertulios. Me refiero al estilo de La Clave. Con tiempo medido. No a las carnicerías de debates de hoy en día, donde prima el histrionismo."
A nivel técnico esto se monta en una hora. Ya sea con Discord, Twitch, YouTube o plataforma de podcast.
Crear un debate constructivo en los comentarios a veces es un tostón por tener que ESCRIBIR. Ya no te cuento si lo tienes que hacer desde el móvil.
¿Algún contertulio voluntario?
Enlace a la resolución original: undocs.org/es/A/RES/74/136
La lista es interminable y puede ser polémica, pero la situación es invariable: Prusia Oriental, Sudetes, Yugoslavia, Donbás, Palestina...
Llegas a un lugar, lo tomas por las armas, echas a patadas a la gente que vive allí y estableces a los tuyos. Veinte años después, los tuyos han tenido hijos que han nacido allí y tienen derecho a vivir allí. Cincuenta años después, ya son dos generaciones de los tuyos los que tienen derecho a a habitar esa tierra. En tres generaciones, ya no vive casi nadie de los que tuvieron que irse y el territorio es indiscutiblemente tuyo, y toda la población que lo habita tiene el legítimo derecho de seguir viviendo en esa tierra.
¿Os parece normal? A mí no, pero es como funciona. Hay delitos, delitos contra la Humanidad, que generan derechos. Delitos que generan legitimidad y ganancias territoriales, económicas y estratégicas. Hay crímenes que salen rentables, y no sólo desde el punto de vista práctico, sino que admiten también su consolidación a nivel jurídico. Estremendo. Es terrible. Pero muy difícil de evitar y de discutir.
¿Qué derecho tiene los alemanes sobre la Prusia Oruiental polaca, sobre la Silesia de Breslau o sobre el puerto de Danzig, hoy Gdansk? ¿Qué derecho tienen sobre el Königsberg de Kant, hoy conocido como Kaliningrado, y en manos rusas? Ninguno.
Es lo que hay. Pasa el tiempo. Nace gente. Muere gente. La limpieza étnica se consolida y se convierte en legitimidad. Si tras conquistar un territorio permites que sigan viviendo allí sus antiguos habitantes, corres el riesgo de que tarde o temprano, por razones culturales, lingüísticas o emocionales se rebelen contra tu poder y quieran regresar a su vieja patria. Pero si los echas a patadas o los asesinas, se acabó el problema y en poco tiempo el territorio será legítimamente tuyo y de la gente que lo habita: los tuyos.
Así las cosas, ¿cómo podemos esperar que no se siga haciendo? ¿Quién puede ser tan imbécil como para evitar un crimen que se lava a sí mismo, y se convierte en un derecho? Por supuesto que los israelíes van a aniquilar a los palestinos y sustituirlos por sus colonos. Como han hecho hasta ahora. Como hemos hecho en Europa toda la puta vida. Por eso parte de Ucrania está habitada por rusos. Por eso no hay alemanes en Prusia. Por eso serbios, croatas y bosnios escabecharon a la población civil y por eso andan todavía a hostias los serbios y los albaneses en las montañas de Kosovo.
No sé si existe una manera de revisar semejante legislación corrupta. No sé siquiera si es cabal a proponer que los muertos tengan más derechos que los vivos (a mí me parece que no), pero mientras la limpieza étnica genere derechos la seguiremos viendo una y otra vez, hasta el infinito. Las cosas que funcionan, se repiten. Claro que sí. Mal que nos pese. Mal que sangremos.
Cuando leí la sentencia de La Manada, recordé una vieja conversación que tuve con un compañero de clase sobre la violencia de género. Ambos éramos bichos raros (yo lo sigo siendo libre y voluntariamente) y comentábamos el asesinato de una chica murciana por su pareja. El me respondió que las mujeres que se lían con cafres "en lugar de hombres como nosotros" no deberían tener protección policial, pues saben dónde se meten y deben asumir las consecuencias.
El rencor hablaba por su boca. Todas las chicas que no habían querido estar con el, le habían generado una clara misoginia. Es uno de los problemas del machismo: a los prejuicios irracionales se suman pasiones especialmente intensas. Pasiones que nacen del deseo de tener a la mujer, y además en la forma que el hombre considera adecuada.
Independientemente de que quienes los asumen se den cuenta o no, los ideólogos de los prejuicios suelen crearlos buscando dinero o poder. Odio a los inmigrantes para crear un chivo expiatorio sobre el que proyectar la frustración popular, dejándoles además desamparados para que los grandes empresarios les exploten a placer. Odio religioso para justificar guerras de dominación. Y...odio a las mujeres libres para dar vía libre al uso descarnado de una parte de la población que, para los hombres heterosexuales, es singularmente deseada y genera unas pasiones difícilmente igualables.
Parece increíble que a día de hoy debamos seguir defendiendo que toda mujer es libre para vestirse, casarse, divorciarse, tener sexo, construir su vida...de la forma que desee. No hay peor crimen que imponer canones de comportamiento a seres únicos. Con las mujeres se ha hecho especialmente, y además estableciendo un canon incompatible con la dignidad humana, pues sus pilares han sido la sumisión y la renuncia. Se ha pretendido transformar a personas en animales de compañía.
Partiendo de la verdad universal de que toda persona es dueña de su ser y su vida, solo hay una opción legítima cuando te ofenda de una forma insalvable que una mujer no quiera actuar como tú deseas: déjale en paz y apártate de ella. Ninguna conducta suya, por inmoral errónea o injusta que te parezca, puede servir como excusa para que violes ninguno de sus derechos, desde su libertad a su integridad sexual.
Hay un ejemplo especialmente claro para los que justifican el acoso o la violencia sexual hacia las chicas que se visten de una cierta forma o que actúan como "calientapollas". Si yo tengo una obra de arte, soy libre de caminar con ella por la calle sin que nadie me la toque sin mi permiso o me la robe. Y en este caso no estamos hablando de objetos, sino de personas. Así que con más razón.
Hace años los artistas no solían hablar de salud mental. Hoy, nadie lanza un proyecto sin hablar de ella.Y aunque visibilizar importa, convertir el sufrimiento en trampolín comercial puede ser más dañino que el silencio. The Guardian lo llamó “La mercantilización del trauma”.
La salud mental se ha transformado en contenido. La depresión, da engagement. La ansiedad, impulsa los clicks. Y las lágrimas, si son a cámara y justo antes de una gira, cotizan ya mucho más que el talento. No exagero. Selena Gomez, Billie Eilish, Dani Martín, Ángel Martín… la lista es infinita. Todos han compartido sus batallas. Lo relevante no es que lo cuenten, sino cuándo y para qué.
Especialmente polémico fue el caso de Demi Lovato que convirtió su trastorno bipolar en narrativa de marca de la forma más impúdica y medida: confesiones públicas, discos, series, documental y merchandising de resiliencia. El dolor como lifestyle dentro del capitalismo emocional.
La industria del entretenimiento ya no oculta las crisis. Se producen, se publicitan y se monetizan con precisión quirúrgica. Vivek Shraya lo llamó “La Industria de los Payasos del Trauma” al autodefinir su pasado.
Las agencias de representación lo tienen claro: la “vulnerabilidad selectiva” es la forma más rentable de conectar sin exponerse. El storytelling del sufrimiento vende. Y ya si viene con arco de redención, miel sobre hojuelas.
