El ex director de Carreteras de Ábalos, imputado en la trama del caso Koldo como su jefe, enterró el proyecto y envió a la chatarra el millonario topo mecánico. En una carpa junto a una carretera, con vigilancia las 24 horas y con aire acondicionado para mantener la temperatura constante que requería. Durante más una década, el gigante de acero, hierro y cobre que se diseñó para excavar bajo el río Guadalquivir quedó varado, sin rumbo ni destino. La gigantesca tuneladora, de una longitud equivalente a cuatro pisos
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