Sospecho que va a tener muy poco que ver la respuesta del público en Cannes (con un nivel de exigencia cinéfila tradicionalmente alto) con la respuesta de la taquilla (que reventará en los términos previstos por la productora, dólar arriba, dólar abajo). Tiempo al tiempo.
La perdición de los adictos... sí que es una auténtica maravilla, sí (habrá que trastear por ella con más detenimiento por supuesto). Gracias, Rodia, por hacerla llegar.
Estoy de acuerdo con los que habeis señalado que es inaceptable confundir (y, más, interesadamente) el disfrute de la obra con la atribución de su autoría. No tienen nada que ver la velocidad y el tocino (o, al menos, eso decían cuando yo era pequeño, hace muchos, muchos años...).
A mí también me da la impresión de que exhibe un resentimiento, una sensación de cabreo permanente que quisiera achacar a la ecuación "muchos éxitos (1)-pocos años (2)": o sea, que a medida que (1) vaya menguando y (2) vaya creciendo, las cosas se irán normalizando en ese aspecto. Supongo que es difícil asimilar un nivel de triunfo tan bestial a una edad en la que la mayoría aún andamos trasteando por la facultad, pero también debe contar la personalidad de cada cual, y no sé si este muchacho, además de la circunstancia, será de un natural un pelín agrio y borde. Algo peligroso, por lo incoherente, dado que supongo que es muy consciente de cuánto puede afectar esa (mala) imagen pública al enorme entramado de intereses publicitarios y comerciales que tiene montado. Pero, en fin, eso, él mismo...
Uf, qué alivio... seguirá habiendo amenazas, porque aquello es demasiado paradisíaco y las hordas nunca se van a estar quietas, pero, por ahora, y de ésta, nos hemos librado.
Acabo de hacer una prueba, y el resultado es excelente, muchísimo mejor que el que se suele conseguir con el conversor del Acrobat Professional. A buen seguro que le voy a dar bastante, bastante utilidad.
Supongo que nuestro buen amigo Íker Jiménez se encargará de "profudizar" en la cuestión en su próxima edición de Cuarto milenio. En fin, como dice mi vecino, ha de haber "gente pa tó"...
Interesante reflexión, líneas argumentales que ahondan en la percepción de este maremágnum en el que nos estamos moviendo, y del que sólo podremos salir caminando hacia delante (como siempre...), no hacia atrás.
Un cordial saludo.