El cine Iberoamericano que pudo verse en Méjico reflejaba sensibilidades culturales que se encuentran en oposición a la corriente general que aliena, en interés de las oligarquías, a la mayor parte del público.
"Una historia que no pretende que juzguemos sino que comprendamos una relación, una obsesión, un método de cobrarse las deudas pendientes. Y una vez más de una mujer, ya que una de las formas que tiene el cine Iberoamericano de sumarse a la pelea por la transformación social es dando, y con razón, por periclitada la cosmovisión masculina. Leandra Leal, la actriz protagonista, ofrece un recital de sincronía con la textura de la trama, porque más allá de los gestos, o la convicción ensayada de los parlamentos, está el ser capaz de reflejar en un rostro la esencia última de la historia que se porta."
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"Una historia que no pretende que juzguemos sino que comprendamos una relación, una obsesión, un método de cobrarse las deudas pendientes. Y una vez más de una mujer, ya que una de las formas que tiene el cine Iberoamericano de sumarse a la pelea por la transformación social es dando, y con razón, por periclitada la cosmovisión masculina. Leandra Leal, la actriz protagonista, ofrece un recital de sincronía con la textura de la trama, porque más allá de los gestos, o la convicción ensayada de los parlamentos, está el ser capaz de reflejar en un rostro la esencia última de la historia que se porta."