A medida que nos íbamos adentrando por esas salinas donde el color tornasolado nos daba cuenta de los más de 200 minerales que su agua guarda. Siempre me resulta insólito, andar por estos parajes e imaginarme que fue un gran océano, lo que es más que estoy parada sobre todos esos minerales que quedaron condensados ahí abajo. Es un proceso complejo su elaboración, donde se sigue haciendo con el método artesanal, donde el «lavado» lleva mucho tiempo y conocimiento para transformar y que brote esas, piedrecilla blancas exquisitas.
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