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#2:
Y hay gran riesgo de cuñaos en estas fechas.
#10:
#8 Para los que realmente lo pasáis mal, os voy a exponer una situación que me funcionó a las mil maravillas. La comida de Navidad la hacíamos siempre en casa de mis suegros, la familia por parte de mi mujer era grande (por desgracia ya faltan varios) y los conflictos eran constantes. Digamos que las fiestas de Navidad eran el detonante de lo que se iban guardando-callando durante todo el año. En los segundos platos ya se escuchaban las voces y conforme el vino subía y llegaban los licores, las lágrimas de los miembros que se hacían las víctimas comenzaban a aflorar. Un año, llegué y cuando nos sentamos, me levanté y les dije: "No os creáis que me caéis muy bien, no..." y me volví a sentar. Se quedaron todos de piedra y fue la comida más tranquila que tuvimos con diferencia. En el silencio aprovechaba para ensalzar la comida de la suegra. Fijo que les salieron muchos morados a todos, ya que no paraban de darse codazos en plan EGB-profe-mire-lo-que-hace-fulanito. Desde ese día me tuvieron un respeto en mi presencia muy grande. En el fondo les había echado un cable y les puse a un enemigo en bandeja. Todos eran felices.
#15:
#10 A mí mi exsuegra me caía como el culo. A parte de ser una persona egoísta, con pocas luces y con incontinencia verbal, se metía mucho conmigo porque era el rojeras ateo en una familia pepera y religiosa y siempre andaba a la greña con todos en temas de política y supersticiones. En una reunión familiar mi ex estaba contando alguna historia sobre mi madre y mi suegra me suelta la puya: Tienes una madre que no te la mereces. A lo que yo le respondo: También tengo una suegra que no me la merezco. Eché un vistazo a las caras de los presentes, e iban desde la incredulidad, ya que yo solía pasar de sus comentarios, hasta la de mi cuñada que tampoco la podía ver y se aguantaba la risa conforme podía. Pero lo mejor fue la cara de satisfacción de mi suegra que, incapaz como es de pillar el sarcasmo, se lo tomó como un cumplido.
Comentarios
Y hay gran riesgo de cuñaos en estas fechas.
#2 Los muy cabrones se preparan a conciencia durante todo el año para estos días.
#10 No digas más: tú eres el cuñao de #2
#8 Para los que realmente lo pasáis mal, os voy a exponer una situación que me funcionó a las mil maravillas. La comida de Navidad la hacíamos siempre en casa de mis suegros, la familia por parte de mi mujer era grande (por desgracia ya faltan varios) y los conflictos eran constantes. Digamos que las fiestas de Navidad eran el detonante de lo que se iban guardando-callando durante todo el año. En los segundos platos ya se escuchaban las voces y conforme el vino subía y llegaban los licores, las lágrimas de los miembros que se hacían las víctimas comenzaban a aflorar. Un año, llegué y cuando nos sentamos, me levanté y les dije: "No os creáis que me caéis muy bien, no..." y me volví a sentar. Se quedaron todos de piedra y fue la comida más tranquila que tuvimos con diferencia. En el silencio aprovechaba para ensalzar la comida de la suegra. Fijo que les salieron muchos morados a todos, ya que no paraban de darse codazos en plan EGB-profe-mire-lo-que-hace-fulanito. Desde ese día me tuvieron un respeto en mi presencia muy grande. En el fondo les había echado un cable y les puse a un enemigo en bandeja. Todos eran felices.
#10 A mí mi exsuegra me caía como el culo. A parte de ser una persona egoísta, con pocas luces y con incontinencia verbal, se metía mucho conmigo porque era el rojeras ateo en una familia pepera y religiosa y siempre andaba a la greña con todos en temas de política y supersticiones. En una reunión familiar mi ex estaba contando alguna historia sobre mi madre y mi suegra me suelta la puya: Tienes una madre que no te la mereces. A lo que yo le respondo: También tengo una suegra que no me la merezco. Eché un vistazo a las caras de los presentes, e iban desde la incredulidad, ya que yo solía pasar de sus comentarios, hasta la de mi cuñada que tampoco la podía ver y se aguantaba la risa conforme podía. Pero lo mejor fue la cara de satisfacción de mi suegra que, incapaz como es de pillar el sarcasmo, se lo tomó como un cumplido.