El propio Leiva (que paradójicamente ha hablado de ansiedad y salud mental en el lanzamiento de sus TRES ÚLTIMOS DISCOS) ve clara la paja en el ojo ajeno.
¿Tienes un nuevo disco, un libro, una serie o un documental? Perfecto. Solo falta la confesión emocional en una entrevista y la portada con mirada quebrada. Agencias de representación y discográficas han entendido el poder del trauma. No importa si la narrativa del dolor es previsible, si la historia personal emociona. Una “buena depresión” puede tapar un disco mediocre o mejor aún, relanzar una trayectoria artística carente de vigor.
La desigualdad o la precariedad están desapareciendo de las letras de la mayoría de artistas. Se sigue cantando sobre dolor o tristeza, pero siempre desde una perspectiva absolutamente personal, nunca colectiva. La lucha contra la injusticia ya no vende como antes y eso es algo que el mercado ha entendido a la perfección. Porque solo se habla de salud mental desde un contexto de privilegio, en un ejercicio de profundo narcicismo, evitando analizar marcos o causas. Y una confesión con intenciones de conversión no es activismo. Es contenido de consumo. Es transformar la concienciación en pura frivolidad.
Al hablar Hitchcock sobre el inmenso poder que el suspense tiene sobre el drama en el cine (y en la vida), dijo: “Si no quieres que el espectador piense en el origen del problema, haz que se obsesione con sus consecuencias convirtiéndolas en relato o en obstáculo a superar, logrando que se identifique fuertemente con ellas”.
Hasta no hace mucho, los artistas creaban para compartir su visión del mundo con la gente, fomentando el talento y la evolución cultural. Ahora los artistas comparten traumas y dramas para que la gente pueda creer que son como ellos, fomentando una identificación tan manipuladora como paralizadora. Esa que logra que pongamos el foco en la consecuencia (la salud mental) y nunca en la causa (precariedad, empleo, vivienda y servicios sociales).
De esta forma, los medios han naturalizado que la gente empatice mejor a través de la admiración que a través del entendimiento del sufrimiento de un igual.
No hace falta mucha imaginación para entender a quién beneficia esta nueva forma de relacionarnos con la salud mental.
En un Consejo de Ministros, Gómez de Llano, ministro de Hacienda de Franco, le dijo al dictador que Berlanga era comunista. Franco le contestó, cortante: “Berlanga no es comunista, es algo peor, es un mal español”.
Jamás he conseguido explicarme cómo pudo el director valenciano sacar adelante tantísimas películas, ni aún con esa inteligencia apabullante que él y Azcona utilizaban a modo de calzador infalible para hacerlas pasar a través de los poquísimos resquicios que dejaba la implacable censura franquista.
El caso de El Verdugo es algo extraordinario. ¿Cómo pudo una película tan sumamente cáustica, honesta y, ante todo, destructiva para con el régimen, salir a la luz y no solo eso, sino llegar a concursar en el Festival de Berlín para erigirse como ganadora absoluta del Oso?
Mark Cousins, afamado crítico y creador del que es, probablemente, el más excelso y completo documental sobre la historia del cine (The story of film, ver en Filmin) dijo de la famosa secuencia en la que se lleva a un tipo a rastras hacia el patíbulo, que es, probablemente, “la mejor escena jamás realizada en la historia del cine”.
Esa escena fue, precisamente, mi primer contacto con Berlanga. La vi un verano, en la playa, siendo adolescente y me dejó completamente en shock. Una dependencia carcelaria, fría y desolada, en la que coinciden dos víctimas, el reo y el verdugo, ambos rodeados de grupos que les encaminan a una puerta de salida sin retorno posible, real o metafórico según los casos. La víctima, que sabe que va a morir, claro, avanza entre el desmayo y la negación, pero sabiendo de lo irremediable de su condición. Se medio desmaya, se niega a avanzar, casi vomita, los guardias se ven obligados a arrastrarla hacia su final. Ese sombrero que se cae y se queda como flotando en la nada, en un plano completamente vacío, hasta que llega alguien y lo coge. La engañosa inocencia de ese objeto en mitad de la nada.
Pero he aquí la magia de El Verdugo, porque la situación, enormemente trágica, no pierde en ningún momento su parte humorística, coçn esa mescolanza de voces y diálogos entrecortados, tan de Azcona, que transforman el drama, la negrura infinita de una España muerta, en una comedia sí, pero en una comedia que te rompe de arriba abajo cuando la puerta se cierra y te inunda el silencio.
No hay nada más berlanguiano que esa secuencia de un minuto, tampoco hay nada más español.
Y cuál fue mi sorpresa cuando, una década después, vi la película por primera vez y descubrí que la persona que avanzaba tranquila era la víctima y la que se negaba a su destino y tiene que ser arrastrada por los dos guardias es el verdugo. Colapsado ante mi total necedad, entendí muchísimas cosas: el poder de la escritura, el cómo una leve sustitución puede suponer la diferencia entre lo absolutamente inolvidable y la mera anécdota, pero sobre todo, en ese momento descubrí la valía de la dupla Berlanga/Azcona y cómo frente al hambre, la estrechez de miras, el dolor, la pobreza, el miedo, la censura y un país paleto, romo y sin porvenir, el talento puede sobrevivir y crecer con más brillantez que frente a la complacencia, la calma, la placidez y la bonanza.
Así que la víctima avanzaba tranquila y digna hacia su destino y era el verdugo el que no podía soportar las consecuencias que él mismo había elegido. Joder...aquello me partió en dos.
España siempre ha sido berlanguiana, incluso antes de que Berlanga existiese y por eso esta escena está basada en un hecho real de nuestra España, protagonizado por un verdugo que, en Valencia, se negó a hacer su trabajo al enterarse de que la condenada al garrote vil era una mujer. El susodicho necesitó de 2 inyecciones con calmantes para cumplir con su deber. Berlanga escribió la escena, pero no encontró el momento ni la inspiración para añadirle una hora y media. Años después, ayudado por Azcona, la convierte en una película extraordinaria que se estrena a principios de los 60 en una España que seguía encerrada en un ultracatolicismo pegajoso y transversal que travestía cada minúscula traza de disrupción y creatividad en un conato de rebelión imperdonable..
El verdugo es, sin duda, una crítica a la pena de muerte, no hay que ser muy lince para descubrir eso, pero como el propio Berlanga explica, eso no es lo más importante, hay una cuestión que esta película pone delante del espectador de una forma poderosísima, implacable y dolorosa y que alcanza su culmen en esa escena en la que el verdugo es llamado a la ejecución mientras se toma un café y comienza la fase de negación, cuestionando al guardia “¿pero no iba a llegar el indulto?”.
Es el problema de la libertad humana, el cómo aplazamos la lucha frente a todo lo que sabemos que está mal, todo lo injusto, por una pequeña parcela de bienestar. El verdugo, que ha vivido todo el tiempo sin tener que cumplir con el negro destino, tranquilo, en casa y apartado del horror, de pronto descubre que lo que era un chollo es el trabajo más terrible que uno deba realizar. Hay aquí un poderosísimo simbolismo que trasciende al propio personaje y que escupe en la cara de millones de españoles que viven atrapados en una dictadura, si no están vendiendo su libertad, su dignidad, su raquítico porvernir, por unas trazas de casposa, oscura, precaria, engañosa e indigna tranquilidad.
