Su padre, el prestigioso cirujano Antonio Ugalde, fue alumno de Antonio Vallejo-Nágera y cercano al régimen franquista. Se casó con una mujer que ya daban por estéril; aunque finalmente tuvieron un hijo cuando ambos rondaban los 40 años de edad. Le llamaron F. Ugalde. Siempre así, por su inicial.
F. Ugalde apenas conoció a sus padres. Fallecieron durante un viaje a Brasil. Le criaron sus tíos. De su madre supo poco: una mujer hogareña y sumisa. De su padre había más literatura, claro. Pero en lo íntimo, familiares y excompañeros solo detacaban su fascinación por la novela Frankestein y por los hermanos gemelos.
Tampoco aclararon a F. el motivo de su propia gran cicatriz en el abdomen. Un trasplante de hígado cuando era bebé, le confirmaron varias fuentes. Pero F. nunca tomó inmunosupresores…
Un caso curioso este, el de Federico Ugalde, ¿no creéis?