La mayor parte de la radiactividad de las aguas que se bombean al océano procede del tritio, y del carbono-14, ninguno de los cuales puede filtrarse del agua que contaminan. Los análisis muestran una mezcla con otros isótopos altamente radiactivos, como estroncio-90, cesio-134 y -137, cobalto-60, americio, tecnecio e incluso telurio-127. La Hague vierte anualmente 1,4 millones de barriles de residuos radiactivos líquidos al mar del Norte, y Sellafield, en el Reino Unido, bombea 24 millones de barriles de líquidos radiactivos al mar de Irlanda