La Policía Nacional investiga un establecimiento en Madrid cuyo dueño se valía de juegos, consolas u ordenadores para atraer a menores, ganar confianza con sus familias y, finalmente, cometer presuntos abusos sexuales o delitos de pornografía infantil. El acusado ya está en prisión.
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"El lugar funcionaba como un espacio de ocio y actividades para los más pequeños, cuyas familias llegaban incluso a permitirles pasar la noche después de establecer una relación de confianza con el responsable, actualmente en prisión preventiva."
Montan empresas para saciar sus más repugnantes perversiones.
Desgraciadamente, incluso aunque no exista criminal intención ante negocios de este estilo, será imposible confiar y no fruncir el ceño.
La verdad, considero que debería ser desarrollada e implementada una especie de "acreditación" en ciertos negocios sobre la posibilidad o no de abusos a menores.