Claude Magin lidera esta marcha que recorre desde el 30 de marzo más de 3.000 kilómetros, desde Francia a Marruecos, donde llegará el próximo uno de junio. Su marido, Naama Asfari, es uno de los activistas de los derechos humanos condenados a prisión para los que piden la libertad. Marruecos ha sido condenado por torturarle y, en los trece años que lleva encarcelado, solo ha podido ser visitado por su mujer una vez.
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Y lo peor es que hay retrasados apoyando la guerra, pobreza y injusticia.
Todo mi apoyo a cualquier preso político.