Hace 4 años | Por MellamoMulo a agenteprovocador.es
Publicado hace 4 años por MellamoMulo a agenteprovocador.es

Sostenía con firmeza y determinación su hermoso bastón acabado en una calavera, un cráneo en miniatura que le servía de recordatorio para sus investigaciones que, con frecuencia, se basaban en largas paseos en los que tomaba notas de todo cuanto veía y tocaba. Con el tiempo, el bastón y memento mori de Charles Darwin se hizo célebre en una costumbre que, entre los victorianos, parecía algo bastante usual. La vida es efímera y Darwin, con cada empuñadura, lo recordaba.

Comentarios

skaworld

Siempre quise tener uno de esos con estilete para enfrentarme a esos molestos detectives victorianos que siempre intentan desbaratar mis planes de dominación mundial