Chervinsky subrayó que los gasoductos Nord Stream eran «un objetivo militar legal» y expuso tres argumentos para respaldar su opinión. En primer lugar, dijo, las explosiones se produjeron «en aguas neutrales, en la zona económica de Dinamarca, y en ningún caso dentro de la jurisdicción de Alemania». «Por lo tanto, Alemania no tiene autoridad para investigar este caso, mientras que Dinamarca ya lo ha cerrado y no considera que el incidente sea un delito penal», afirmó Chervinsky.
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