Hace 7 años | Por ccguy a yorokobu.es
Publicado hace 7 años por ccguy a yorokobu.es

Eso de que el cliente siempre tiene la razón no siempre se cumple. Al menos cuando el cliente es Nelson Rockefeller y los contratados, Diego Rivera y Frida Kahlo. Uno no estaba acostumbrado a que le dijeran que no y los otros estaban hartos de decir sí. En 1933, Diego Rivera y Frida Kahlo llegaron a Nueva York invitados por el Museo de Arte Moderno. La institución alojaría a los artistas y pondría a su disposición un estudio para que Rivera pintase cinco murales para una muestra individual.

Comentarios

D

Un auténtico troll de la epoca pre internet, estoy convencido de que aceptó el encargo con la intención de provocar