Érase una vez una chica cuya madre se murió de cáncer de pulmón. Sé que no es la mejor manera de comenzar una historia, pero este hecho desencadenó todo lo que vino después.
Aquí cobra importancia lo del veganismo: ni siquiera tenía los típicos papeles donde se envuelve la carne o el pescado. Ni, consecuentemente, los restos de dichas comidas
Tonteriaca de las buenas.
A ver, si esa chica llevaba su propia taza a la cafetería para que no le dieran una de plástico, podría haber llevado a su bolsita para que le metieran los filetes. Además, ahora resulta que la fruta/verdura no tiene desperdicios.
Por otro lado, está historia nos cuenta lo positivo que puede ser tener un propósito y lo bien que sienta tener control sobre él.
Básicamente es el relato de cualquier libro de autoayuda, que está muy bien, es muy bonito, pero que ya sabemos cómo acaba.
#4 Los restos de fruta y verdura los tiras al compostaje.
Lo de la taza es bastante estúpido, ya que a no ser que te lo pidas para llevar, te lo sirven en taza (o eres un cool que te gusta beber mierda del Starbucks pensando que ea café).
Comentario al margen.
¿Por qué algunas personas cuando adoptan algo tienen la necesidad de salir a hacer proselitismo.? Léase veganismo, software libre, running, Podemos, etc.
#3 Por solidaridad. El ser humano es un ser social y haciendo proselitismo queremos que los demás congéneres estén igual de bien que nosotros con lo que nosotros estamos bien, por eso difundimos lo que a nosotros nos parece mejor pensando —a veces con razón y otras sin ella— que lo que a nosotros nos funciona, le funcionará igual de bien al resto del mundo.
Eso sí, ahora todas esas cosas hay que argumentarlas, no vale con “lo mío es lo mejor” y ya.
Comentarios
Lo de reducir y reutilizar nos lo pasamos por el forro. Lo bueno para la naturaleza es reciclar. Sobre todo cuando el reciclado es el negocio de unos pocos:
https://www.ecoembes.com/es/ciudadanos/sobre-nosotros/informacion-corporativa/gobierno-corporativo/organos-de-gobierno/junta-general-de-accionistas
Meneo porque el cuento en sí, leído superficialmente, es una chorrada. Pero es lo que dice #1. Lo importante es lo que hacía la chica, no reciclar.
Aquí cobra importancia lo del veganismo: ni siquiera tenía los típicos papeles donde se envuelve la carne o el pescado. Ni, consecuentemente, los restos de dichas comidas
Tonteriaca de las buenas.
A ver, si esa chica llevaba su propia taza a la cafetería para que no le dieran una de plástico, podría haber llevado a su bolsita para que le metieran los filetes. Además, ahora resulta que la fruta/verdura no tiene desperdicios.
Por otro lado, está historia nos cuenta lo positivo que puede ser tener un propósito y lo bien que sienta tener control sobre él.
Básicamente es el relato de cualquier libro de autoayuda, que está muy bien, es muy bonito, pero que ya sabemos cómo acaba.
#4 Los restos de fruta y verdura los tiras al compostaje.
Lo de la taza es bastante estúpido, ya que a no ser que te lo pidas para llevar, te lo sirven en taza (o eres un cool que te gusta beber mierda del Starbucks pensando que ea café).
A mi todo esto me huele a trola.
#5 puedes comprar carne deshuesada y/o triturar los huesos.
Yo.me la creo, será que tenemos claro lo que va en la bolsa amarilla...
Comentario al margen.
¿Por qué algunas personas cuando adoptan algo tienen la necesidad de salir a hacer proselitismo.? Léase veganismo, software libre, running, Podemos, etc.
#3 Por solidaridad. El ser humano es un ser social y haciendo proselitismo queremos que los demás congéneres estén igual de bien que nosotros con lo que nosotros estamos bien, por eso difundimos lo que a nosotros nos parece mejor pensando —a veces con razón y otras sin ella— que lo que a nosotros nos funciona, le funcionará igual de bien al resto del mundo.
Eso sí, ahora todas esas cosas hay que argumentarlas, no vale con “lo mío es lo mejor” y ya.