Hace 2 años | Por Andaui a jotdown.es
Publicado hace 2 años por Andaui a jotdown.es

A la tercera ducha, ya solo quedaba insuflarle otro termo de café. Porque él seguía canturreando en voz baja y dando tumbos por el vestuario. Se había ausentado de la concentración del equipo la noche anterior, excusándose en que se había llevado al hotel por error las llaves de su casa y su mujer le aguardaba, impaciente, en el portal del edificio. Pero, en realidad, lo que pretendía René Houseman era unirse a la farra por el cumpleaños de su hijo.

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A_txo

Un crack...