Dice Berlanga de El Verdugo: “Dentro de esa película, no está implícito pero está explícito, el enorme peligro de decir sí”. El enorme peligro de conformarse, de no meterse en problemas, de pensar que la tragedia, aun sabiendo que está afectando a otros, en mi país, incluso en mi ciudad, nunca me rozará. O como dijo Fernando Fernán Gómez sobre esta obra magna: “Esa actitud tan sumamente española de creer que la vida es un camino de rosas y espinas pero eso sí, las espinas, que se las coma otro”.
La guinda es Pepe Isbert, que, en un papel antológico, representa también a la otra España, que Berlanga, de forma extraordinaria, logra igualar a su opuesta, pues si el verdugo joven vende su dignidad por el confort y de pronto se encuentra con el miedo a matar, el verdugo viejo afirma que “solo se pasa mal la primera vez” y luego vende su dignidad al confort de practicar un trabajo inhumano, que es "solo trabajo", sí, pero que no es otro que matar.
Los que se conformaron y no hicieron nada y los que se conformaron y lo hicieron todo. Imposible resumirlo mejor. Jamás nadie hizo un retrato mejor de un país que no ha cambiado ni un ápice, porque lo berlanguiano, no solo existió antes de Berlanga, lo berlanguiano sigue y seguirá existiendo después de Berlanga.
No soy suscriptor de este digital pero me gusta bucear en amplios espectros ideológicos de la prensa escrita. En la sección de opinión de los artículos de hoy (7 de mayo de 2023) aparecen publicados 4 artículos. Sólo uno de ellos está en abierto y lo puede leer cualquiera. Algo que me ha extrañado.
blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2023-05-07/espana-riego-perder
Escamado por la curiosidad procedo a su lectura: «España en riesgo de perder la soberanía alimentaria». Uhm..., el título es sugerente.
El subtítulo lo es mas: «Los problemas de depender de otros para poder tener bienes de primera necesidad los conocemos y los hemos vivido ya».
Está firmado por una tal Milagros Marcos Ortega que inicialmente no tenía ni idea de quién era.
Nada más comenzar su lectura, cualquiera que disponga de un mínimo de información veraz y contextualizada, detecta el insoportable hedor del bulo, la mentira y la tergiversación de la realidad hasta límites inasumibles para un lector con un mínimo de pensamiento crítico. Por ejemplo, se explicitan dos bulos de la ultraderecha que se difunden masivamente a través de determinadas redes sociales.
Copio y pego textualmente el primero: «el precio de la energía se ha duplicado con la aplicación de la llamada excepción ibérica, de modo que en España se llega a pagar el doble que en Francia o Portugal».
En el segundo se afirma: «se destruyen 108 presas en los ríos y se aprueban los nuevos Planes Hidrológicos de tercer ciclo en los que se paralizan las obras de almacenamiento y aprovechamiento de agua».
Me sorprende que alguien escriba semejante detritus de veracidad en un periódico que aspira, según se lee en: «quienes somos»:
www.elconfidencial.com/espana/2020-12-14/quienes-somos_2876379/
Nuestra visión: Ser el mejor diario digital de España, con información independiente y veraz.
hasta que llego al párrafo que aclara:
«Conscientes de toda esta situación y ante la negativa constante del Gobierno de aceptar ni una sola de las diferentes propuestas puntuales que hemos venido planteando desde el Partido Popular para revertirla….»
Todo empieza a cobrar sentido. Emprendo una mínima investigación para saber quién puede ser la autora de semejante dislate. Te imaginas que es una técnica a sueldo del PP. Una ingeniera agrónoma, una bióloga, una experta en medioambiente, una meteoróloga, una técnica en medioambiente o al menos una agricultora con experiencia y resulta que la difundidora de bulos es una Licenciada en Filosofía y Letras. Eso sí, ha desempeñado cargos en Consejerías de Cultura, de Medio Ambiente, de Sanidad, de Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y de Agricultura. La típica trepa que sirve tanto para un roto como para un descosido... o para difundir sin la más mínima ética, que para eso estudiaría filosofía, una enumeración de bulos.
Se entiende perfectamente la situación contextual. Estamos en campaña. Se comprende que la deriva ultramontana que ha emprendido un partido supuestamente de centro, el PP, asaeteado en su caladero de votos por la facción de ultraderecha, Vox, le hace magnificar de manera grandilocuente mensajes que no pasan en algunos casos el más elmental filtro democrático pero lo peor, a mi entender es la actitud de El Confidencial que lleva a cabo tres acciones reprobables.
La 1ª es que pone en abierto una propaganda institucional, fundamentada en el bulo, la mentira y la irrealidad de los datos errńeos, camuflada como artículo de opinión.
La 2ª es que oculta la filiación y cargo desempeñado por la autora del artículo de manera deliberada. Esto es sencillamente un elemental atentado contra algunos de los pilares de la ética periodística, como son la precisión, la objetividad y el contexto.
La 3ª es que permite sin el más mínimo pudor que se haga una propagación de falsedades que están perfectamente demostradas de que lo son sin al menos advertir que determinadas opiniones, por decirlo eufemisticamente, son controvertidas.
Empiezo diciendo, este artículo no es mío. Aquí el artículo original, de Pyotr Akopov: web.archive.org/web/20220226224717/https://ria.ru/20220226/rossiya-177
Este artículo, que traduzco, estaba preparado por RIA Novosti para, aparentemente, cubrir una rápida capitulación de Kiev con un conflicto descentralizado subsiguiente en el resto de regiones. Fue publicado por error el 26 de febrero de 2022, hace dos días. Pocos minutos después desapareció, pero fue capturado por Internet Archive (podéis donar aquí para que continúen su labor: archive.org/donate/).
RIA Novosti no es una agencia de mindundis, es LA agencia de noticias estatal, y parte de Rossiya Segodnya (Russia Today) como plataforma informativa general del estado.
Yo tenía un artículo preparado sobre los métodos propagandísticos típicos rusos para controlar la narrativa ante hechos adversos, sobre todo dando ejemplos de las 5 etapas ante ellos: negar lo ocurrido, indignación, victimismo, whataboutism (y tú más) y, finalmente, pero condicional, reconocimiento). Pero la guerra ha explotado, la mayoría de la gente se ha dado cuenta de que Rusia, quizá, no ha sido del todo honesta desde el principio de la crisis, y el factor sorpresa e impactante del artículo ya se ha ido.
Pero a petición/interés de @NoseriusLose @Far_Voyager @suppiluliuma @juancarlosonetti @mperdut, doy una visión algo diferente del Mundo Ruso: ¿Qué hubiera pasado si Rusia hubiera ganado en un par de días?
Aquí tenemos una visión a la etapa de reconocimiento de los hechos si todo hubiese salido como el Kremlin hubiera esperado, es decir, después de que Rusia negara, se indignara, acusara a la OTAN de agresiones, y sacara trapos sucios de EEUU sin relación con el presente, Kiev hubiese sucumbido al ataque a los dos días.