#15 A mí mi exsuegra me caía como el culo. A parte de ser una persona egoísta, con pocas luces y con incontinencia verbal, se metía mucho conmigo porque era el rojeras ateo en una familia pepera y religiosa y siempre andaba a la greña con todos en temas de política y supersticiones.
Sin ánimo de ofender, creo que el que estaba fuera de lugar eras tú. A mí me parece que la clase se demuestra no entrando al trapo en discusiones baldías en casa de la familia política. Tú puedes ser un ateo convencido. Yo también lo soy pero creo que es un sinsentido organizar debates que no van a hacer cambiar de opinión a nadie de los allí presentes y solo van a crear mal rollo. No es una cena con tus amigos en la que puedes mostrar todas tus opiniones, es una cena de protocolo.
#18 Obviamente era yo quien estaba fuera de lugar. En el resto discrepo contigo. La clase no se demuestra callando como una puta cuando no estás de acuerdo sino discutiendo civilizadamente que es lo que hacíamos, que no es que acabáramos gritando ni tirándonos los platos a la cabeza. Con mi suegra era diferente porque no tenía argumentos ni luces para discutir conmigo y por eso, como he dicho, no solía entrarle al trapo. Pero lógicamente todo tiene un límite y no puedes callar todas las veces por mucha educación que tengas.
Y en cuanto a lo de cambiar de opinión, el resto de la familia es bastante normal y razonable y alguna vez lo hicimos ambos bandos.
#15 Maestro
Yo a mis hijos siempre les digo lo mismo.
Cuando alguien se mete contigo, puede ser por 2 motivos:
- Quiere hacerte daño y quiere picarte, por lo que si respondes y te enfadas le estás dando una satisfacción que no se merece.
- No quiere dañarte pero te ha parecido que sí, por lo que si te enfadas, lo estarás haciendo por algo que no era su intención.
Moraleja: Pasa y no te enfades por chorradas porque no vale la pena.
Para todo lo demás, SÁLVAME.
Hay mucha gente que disfruta discutiendo. Allá ellos.
Yo lo que hago es proponer un brindis "para que el año que viene estemos aquí casi todos".
No hay problema. Siempre hay algún miembro de la familia que no está presente y al que el grupo en pleno podrá poner a caer de un burro. Si a eso se le suma una vieja rencilla de la abuela con algún pariente igualmente no presente, la lucha de los hijos-as por descalificar a cada cual más al sujeto-a promete una tarde llena de gloria a la bilis de polvorón y mantel.
Para mí las "fiestas navideñas" son un día como otro cualquiera, aparte que no me gusta la gente y si puedo cenar solo no voy a cenar acompañado.
Sobre todo en las políticas
Yo no, yo dos dias antes salgo a pasear en camiseta sin gorro justo después de haberme duchado, asi me agarro una neumonía del carajo y me pelo la cena, jiji jaja sois unos pringadetes
#5 Si piensas que pasarse la vida huyendo es la mejor manera de afrontar tus miedos, estás equivocado. Eres carne de postres.
#7 Estaba bromeando hombre! Jamás haría algo así para evitar una cena, pero de todas formas estoy de acuerdo en lo que has dicho.
El día de noche buena debería ser proclamado El Día Internacional Del puto Cuñado.
A esta noticia le quedan 3 cuartos de hora para ser "antigua"
Yo ya me he librado de esos impresentables. Y soy feliz.
Salvo mi familia directa son todos repugnantes.
¿Atrapados en sus familias?¿Se ha puesto de moda el canivalismo?
Joder, leyendo muchos comentarios me doy cuenta de que mi familia es de las mejorcitas. Que tenemos de todo, eh, pero desde luego nuestras cenas son de puta madre.
Me habéis hecho la resaca un poquito más soportable
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ubriquedesinformacion.wordpress.comMenos yo, que las pasaré currando. ¡Yupi!
Los cuñados llevan todo el año preparándose para estas emblemáticas fechas