Por primera vez en la historia del Parlamento Europeo, el grupo conservador ya no necesita al Partido Socialista Europeo para aprobar leyes. Ahora puede tramitar medidas directamente con los ultras, formando una mayoría abrumadora. Este cambio se hizo visible en septiembre, cuando se rompió el "cordón sanitario" en la resolución sobre Venezuela. Un mes después, se aprobó la ley ómnibus, que reduce la regulación medioambiental. Desde entonces, esta coalición de derechas y ultras tiene vía libre para mover la agenda europea a su antojo.