Yo me limito a traducir dentro lo que buenamente puedo. No garantizo una precisión del 100%, pero para lo que se me hace grande he preguntado a mi mujer, que es rusófona nativa. Dejo algunas notas de traducción en paréntesis. Empezamos.
—————————————————————————————
La ofensiva de Rusia y del nuevo mundo
Un nuevo mundo nace ante nuestros ojos. La operación militar en Ucrania ha abierto una nueva era — de golpe y en tres dimensiones. Y por supuesto, en una cuarta, a nivel interno ruso. Aquí comienza un nuevo periodo tanto en ideología como en el mismo modelo de nuestro sistema socioeconómico — pero de esto se hablará un poco más tarde.
Rusia está restaurando su unidad — la tragedia del año 1991, esta terrible catástrofe en nuestra historia, su antinatural dislocación, ha sido superada. Sí, por un gran coste, sí, a través de los trágicos eventos de una verdadera guerra civil. Porque ahora, aunque todavía haya hermanos se disparándose los unos a los otros, separados por pertenecer a los ejércitos ruso y ucraniano, Ucrania ya no será más anti-Rusia. Rusia está restaurando su completitud histórica, reuniendo el Mundo Ruso (n.t. "Russkiy Mir", "mir" significa tanto mundo como paz, y en conjunto viene a significar algo así como pax romana, pero en su versión rusa), todos los Pueblos Rusos juntos - la totalidad de los grandes rusos, de los rusos blancos, y de los pequeños rusos (n.t. velikorossy/belorusy/malorossy estos son términos decimonónicos para referirse a lo que hoy se llaman rusos, bielorrusos, y ucranianos, dentro de lo que fue el Imperio Ruso. Cabe decir, malorossiya es considerado un término ofensivo en Ucrania). Si hubiéramos abandonado esto, si hubieramos permitido esta separación temporal asentarse durante siglos, entonces no sólo habríamos traicionado el recuerdo de nuestros ancestros, sino que también habríamos maldicho a nuestros herederos con la desintegración de la Tierra Rusa (n.t. Russkaya Zemlya hace referencia a la extensión de todas las tierras y principados del Rus hasta el siglo XII, que estaba centrado en Kiev, y estado del que Bielorrusia, Rusia y Ucrania heredan gran parte de su cultura).
Vladimir Putin ha asumido, sin pizca de exageración, la responsabilidad histórica de no dejar la solución a la cuestión ucraniana a nuestras generaciones futuras (n.t. "reshenye ukrainskogo voprosa" es dolorosamente similar a "reshenye yevreyskogo voprosa", la solución a la cuestión judía, en mi opinion nadie puede haber escrito esto por accidente, y aunque no implica intención de exterminar como en el contexto del Reich, sí implica una convicción y necesidad absoluta de asimilar Ucrania dentro de "lo ruso"). Después de todo, la necesidad de solucionarlo siempre estaría ahí - por dos razones principales. Por un lado, por razón de seguridad nacional, es decir, la creación de una anti-Rusia a partir de Ucrania, y como avanzada del occidente sobre nosotros, siendo ésta segunda la más importante de ellas.
La primera siempre sería el complejo de un pueblo dividido, el de una humillación nacional: cuando el hogar ruso primero perdió su fundación (Kiev), y luego fue forzado a admitir la existencia de dos estados; no uno, sino dos pueblos. Es decir, bien abandonar su propia historia, según las dementes versiones del "sólo Ucrania es la verdadera Rusia", o bien rechinar los dientes con impotencia recordando los tiempos en que "perdimos Ucrania". Devolver Ucrania, es decir, hacerla retornar a Rusia, sería cada vez más difícil a cada década: la recodificación/desrusificación de y contra los rusos, por parte de los Pequeños Rusos-ucranianos, ganaría inercia. Y en caso de consolidación del control geopolítico y militar de Occidente sobre Ucrania, su regreso a Rusia sería completamente imposible: tendría que luchar por ello con el bloque atlántico (n.t. OTAN)
Ahora el problema ya se ha ido - Ucrania ha vuelto a Rusia. Esto no significa que su estado vaya a ser liquidado, sino que será reorganizado, reestablecido y devuelto a su estado natural como parte del Mundo Ruso (n.t. Russkogo Mira, como la nota de más arriba). ¿Dentro de qué fronteras, en qué forma se consolidará la unión con Rusia (a través de la OTSC (n.t. la "OTAN rusa") y la Unión Euroasiática (n.t. la "UE rusa"), o el Estado de la Unión (n.t. el intento de "Schengen+Euro" ruso)? Esto se decidirá después de que se ponga a final a la historia de Ucrania como anti-Rusia. En cualquier caso, el periodo de separación del pueblo ruso ha llegado a su fin.
Y aquí empieza la segunda dimensión de la nueva era - concierne a las relaciones de Rusia con Occidente. No sólo Rusia, sino el Mundo Ruso, es decir, los tres estados, Rusia, Bielorrusia y Ucrania, actuando en términos geopolíticos como un ente único y completo. Estas relaciones han entrado en una nueva etapa: Occidente ve el regreso de Rusia a sus fronteras históricas en Europa. Y se indigna ruidosamente por ello, aunque en el fondo de su alma tiene que reconocerse a sí mismo que no podía ser de otra manera.
¿De verdad alguien de las viejas capitales europeas, en París y Berlín, pensaba que Moscú renunciaría a Kiev? ¿Que los rusos serían para siempre un pueblo dividido? ¿Y al mismo tiempo cuando Europa se está uniendo, cuando las elites alemanas y francesas están tratando de tomar el control de la integración europea de manos de los anglosajones y formar una Europa unida? Olvidando que la unificación de Europa fue posible únicamente gracias a la unificación de Alemania, algo que se llevó a cabo sólo gracias a la voluntad rusa (aunque no fuera muy inteligente). Dar la espalda después de ello, ni siquiera es el colmo de la ingratitud, sino simplemente la idiotez geopolítica. Occidente en conjunto, y Europa en particular, no tuvo la fuerza para mantener Ucrania en su esfera de influencia, y menos aún para tomar Ucrania para sí mismo. No entender esto es de tontos geopolíticos.
Para ser más precisos, sólo había una otra opción: apostar por un colapso todavía mayor de Rusia, es decir, de la Federación Rusa. Pero que eso no funcionara debería haber estado claro hace 20 años. Ya hace 15, tras el discurso de Putin en Munich, hasta los sordos podían oír que Rusia estaba de vuelta.
Ahora Occidente está intentando castigar a Rusia por el hecho de haber vuelto, por no haber aceptado los planes de lucrarse a su costa, por no permitir la expansión del espacio occidental hacia el Este. Buscando castigarnos, Occidente piensa que las relaciones con él son de vital importancia para nosotros. Pero este no ha sido el caso desde hace mucho: el mundo ha cambiado, y esto lo entienden bien no sólo los europeos, sino también los anglosajones que gobiernan Occidente. Ninguna cantidad de presión occidental sobre Rusia conducirá a nada. Habrá pérdidas durante la confrontación entre ambos lados, pero Rusia está lista para ellas moral y geopolíticamente. Para Occidente mismo, un aumento en el grado de confrontación significa gastos enormes, y los principales no son en absoluto económicos.
