Begoña Gómez juega al “y tú más”, pero ni Sonsoles Espinosa, ni Ana Botella, ni Elvira Fernández, ni nadie antes tuvo una asistente pagada con fondos públicos dedicada a cerrar acuerdos con empresas como Innova Next, beneficiarias directas de adjudicaciones del Gobierno de su marido. Su fundación recibió más de 2 millones en contratos mientras ella firmaba cartas de recomendación desde Moncloa. Eso no es feminismo institucional, es tráfico de influencias con moqueta roja y escolta oficial.
El sobre en la chaqueta, la coca en la nariz, la sangre en las manos, la mierda en el corazón.
Presumen de españoles, pero sirven al Estado Asesino de Israel.
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Presumen de españoles, pero sirven al Estado Asesino de Israel.