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Se jubila el señor que repartía caramelos con droga en la puerta de los colegios

Este personaje, a caballo entre la realidad y el mito, alcanzó la popularidad a mediados de los años 80. Su indispensable labor social consistía en facilitar caramelos rellenos de opiáceos alcaloideos a los niños que, presurosos salían de los colegios. Droga que difícilmente hubieran encotrado en otros lugares.

| etiquetas: drogas , leyendas urbanas , bulos
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Hijo de puta, que le jodan. Jamás me dio uno, y mira que iba al colegio hasta que descubrí que había gente que vendía las drogas y ya no tuve necesidad de volver
El hombre de los caramelos.
Que decía la Osquestra Mondragón.
"Este personaje, a caballo entre la realidad y el mito"; Siempre iba y venia con el caballo.

menéame