Europa, como parte de Occidente, quería autonomía - el proyecto alemán de integración europea no tiene sentido estratégico mientras se mantenga un control ideológico, militar y geopolítico anglosajón sobre el Viejo Mundo. Sí, y no puede tener éxito, porque los anglosajones necesitan una Europa controlada. Pero Europa tambien necesita autonomía por otra razón: en caso de que los Estados entren en autoaislamiento (como resultado de crecientes conflictos y contradicciones internas) o se centren en la región del Pacífico, donde se desplaza el centro de gravedad geopolítico.
Pero la confrontación con Rusia, a la que los anglosajones están arrastrando a Europa, priva a los europeos incluso de las posibilidades de independencia, sin mencionar el hecho de que, al mismo tiempo, Europa está tratando de imponer una ruptura con China. Si ahora los atlantistas están felices de que la "amenaza rusa" una al bloque occidental, entonces en Berlín y París no pueden dejar de entender que, habiendo perdido la esperanza de autonomía, el proyecto europeo simplemente se colapsará a medio plazo. Es por eso que los europeos de mentalidad independiente ahora están completamente desinteresados en construir una nueva cortina de hierro en sus fronteras orientales, al darse cuenta de que se convertirá en un corral para Europa. Europa cuyo siglo (medio milenio, mejor dicho) de liderazgo mundial ha terminado en cualquier caso, pero aún son posibles varias opciones para su futuro.
Porque la construcción de un nuevo orden mundial (n.t. sí, "noviy miroporyadok" como las teorías de conspiración) -y esta es la tercera dimensión de los acontecimientos actuales- se está acelerando, y sus contornos son cada vez más visibles a través de la creciente cobertura de la globalización anglosajona. Un mundo multipolar finalmente se ha convertido en una realidad: la operación en Ucrania no es capaz de unir a nadie más que a Occidente contra Rusia. Porque el resto del mundo ve y entiende perfectamente bien: este es un conflicto entre Rusia y Occidente, esta es una respuesta a la expansión geopolítica de los atlantistas, este es el regreso de Rusia a su espacio histórico y su lugar en el mundo.
Hace unos meses publiqué un texto con una editorial potente, de distribución nacional. Pero parafraseando aquella expresión que gente con canas recordamos, no vengo a hablaros de mi libro, sino de dar algún que otro consejo útil a las personas a quienes les gustaría hacer lo mismo. Especialmente querría defender la licencia Creative Commons, una de las condiciones que les puse a mis editores y que tuvieron a bien aceptar, algo que les agradezco por lo poco frecuente. Y es que estamos rodeados de mitos, uno de ellos que el Copyright es la herramienta más útil para defender nuestros derechos como autores. Pero comencemos por el principio: tienes una idea, o incluso un manuscrito terminado y piensas que puede acabar siendo un libro, ¿qué hacer?
—Respeta tu creación desde el comienzo. No se merece que sea maltratada por editoriales que en realidad son servicios de impresión a quienes no les importa nada el texto. Por cierto que algo tendrás que mandarles, pues salvo que seas un autor consagrado no bastará el concepto general. Yo no lo enviaría entero, sino una parte que pienses que refleja bien la estética y el fondo del mismo. Busca una compañía a la que creas que por su ámbito y enfoque les puede interesar tu obra. Nada de pagar por ediciones ni de que te tengas que encargar tú de la distribución, eso son labores editoriales. Pon condiciones, no te vas a convertir en una persona rica (o es muy improbable) pero puedes entender que tu obra requiere un determinado formato, o que se debe publicar de una forma específica. Yo pedía Creative Commons al menos en formato PDF y respetar ciertas soluciones de maquetación, como que las notas se encontraran al pie de la página y no al final del tomo. Si no les interesa siempre queda la autopublicación antes que regalarle dinero a una empresa. Y no es una opción que sea sinónimo de falta de calidad o éxito. Siempre pongo el ejemplo de Andy Weir, autor de El marciano. Ninguna compañía quería su novela, la editó el mismo y la aceptación la acabó convirtiendo en una película de Ridley Scott.
En mi caso con respecto a quien publicaba yo tenía tres nombres en mente. El primero, el de la editorial grande con un espíritu de publicación que encajaba con lo que les ofrecía. Aceptaron, pero si hubieran dicho que no, se lo hubiera ofrecido a otra muy pequeña, que realiza tiradas en la práctica testimoniales pero que también está en el espíritu que buscaba. Y si estos últimos tampoco la hubieran querido la habría subido a Internet y santas pascuas. Esta es otra cuestión relevante en mi opinión: no pasa nada por el hecho de que finalmente no se pueda publicar, el camino ya es valioso. En cierto modo lo que más. Hay que escribir sobre todo para uno mismo. Quieres contar algo, pero ya es enorme hacerlo para ti. Ni todo el mundo puede ni quiere, aparte de que la senda como dice la poesía —por tanto la filosofía— debe ofrecer tanto o más que el destino, o no merece la pena recorrerla. Y otro elemento clave: el escritor es ante todo un lector. Ama la literatura, aprende de lo que otros cuentan. Esto es más importante que escribir, pues éste es un proceso que depende de aquel. Si ese sentimiento de amor hacia la palabra ya escrita no existe, nos encontraremos en un mundo que —lo advierte entre otros Juanjo Millás— tendrá más escritores que lectores y por tanto está vacío.
—Hablemos del Creative Commons. Como os decía vivimos en una sociedad en la que, por diversos motivos, se nos cuentan muchas cosas como ciertas sin serlo. Con respecto al arte han circulado numerosas leyendas y no es la menor la del valor imprescindible del Copyright como defensor de la dignidad del autor. En realidad el ámbito editorial no es distinto al de otros clave para la sociedad como la energía, o la vivienda. Un puñado reducido de muy grandes empresas tiene una gran capacidad de presión política, de modo que las leyes responden en gran medida a sus intereses y no a los del conjunto de la sociedad. O en el caso de la creación, de los autores. Por lo que respecta a los libros, en España son más caros que en otros países que incluso tienen un poder adquisitivo más alto, lo que ya nos puede dar pistas. También hay una importante resistencia respecto al formato de bolsillo, que en definitiva es más asequible. Isaac Asimov cuenta en su autobiografía cuando convenció a su editorial en Estados Unidos para publicar a la vez las tiradas económicas y las de formato más caro, como el de tapa dura. Defendía con razón que hay personas que prefieren uno u otro y que es un sinsentido privar de la obra a parte del público, simplemente para dar preferencia a quien está dispuesto a pagar más. Desde que convenció a su editor —cuenta el autor de Fundación— que además vio que no perdía dinero, en ese país el editar a la vez el formato caro y en bolsillo es habitual. En España no.
