El cura alza el datáfono y comienza la oración:
—En el nombre de Mises, Hoppe y el espíritu de la Mano Invisible.
—Amén.
Se sirve una copa de vino y publica las cotizaciones de hoy en la pizarra electrónica.
—Hoy patrocina mi desayuno Supermercados Mercabrones —despliega la publicidad tras el altar y se sienta dispuesto a comer sobre el mismo.
Unos niños harapientos le sirven viandas. Algunos feligreses solicitan comprar vino. Otros se dan hostias unos a otros.
La mañana termina con la criptosubasta: un par de pisos, aparatos tecnológicos... a Claudia ya le ha venido la regla (eso afirma su mamá), así que también su virginidad.
Los niños harapientos barren todos los desperdicios dentro del templo. Descubren el cadáver de uno de los toxicómanos habituales. ¡Esta noche en todas sus chabolas tendrán cena!