El fango está atrapando al gobierno en su ensimismamiento. No importan si los casos de corrupción son ciertos, que muchos lo son, y algunos inventados, porque todos tienen la capacidad de generar la percepción de fin de ciclo. La realidad política que es indudable es que han quedado atrapados en el debate público sin ser capaces de tomar aire y poner sus temas en la agenda.