Siento una sensación extraña siempre que deseo volver a mi niñez, porque sé que es imposible reaparecer en aquella cálida tarde de verano del 2006, cuando mi padre y yo —durante la final del Mundial entre Alemania e Italia— nos reímos a carcajadas en el momento en que Andrés Montes dijo: “Imagínate que tu hija se presenta en casa con un chico que se llama Mertesacker”.
Montes decía todas esas chorradas por las que se hizo conocido (o mejor dicho, más conocido) porque no le gustaba el fútbol y era la única forma que tenía de aguantarlo.
Los aficionados al baloncesto dejaron de tener un mítico narrador de baloncesto para ganar a otro mal comentarista de fútbol.
#3 recuerdo que el último año de NBA de Montes fue infumable. Te digo yo que me los veía todos. Ya debía estar planeando su marcha a la sexta porque se sentía, con razón, ninguneado (al igual que luego se sintió Daimiel), y sobre todo porque la oferta de la sexta era cien veces mejor. Yo siempre le recordaré por sus años buenos y los momentos míticos que dio a la tele y a todos nosotros.
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Montes decía todas esas chorradas por las que se hizo conocido (o mejor dicho, más conocido) porque no le gustaba el fútbol y era la única forma que tenía de aguantarlo.
Los aficionados al baloncesto dejaron de tener un mítico narrador de baloncesto para ganar a otro mal comentarista de fútbol.
#3 recuerdo que el último año de NBA de Montes fue infumable. Te digo yo que me los veía todos. Ya debía estar planeando su marcha a la sexta porque se sentía, con razón, ninguneado (al igual que luego se sintió Daimiel), y sobre todo porque la oferta de la sexta era cien veces mejor. Yo siempre le recordaré por sus años buenos y los momentos míticos que dio a la tele y a todos nosotros.
2006 niñez. Joder, que envidia.
La Final fue Francia - Italia.