Con el Creative Commons sucede algo parecido. En mi opinión cuenta con dos ventajas principales, una altruista y otra egoísta, entendiendo que el egoísmo puede tener una perspectiva beneficiosa e incluso imprescindible para un mundo mejor. Por ejemplo en política: no hace falta ser generoso para querer una Seguridad Social, basta pensar que a uno mismo como individuo también le resulta positivo. Pero así mismo os voy a ser sincero: creo en el altruismo como algo bello y necesario, que también forma parte del ser humano, así que voy a comenzar por este ámbito. Contextualicemos al respecto. El trabajo es algo crucial para nuestra sociedad, al menos de momento, pero tampoco debemos ver sus características actuales como algo "natural", ya que esto también responde a intereses políticos. Podríamos trabajar de manera distinta a la institucionalizada, menos y mejor, pero eso tal vez lo desarrolle en otro momento. Baste decir que una teoría señala que la palabra "trabajo" deriva del latín, de un término que se usaba para referirse a un instrumento de tortura compuesto de tres palos: el Tripallium. Cierto o no, esta perspectiva me parece bastante útil y al menos en espíritu fiel a la realidad. Por otro lado tampoco debemos olvidar que el trabajo es en parte un mecanismo de control social, buscándose que su pérdida esté asociada a la necesidad, así como a la idea de vergüenza. Y alguien parado no debe avergonzarse de nada, es una circunstancia vital que puede responder a muchas causas, que inevitablemente se relacionan con otro concepto, en este caso muy religioso: el de la vergüenza. Y aunque ésta creo que muy saludable en el aspecto de sentirse incómodo ante el daño provocado a otro, se usa en el ámbito economico-político desde una perspectiva alienante: ¿no trabaja? algo habrá hecho o será un vago. Ya me entendéis. Esta dinámica de pensamiento responde más a lograr, de manera inducida, que los que sí trabajan no pidan reformas o mejoras por miedo a esa culpa. Por esto, entre otras cosas, pienso que el pobre o el parado tiene que tener —de hecho merece— los mismos derechos que el que no lo es. Y ahí está incluido algo fundamental: el ocio. Así que si alguien quiere leer mi libro y no puede (o no quiere) pagarlo para mí tiene el mismo derecho que los demás. Diversas personas por diferentes motivos, todos respetables, me han pedido el PDF. Y esto no es incompatible con un beneficio legítimo de una empresa editorial, pues pude tener formatos como el físico de pago, acogido a un Copyrigth cedido. Es un ámbito interesante, pues demuestra otro elemento político: no hace falta que el sistema económico sea de un feroz capitalismo o totalmente planificado, hay puntos de acuerdo en el que todos podemos ganar. Contar con este tipo de perspectivas va, además, contra la línea de flotación de otro aspecto alienante: la polarización social. Pero de nuevo este es otro tema.
Ahora hablemos de egoísmo personal. Desde una perspectiva útil y no dañina. ¿Es egoísta querer salvaguardar tus derechos de autor? Sí, pero podría estar de acuerdo con lo que parece defender nuestra ideología social imperante: si eres escritor y creador para mí tienes derechos sobre tu obra, algo que debe ser protegido. A que se reconozca tu autoría, a que nadie la manipule o —si no quieres— haga negocio con ella. Pues bien, es muy posible que el Copyright total no sea lo que más te interese. Como sucede con por ejemplo la música, esta licencia te da unos derechos exclusivos. Pero la exclusividad tiene sus peligros, porque al firmar un contrato de Copyright la cedes a una empresa que va a disponer de esos derechos, claro, de una manera —repito— exclusiva. Durante un tiempo que suele ser muy largo, de modo que ni siquiera tú, autor o autora, vas a poder hacer en ese periodo nada con ellos. Normalmente con estos contratos si la compañía quiere retirar en un momento el texto de la sociedad, desaparecerá, y tú —aún siendo creador— no podrás hacer nada al respecto. Has firmado un contrato, te dirán. Y tendrán razón, así que cuidado. Lo que me gustaría que tengas en mente es que antes la sociedad te habrá dicho implícita o explícitamente que el Copyright es por ti. No te lo creas. Con el Creative Commons estás compartiendo con los demás, efectivamente, pero también lo estás haciendo contigo mismo. De modo que si te acoges a él de manera que cualquiera puede compartir tu obra, tú también puedes hacerlo. Existirá mientras al menos tú quieras y esa decisión no dependerá de una decisión empresarial, sino personal: la tuya.
Como veis el ámbito editorial nos puede enseñar —al menos desde mi opinión y experiencia— como hay ideas que se dan como ciertas pero que no tienen que serlo necesariamente. La cooperación no está reñida con los beneficios, entre los que hay que valorar no solo los económicos si queremos un mundo mejor. Y tampoco es incompatible con un egoísmo beneficioso, el cual por otro lado es imprescindible para un mundo más seguro precisamente porque —a diferencia— del mero ego y la competitividad sin matices, no daña a nadie, sino que da garantías. Lo hace la Seguridad Social, lo hace una educación gratuita, lo hace un transporte público de calidad y lo hace el Creative Commons. Tenedlo en cuenta como creadores.
Probablemente debería empezar esta apología advirtiendo de lo engañoso de llamar piratería a eso que desde los medios de formación de masas nos imponen como tal. Dejémoslo en que no hay piratería mientras no se trate de un tráfico de mercancías, que infrinja de algún modo la Ley, y con ánimo de lucro (y ni siquiera se considera ánimo de lucro, ni se puede considerar, el mero hecho de ganar Dinero, si con ese Dinero no hay propiamente enriquecimiento). Pero no hay porqué gastar demasiadas fuerzas en pelear un terreno que de todos modos está ya perdido. Así que cojamos con gusto el vocablo, que además alude a una bellísima y desesperada forma de rebeldía, y digamos: sea: ¡que viva la piratería!
-¡Viva!
-¡Larga vida a la piratería!
-¡Viva!
Voy a dar nada más que tres razones, pero suficientes a mi juicio, de porqué animo a todo hombre y mujer de bien a dejarse llevar por el inigualable placer de proclamar a los cuatro vientos, tan pronto se les preste la ocasión, tamaña insensatez.
1.- Si para que una industria cualquiera pueda sobrevivir -la del cine, la de la música, la de los libros o cualquier otra- hace falta quitarme a mí o a cualquiera el derecho de compartir con otros gratuita y desinteresadamente lo que nos dé la real gana, pues... Sintiéndolo mucho: que se hunda la industria. No es siquiera necesario que tal derecho nos lo conceda ningún juez o prohombre del Estado o las finanzas para que cualquiera pueda reconocer, con el sólo uso de la razón, que compartir con el otro gratuita y desinteresadamente cualesquiera cosas es cosa buena para el común. Sí: de no haberse protegido la industria de sus intereses, probablemente no hubieran visto nunca la luz algunas de esas películas, libros, series o discos que en tanta estima guardamos, pero eso no es de ningún modo razón para que aceptemos que se nos ponga ningún impedimento a la com-partición. Que se muera la industria, pues, si es necesario. Claro que (¿quién sabe?) quizá las gentes no sean tan bobas e inútiles después de todo, y aún desapareciendo la industria encuentren las maneras de contar historias, cantar canciones o escribir, sin la ayuda de Dios Dinero. Así que, buena gente, nada de reclamar que la industria se adapte a las nuevas condiciones tecnológicas: los intereses de la industria no pintan nada en esta guerra.
