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Mafia Farmacéutica detrás de las elecciones en E.E.U.U. Antecentes más recientes.

(Artículo de Miguel Jara, http://www.migueljara.com/ )

La industria farmacéutica tiene bien definido su candidato para las elecciones presidenciales de noviembre de 2004 en Estados Unidos. Su apuesta, en la que juega miles de millones de dólares es una suerte de Partido Demócrata Republicano de George Bush-John Kerry. No podía ser de otro modo: la industria, como la banca en el particular juego de la vida, siempre gana. Financiar partidos vencedores, y en el nuevo orden mundial suele haber sólo dos por país, véase el caso de E.E.U.U. o el del Estado español, es una vieja costumbre del nuevo orden global. Con independencia de quien ocupe el puesto de mando en la Casa Blanca, el resultado para las multinacionales que gestionan la enfermedad será mayor acumulación de poder, como viene sucediendo durante los últimos años gracias a las "subvenciones" que ofrecen a ambas candidaturas.

Para hacernos una idea del poder de influencia de la industria farmacéutica en las elecciones en E.E.U.U., es muy ilustrativo que observemos lo sucedido en los comicios parciales celebrados en Noviembre de 2002, en los que el Partido Republicano consiguió la mayoría absoluta en el Senado y aumentó la que ya tenía en la Cámara de Representantes. Hace dos años los candidatos republicanos al Congreso de Estados Unidos recibieron para su campaña más de 30 millones de dólares provenientes de la industria farmacéutica. Los laboratorios que más contribuyeron fueron Eli Lilly, Bristol-Myers Squibb, Pfizer y GlaxoSmithKline. En aquellos momentos las corporaciones deseaban vencer la resistencia de algunos legisladores que intentaban rebajar el precio de los fármacos dispensados con receta. Al menos en parte, tras la victoria del Partido Republicano, el lobby farmacéutico se salió con la suya.

Nunca antes la industria farmacéutica había acumulado tanto poder. Este fortísimo grupo de presión es generoso con el gobierno Bush y lo ha apoyado en proporción a los dividendos que éste le reporta legislando a su favor. En Abril de 2002 se publicó la lista Fortune 500, que incluye a las empresas y personas más ricas del mundo. La industria farmacéutica aparece a la cabeza de los tres medidores, por encima de todos los otros grandes grupos de presión. Es la número uno en ganancias, en beneficios por capital y figura en segundo lugar en rentabilidad para sus accionistas.

Frank Clemente, responsable de la agrupación de Vigilancia del Congreso de Public Citizen, ha afirmado basándose en un informe de esta organización: "Durante un año en el que se habló mucho de sacrificarse por el interés nacional, los laboratorios aumentaron sus sorprendentes beneficios subiendo el precio de las recetas, lanzando para algunos remedios más publicidad que las zapatillas Nike, y haciendo lobby exitosamente para lograr lucrativas prórrogas de patentes monopolistas. A veces, lo que es mejor para los accionistas y los ejecutivos no es lo mejor para todos los norteamericanos, particularmente para los de la tercera edad que carecen de seguros sociales para la prescripción de remedios".

Algunos datos confirman el aumento de poder de la industria farmacéutica. Durante el año 2001 los beneficios de buena parte de las empresas que figuran en la lista Fortune bajaron un 53%. Pero los diez fabricantes líderes de la farmacia aumentaron sus ganancias en un 33%, según el análisis de Public Citizen.

Las dos corporaciones que registraron más ganancias -Pfizer y Merck- eran dueños ese año de la mayoría de los medicamentos "superventas". Pfizer lideró a los laboratorios con beneficios de 7.800 millones de dólares en 2001. Esta cifra es similar a la suma de las ganancias de las 500 compañías de Fortune en los sectores de la construcción de viviendas, indumentaria, ferrocarriles y publicidad combinados.

Merck fue el segundo de los laboratorios con mayor rentabilidad, con un neto de 7300 millones de dólares: más que el total de beneficios de todas las empresas aparecidas esa temporada en Fortune 500 en las secciones de semiconductores, cañerías, alimentación, minería y producción de petróleo crudo, hostelería, casinos y centros turísticos.

Las multinacionales farmacéuticas mejoran su rentabilidad y en proporción crece su "generosidad" con los partidos políticos del sistema. La industria de la enfermedad registró su primera victoria como grupo de presión con la aprobación de una de las leyes más importantes gestionadas por el Congreso cuando todavía estaba controlado por el Partido Demócrata. Durante la creación de la Oficina de Seguridad Nacional, Dick Armey, un republicano de Tejas, logró que se ratificara una nueva norma ante el despiste general, ya que ni los propios senadores republicanos la conocían. Ésta exime a la industria de responsabilidades legales en caso de que alguna vacuna defectuosa provoque daños en las personas. Armey es uno de los responsables del bufete de abogados que ha gestionado la concesión de la Medalla del Congreso de Estados Unidos al ex presidente español José María Aznar.

Según Open Secrets, una fuente de información electrónica del Centro para Política Responsable sobre asuntos financieros, este mandato favorece al gigante farmacéutico Lilly, que como hemos mencionado es una de las corporaciones que más ha gastado en "ayudar" a los republicanos, con 1,6 millones de dólares. Lilly por estas fechas tenía varias demandas pendientes porque el excipiente de una de sus vacunas, timerosal, puede provocar autismo.

