Juan tuvo la osadía de hablar directamente con Wolfgang, uno de los subordinados de Hans, experto micromanager. Hablaron sobre un proyecto futuro y Wolfgang mencionó que se iba de vacaciones pronto, así que hablaron de eso. Hans se montó una película y empezó con una pataleta. Juan intentó explicar de forma calmada la situación, y cómo el proyecto corría prisa y que habría que externalizarlo. Hans continuó su pataleta, vociferando algo sobre responsabilidades y que todo debe pasar por su mesa. Para un proyecto posterior, Juan fue directamente a Hans, explicándolo con todo detalle. Esta pataleta fue silenciosa: Hans se limitó a no informar a Juan de que la máquina a la que hubo que hacer mantenimiento ya estaba operativa, y la había dejado sin funcionar dos meses, retrasando varios proyectos. Hoy Wolfgang está jubilado, Juan sigue con sus proyectos y Hans está en paro, con sus pataletas.