Hace 6 años | Por Q_Q a 20minutos.es
Publicado hace 6 años por Q_Q a 20minutos.es

Ante el cuadro febril de un niño, siempre está justificada la precaución, pero con medida. La alarma exagerada no es conveniente. Hay que evitar la fiebrefobia, el miedo a la fiebre. Ante la mínima subida de la temperatura corporal del bebé, los padres nerviosos experimentan una angustia injustificada por el estado de salud de sus hijos, sienten la necesidad de acudir inmediatamente a un servicio de urgencias o al pediatra y suelen administrarle medicación innecesariamente.