Tras años de búsqueda interior y habiendo viajado a más de 50 países, Markus Gago Schwab, de 43 años, ha encontrado la felicidad en una palmera de chocolate. Inmerso en una exploración espiritual y metafísica durante toda su vida, forzándose a vivir diferentes experiencias con el fin de encontrar sentido y autorrealización, habiéndose gastado miles y miles de euros en todo tipo de vivencias, finalmente ha encontrado todo eso a cambio del euro con cincuenta que le ha costado la palmera.
Comentarios
#12 No, hombre, las de confitería de barrio de toda la vida, esas si que están buenas.
La felicidad está en los pequeños detalles de chocolate.
Y si son palmeritas de Morata, la felicidad es plena y cercana al despertar buddhista...
Desde otro punto de vista, pasó su vida buscando y, tras descartar todo lo demás, ahora puede estar seguro de haber encontrado la respuesta. Otros conformistas pueden, o quizá no, haber abrazado de entrada la felicidad, pero, sin esa seguridad, al final de sus vidas estarían preguntándose si no habría algo más.
Acaso no es esto cierto?
Doy fe de que lo que dice este hombre es absolutamente cierto.
#1 Espera a que de con la cuña rellena de crema. Ahí encontrará el sentido de la vida.
#11 Pero cuáles cuñas, las de bollería industrial que vienen envasadas? No sé yo, están ricas, pero dan la sensación de estar comiendo petróleo o algo así.
Peor fue lo mío, que me fui a la India de viaje espiritual y me encontré conmigo mismo. Que anda que no es casualidad, con la de gente que hay allí.
#2
Y además de su barrio.
El problema viene cuando se acaba la palmera y empiezas a empalmar ( ) una con la siguiente.
Las de la confitería Gredos de Arenas de San Pedro, esas sí que son espectaculares .
Prefiero un mantecado.