2.- Cultura no es, como pretenden hacernos creer, ni el libro, ni el cd, ni el dvd. Esos son mercancías. Cultura será en todo caso lo que esos soportes contengan. De modo que, no nos engañemos, ninguno de los poderes económicos (ni ningún otro de los que, con gusto o no, con conciencia o sin ella, se someten a él) está interesado en defender la cultura en sí, sino el negocio (sí, sí: muy loable y de derecho dicen también que es el hacer negocios); a no ser, claro está, que tal cultura cumpla una función moralizante que sea del interés de esos mismos negocios, como por lo demás es lo habitual: no hace falta decir que los contenidos culturales no son la inmensa mayoría de las veces más que puro entre-tenimiento (es decir, un bodrio de fórmulas comerciales prediseñadas que no sirven para hacer nada de verdad, sino a lo sumo entre-tenernos entre jornal y jornal, puesto que de otro modo esta vida esclava a cualquiera se le revelaría insoportable sin más), o sea, pura basura. Y digo basura en un sentido estrictamente técnico, y no necesariamete despectivo (aunque, ¡¿qué demonios?!, eso también), pues aquello cuya función no es otra que su mero consumo, su pura compra-venta, su mera ingesta (otra cosa es que mediante tal engullimiento se logre mantener a las gentes lo bastante ocupadas como para que no se encabriten demasiado) no puede llamársele otra cosa que basura, que es el nombre con el que nos referimos de ordinario, entre otras cosas, a aquello que no tienen ninguna verdadera utilidad. Estoy seguro de que cualquiera reconocerá que hay libros, películas o canciones, que no sólo entretienen, sino que HACEN algo más. Pues bien, permítanme que les recuerde (porque ya lo saben) que ninguno de los autoproclamados defensores de la cultura tiene el más mínimo interés (más bien al contrario) de que esas obras tengan la capacidad de hacer en quienes las consumimos nada que no sea ya el mero hecho de su producción y consumo, o lo que es igual, nada que no sea un mero mover Dinero, y cuanto más rápido mejor. Que nadie se rasgue demasiado las vestiduras, pues, si a algún sucio pirata le escucha alguna vez decir: ¡muera la cultura!
3.- Hay un aspecto de la hoy día llamada piratería que sospechosamente parece no haber llamado demasiado la atención de ninguno de esos dignos defensores de la Ley y los negocios, y lo que es peor, de sus súbditos. Me refiero a la generosidad de quien se toma la molestia, el tiempo y el esfuerzo, sin obtener ningún rédito económico a cambio, de copiar una película, un disco o un libro de su colección y subirlo a la red para compartir el enlace a través de alguna de las múltiples herramientas en internet (plataformas que, lamentablemente, se aprovechan no sólo del trabajo de estos anónimos navegantes sino también del de los muy vanidosamente llamados "autores", a base de martirizarnos con la publicidad más intrusiva: que se pudran ellas también). No sé si tú, lector, alguna vez has pensado que esa serie que te descargas o ves en streaming, sin mayor gasto que el que ha supuesto la compra de una computadora y el acceso a la red (pero no olvides que muchos esclavos han tenido que matarse a trabajar en la mina para que pueda tu salario tener el poder adquisitivo suficiente como para que estos productos sean asequibles a tu bolsillo), es el resultado de un trabajo que alguien ha estado dispuesto a realizar por puro amor al prójimo. Esa sí que es una actitud verdaderamente peligrosa para el Mercado y su legión de mercachifles. Nada hay más peligroso para el Dinero y la política profesional puesta a su servicio que el descubrimiento de que pueden las gentes hacer cosas y satisfacer las necesidades suyas y de otros sin tener que imponer alguna forma de obediencia y sumisión al Dinero. ¿Que no todo puede ser jauja? ¿Y eso quién coños lo dice?
¡Ah! ¡La de un pirata es la vida mejor!
Barba Negra
Estos días se ha producido bastante revuelo en el parlamento autonómico murciano porque el PSOE ha votado en contra de una moción del PP que proponía imponer en toda España una asignatura (que se impartiría en la ESO) sobre enseñanza de la Constitución Española www.murcia.com/region/noticias/2024/12/03-el-psoe-se-opone-a-que-los-a Dicha asignatura, desde hace un curso, ya se imparte en los institutos murcianos.
Sinceramente, no me ilusiona una asignatura sobre enseñanza de la Constitución configurada por el PP ¿Por qué? Por adoctrinadora. Adoctrinar es predicar una visión ideológica o religiosa en las aulas sin dar espacio para el análisis y debate de visiones alternativas. Por eso los colegios del Opus son ejemplo de adoctrinamiento, mientras que en las universidades públicas es difícil que se adoctrine, pues conviven profesores de diverso pensamiento que mostrarán al alumnado las distintas perspectivas sobre la realidad (lo ideal es que el profesor, aun expresando sus puntos de vista, fomente el debate sobre otros alternativos, pero incluso si no lo hiciera es seguro que otro compañero suyo con ideología diferente lo hará).
Una vez alguien me dijo que yo adoctrinaba por defender la república como mejor forma de Estado. Yo le repliqué ¿Y los profesores que alaban a Campechano en clase no adoctrinan? Y me soltó, con todo su morro, que eso era defender las instituciones. Es el curioso concepto de adoctrinamiento que tiene gran parte de la derecha: si defiendes lo establecido (que obviamente se basa en una opción ideológica conservadora) no adoctrinas, sino que te limitas a algo así como explicar el orden natural de las cosas. Como si no hubiese otras formas de organizar el Estado y regular los derechos ciudadanos en otras partes del mundo (sin ir más lejos, entre muchos de nuestros vecinos europeos) más acordes con la democracia real y la justicia social que, como mínimo, merecen ser escuchadas al mismo nivel que las vigentes en España. De ahí mis temores a que una asignatura sobre la Constitución impulsada por el PP sea puro adoctrinamiento para crear futuros ciudadanos sumisos, complacientes e inconscientes de sus derechos.
No obstante, sí que me parece fundamental establecer una asignatura de formación jurídica básica que, al menos, se dé en 3º y 4º de la ESO, y que tenga por objeto informar a cada ciudadano de sus derechos y los resortes para ejercerlos en los ámbitos más relevantes de su vida: el laboral, el de relaciones con las administraciones públicas y ejercicio de sus derechos políticos, y el familiar-afectivo sexual. Por ejemplo, el grueso de los abusos laborales se producen porque los trabajadores no conocen sus derechos frente al empresario o las armas que tienen para hacerlos efectivos (por ejemplo, desconocer qué es un convenio colectivo y su primacía sobre las condiciones "pactadas" individualmente con el empresario, o no saber que puedes grabar a tu jefe sin su consentimiento para acreditar que has hecho horas extras o que te acosa laboralmente).
Yo dividiría la asignatura en 4 bloques:
-Derechos fundamentales y otros derechos plasmados en la Constitución. Contenido y vías para ejercerlos y reclamarlos cuando no son respetados.
-Derecho del Trabajo. Derechos laborales básicos (jornada, salario, prevención de riesgos laborales...). Cómo saber el convenio colectivo que se te aplica y entender su contenido. Cómo enfrentarte a los incumplimientos empresariales en materia laboral: vías para denunciarlo y trucos para obtener pruebas.
-Derecho Administrativo: Derechos del administrado frente a las distintas administraciones públicas y concepto de interesado en un procedimiento administrativo. Obligaciones de las administraciones públicas. Transparencia y formas para obligar a la Administración que comparta contigo datos relevantes para tus intereses legítimos. Vías para exigir a las administraciones públicas el cumplimiento de sus obligaciones.
