Nacemos. Punto. Vivimos jugando hasta ser parte del sistema. Punto. Somos un engranaje de sistema hasta perdernos a nosotros mismos. Punto y aparte. Sí, hay una vida más allá, oscuros secretos que son parte de nosotros, secretos que es difícil contar… Puntos suspensivos. A veces, nuestras vidas son tan inútiles como un punto y coma, dos puntos: nadie sabe para qué sirven. Toda vida termina. Morimos. No hay más. Punto y final.