Siempre he comparado al deportista con un kleenex. Lo coges precioso, lo doblas, lo maltratas, lo manchas, lo arrugas y cuando ya está muy utilizado y no te da lo que esperas, lo tiras. Y ni miras dónde. Eso pasó antes y sucede ahora, con matices, pero no tengo la sensación de que haya cambiado mucho.
|
etiquetas: deporte , maltrato juvenil