-Derechos en el ámbito familiar y afectivo-sexual. Derechos de los hijos frente a los padres. Derechos de los cónyuges y en el ámbito de la pareja. No discriminación por razón de sexo y libertad sexual. Vías para hacer valer tus derechos.
Desde mi punto de vista, conocer estos conceptos es mucho más útil y contribuye a lograr una sociedad mejor infinitamente más que saberse los principales ríos de España. Y sería perfectamente factible enseñarlos porque, a diferencia de lo que a veces se intenta hacer ver, el Derecho es mucho más sencillo de lo que parece.
Pereodesmo del güeno.
Parece que ahora se lleva mucho eso de calcular en qué regiones y provincias serían sostenibles las pensiones y en cuales no. Pero todo se basa en falacias, mentiras, desconocimientos y simples vaguedades. De hecho, el cálculo real sería tan complejo que por eso se evita romper la caja única de las pensiones.
Veamos los hechos.
Nuestro sistema es de reparto, no de capitalización. Pero el hecho de cotizar genera el derecho de recibir pensión, en la forma y cuantía que se determine según lo cotizado. Por tanto, la cotización es el acto generador del derecho a la pensión. Es obvio, pero hay que decirlo.
Cuando un soriano se va a trabajar a Madrid, cotiza en Madrid. Madrid contabiliza eso como un ingreso. Pero no contabiliza la obligación de pagarle que genera, como si fuese Alemania. Porque Alemania si la contabiliza. Contabilizar esas obligaciones da mucho miedo, porque en puridad son deuda, pero nadie quiere verlo.
Cuando ese señor se retira y vuelve a Soria, a disfrutar de la jubilación, decimos que Soria es deficitaria, porque paga más pensiones de las que ingresa, pero es una falsedad, porque la obligación de pagarle a este paisano no es de Soria, sino de Madrid, que fue donde cotizó. Alemania lo entiende muy bien y paga sus pensiones a nuestros emigrantes retornados, pero los periodistas de Madrid nos cuentan esa clase de mierdas para hacernos creer que les debemos algo.
Deficitarias son las provincias que, si se rompiese la caja única, tienen mayores obligaciones adquiridas que derechos. Los amantes de la mentalidad fragmentaria deben recordar que Madrid, o Bilbao, tendrían que pagar las pensiones correspondientes a los que allí cotizaron como lo hace cualquier país de bien. No a los que allí viven, porque el derecho a recibir una pensión no depende del lugar del residencia. Y menos mal.
Quedarse los derechos y transmitir a otro las obligaciones, porque sí, no es contabilidad ni estadística. Es cara dura.
¿Quién no se ha encontrado alguna oferta laboral con requisitos imposibles de cumplir? En ocasiones nos encontramos joyas que piden años de experiencia laboral a recién licenciados, en las cuales el trabajador debería empezar a compaginar el instituto y el trabajo para tener la experiencia requerida al acabar los estudios superiores.
Algunas de ellas son para filtrar. No sería la primera vez que se piden idiomas (francés, alemán, italiano...) para un puesto en el que nunca harán falta, pero sirve para filtrar los candidatos.
Otras filtran "por arriba", ocultando un texto que debería decir "buscamos a una persona que sepa hacer el trabajo pero tenga la mínima cualificación". Ni hablaré de estos.
¿Qué esconde un mercado laboral con estas ofertas de trabajo? Unos sueldos ajustados al máximo, a veces incluso por debajo de lo que pone el papel, con los cuales no es rentable formar a un trabajador. Por eso se piden formados y con experiencia, para ponerse a currar al 100% al llegar y que cuando se queme y se vaya (o lo liquiden) su sustituto sigua el mismo camino.
Por supuesto esto está abocado al fracaso. Dependes de un mercado laboral que no se preocupa de formar a la gente que necesita, y esto nos lleva a tener un montón de trabajadores formados para trabajos que nunca van a desempeñar. A la postre se acaban reciclando o encontrando algún trabajo no cualificado que les permita pagar las facturas.
¿Y los puestos de trabajo? Cubiertos, por supuesto; por personas que se preocupan entre cero y nada de su desempeño y dependen de personal responsable (demasiado responsable) que haga su trabajo por ellos. Conseguimos siempre sacar el trabajo a base de fuerza bruta y horas extra no remuneradas que nos abocan a un nivel de calidad surcando el nivel del subsuelo.
Famoso es el ejemplo de aquellos extranjeros que necesitaban una pieza de 34 metros y tuvieron el valor de comprarla a una empresa española. Dos de 25 le llegaron. Y se sorprenden de no cobrar. Sin comentarios.
Y al final el trabajador más capaz se busca la vida, monta una empresa, estudia una oposición o ambas cosas; el retorno de estos trabajadores al mercado laboral por cuenta ajena (existe, no todos consiguen prosperar) suele ir acompañado de una pérdida de responsabilidad a la hora de hacer bien el trabajo.
Por eso ya no se buscan empleados para formar, ¿Qué sentido tiene? Se buscan empleados que vengan aprendidos (y llorados) de casa. Que esos empleados sean los primeros en largarse cuando ven el panorama sólo agita la rueda laboral que no consigue asentarse entre contratos temporales y empresas desaparecidas.
Las autoridades Ucranianas insisten a diario en que, para batir a Rusia, necesitan más artillería, y fuera del cachondeo ese de que han vendido dos unidades del Caesar francés a las milicias de Lugansk, que no sabemos si es cierto o no, pero tiene pinta de bulo, lo cierto es que Occidente está enviando este tipo de armamento al ejército ucraniano.
La cuestión es que ya hay muchas voces preguntándose hasta qué punto es una idea acertada, y no sólo por aquello de que se puede alargar inútilmente la guerra, y otras consideraciones éticas, sino porque, vendidas o no, es obvio que varias unidades de armas occidentales de todo tipo están, sin duda, siendo analizadas ya en Rusia, y esto va a servir para que la industria militar rusa avance décadas en pocos meses, a fuerza de robar tecnología.
Me mandaron hace tiempo un vídeo en el que salía un oficial ruso, con cara divertida y un Manpad británico en la mano, diciendo que a Rusia le hubiese costado tres películas de espías conseguir uno como ese, y él lo había encontrado en una zanja. Sin duda el vídeo tenía mucho de propaganda y mucho de esa retranca rusa que hace destacar a su literatura, pero también tiene una parte innegable de verdad, que a lo mejor nos debería hacer reflexionar.
Esos son los riesgos, vale. ¿Y qué podemos decir de la eficacia?
Dicen por ahí, que un Caesar u otras piezas artilleras de esa calidad y alcance, pueden costar entre siete y ocho millones de dólares por unidad. Bueno. Si mandamos 500, eso ronda los 4000 millones de dólares, para que sólo llegue una parte, porque obviamente, alguno será destruido por el camino. Si suponemos que llegan 450, que es ser optimista, ¿qué demonios hacemos con 450 cañones en un frente de 675 Km?
¿Alguien ha medido el frente?
Ya no se trata de si conviene ayudar o no. Se trata de que, si de veras se desean enviar armas con intención de que sirvan para algo, tiene que ser al menos cinco o diez veces lo que se está mandando, con los riesgos y costes que eso implica.
Lo contrario es como ayudar a la marina de un país amigo mandándoles medio barco y tres cuartos de submarino.
Hacer que hacemos.
menéame