El texto, escrito como un supuesto tratado jurídico, parecerá a cualquier lector experimentado una producción amateur, que depende, en varias partes, de «discusiones posteriores» y de «expectativas». Es decir, mucho queda ambiguo, vago y sin fundamento. Un plan así sería, por supuesto, inaceptable en general para Moscú (aunque no lo rechace por completo). Aun así, el plan ha suscitado furia y rechazo en Europa. The Economist (que refleja la opinión del establishment) califica el documento como « una terrible propuesta ruso-estadounidense…