¡Qué bien terminado está! ¡Qué bien pintado todo! Los muros bien construidos, sin imperfecciones, buen acabado...
A veces, tenía su puntito de envidia. Todos los elogios se los llevaban los demás... salvo por las poquitas veces que se ve sus trabajos (los grifos y poco más), un trabajo completamente oculto. Salvo que haya una avería y haya que abrir, un trabajo completamente invisible.
No es por quitarles mérito a los demás, que los tienen, y claro que es importante, pero eso de que las tuberías y las cloacas no se vieran hacía más difícil que sus hijos explicaran a sus amigos de qué trabajaba su padre. Solía usar eufemismos o explicaciones largas hasta que se aburrían. Sería un trabajo muy difícil de hacer, durante tanto tiempo, si no fuera fontanero vocacional.