“¡Usan niños como escudos humanos!. Si me enfado con mi vecino y quiero darle un puñetazo pero sostiene un bebé, no se le ocurriría intentar darle un golpe a través del bebé”

Es alucinante que un dirigente europeo, y además alemán, haga tales comentarios, tanto a la luz de la situación actual como de la trágica historia del siglo XX. Es escandaloso. Es repugnante. Es repugnante.

Kifeya Khraim, del Centro de Asistencia y Asesoramiento Jurídicos para Mujeres (WCLAC, por sus siglas en inglés), una ONG palestina, testificó en la audiencia de la Comisión de Investigación de la ONU sobre la violencia sexual sistemática y la intimidación que sufren las mujeres palestinas a manos de las fuerzas israelíes, incluidas las amenazas para que guarden silencio tras los abusos.

El creciente sentimiento antiamericano en Europa, a medida que las políticas del presidente Donald Trump irritan a la población, está marcando el comienzo de un cambio en el comportamiento del consumidor, en particular en las actitudes hacia los productos estadounidenses.Las amenazas de Trump de imponer aranceles punitivos a Europa, confiscar territorios y retirar el apoyo militar en la región, incluida su gestión de la guerra en Ucrania, han irritado a los consumidores europeos, alimentando campañas para boicotear los productos estadounidenses

'El gobierno federal había prometido una subvención de 200.000 dólares, repartidos en dos años, para cubrir el coste de un peón temporero de América Latina, en un lugar donde la ayuda local legal era casi imposible de conseguir'. Mitch Lawson, agricultor de Georgia, afirmó que «perdí a casi dos docenas de empleados estadounidenses antes de optar a los 200.000 dólares», y añadió: «He tenido un par que ni siquiera duraron un día entero». Para colmo, esas ayudas no están siendo pagadas por el gobierno de Trump.