Reclamación en el Paraíso

Al camello le fue tan bien en el Paraíso vendiendo manzanas con efectos inesperados que, cuando las cosas fueron mal, consiguió que le echasen la culpa a la serpiente.

La serpiente, viéndose injustamente acusada, cogió una terrible pataleta y se enfrentó al Creador, o gerente del Paraíso, de lo que resultó que le quitaron las piernas para que no patalease más.

La justicia sigue igual desde entonces.