– Borrón –

Como cada día, Violet hizo sus abluciones matinales, tomó un poco de mijo con miel, que la mantendría hasta el mediodía, y se puso a ello, a escribir, su pasión, su motivo de vivir: inventar historias, contar cuentos, crear personajes…

Pero últimamente, dada la situación, estaba escribiendo sobre lo que acontecía en su país, en su ciudad: cada vez la asustaban más esos uniformes oscuros, esas voces autoritarias, ese odio en los ojos.

Así que se sentó, tomó su pluma, la afiló un poco, la mojó en el tintero y se puso a ello:

-"La situación es insostenible, la represión…"

Dio un respingo en la silla: lo que acababa de escribir tenía una mancha de tinta encima. Se frotó los ojos:

-La pluma está mal…- pensó

Agarró otra, vuelta a empezar. De nuevo, comprobó con horror, sus palabras eran sistemáticamente tachadas. De repente, unos golpes en la puerta:

-¡Abra, Gestapo!