Toda vez que han cumplido su objetivo de aupar a la mayoría absoluta del Senado al Partido Republicano, las multinacionales farmacéuticas estadounidenses recuperan la inversión realizada. Otra de las grandes preocupaciones de la industria es modificar la legislación sobre las prescripciones de 40 millones de ancianos y perceptores de la ayuda pública del Medicare (el programa federal para personas jubiladas y para inválidas).

El sector farmacéutico presiona porque teme que haya un control de precios y que se elaboren listas de medicamentos beneficiados genéricos. La batalla se centra en que no se aprueben con rapidez estos últimos, que se impida la compra de medicinas baratas en Canadá o México, se prohíban los anuncios de dichos productos, y no se limiten las demandas por daños.

Durante los últimos años la industria farmacéutica está desarrollando nuevos productos basados en los numerosos estudios biotecnológicos que realiza. Uno de los objetivos de las corporaciones es que estos artículos salgan a la venta en un tiempo récord de entre cuatro y siete años. También intentan reducir el tiempo de vida útil de los medicamentos. Un ejemplo es la cefalosporina inyectable que se utiliza para combatir infecciones bacterianas y que apareció en las farmacias a mediados de los años 60. Doce temporadas más tarde, las ventas de la segunda generación de este fármaco superaron a las de la primera y los beneficios obtenidos con la comercialización de la cuarta entrega del medicamento han sobrepasado lo conseguido con la tercera en el plazo de un año. Hoy la cefalosporina inyectable más utilizada en el mundo es propiedad de la empresa Roche, según explican los responsables de la marca.

Otro de los resultados favorables para el complejo farmacéutico que produce esta particular compra de conciencias se remonta a Diciembre de 2002. Según una información de L. Elliott y C. Denny en The Guardian, el vicepresidente de E.E.U.U., Dick Cheney, en respuesta al intenso cabildeo que los gigantes de la industria farmacéutica realizaron en meses anteriores en la Casa Blanca, bloqueó el pacto global para para proveer medicamentos baratos a los países en vías de desarrollo que por aquellos días discutían los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC). E.E.U.U. se negó a flexibilizar las leyes globales de patentes que mantienen los precios de los medicamentos por encima de lo que la mayoría de los países en vías de desarrollo puede pagar. "Las conversaciones en la sede de la OMC de Ginebra se vinieron abajo anoche cuando la Casa Blanca eliminó un pacto que hubiera permitido que una gama amplia de medicamentos que pueden salvar la vida fuera importada por países de África, Asia y América Latina a precios rebajados", explica el prestigioso periódico británico.

Citando fuentes en Ginebra, The Guardian argumenta que la estrategia de negociación fue realizada directamente por la Casa Blanca a través de Cheney, que movilizó al interlocutor adecuado, en este caso Robert Zoellick, representante de Comercio de EE.U.U. Zoellick facilitó el que se favoreciese el acceso a medicamentos a precios razonables en la reunión de la OMC de Doha, en la que se prometió a países en vías de desarrollo que por razones de salud pública podrían hacer caso omiso de las leyes de patentes.

Quien no lo ve así es Richard Markham, vicepresidente de Aventis, como quedó patente, nunca mejor dicho, en una entrevista publicada por el diario madrileño El País el Jueves 10 de Julio de 2003. La pregunta del periodista era la siguiente: "Uno de los temas más polémicos que debatirán los 146 países miembros de la OMC en Cancún será el del acceso a medicinas a bajo coste para los más pobres y la posibilidad de que países en vías de desarrollo puedan producir genéricos. ¿Cuál es la posición de Aventis?". Markham respondió que las condiciones para que esto saliera adelante estaban dadas y alegó: "La industria farmacéutica nunca se ha opuesto a ello. Sin embargo, lo que nos preocupa es que, al margen del acuerdo que se alcance, éste se implemente para lograr el fin para el que fue pactado. Esto es, que unos genéricos lleguen a la gente que realmente los necesita y especialmente a países que no tengan las infraestructuras necesarias para fabricar estos medicamentos".

Tras las aparentes buenas intenciones de este neoyorquino, vicepresidente del segundo grupo farmacéutico del mundo, se esconde el miedo a la competencia y a la pérdida de beneficios, por encima de consideraciones humanas. Esto queda claro a continuación cuando expone: "Lo que no queremos es que este acuerdo sea utilizado por industrias en países relativamente desarrollados (sic) para beneficiarse de la libertad de disponer de las patentes". Oír hablar de libertad en boca de esta persona asusta. Él mismo explica que la única libertad que entiende es la de las patentes; como estamos viendo son la mejor fórmula que las grandes corporaciones han encontrado para ejercer la tiranía en el mercado. Al referirse el señor Markham a "la gente realmente necesitada" cabe recordar que su compañía, Aventis, junto con Monsanto, es responsable del envío de "ayuda alimentaria" con organismos genéticamente modificados a países como Nicaragua.

http://www.laprensa.com.ni/2016/10/12/nacionales/2115641-nicaragua-hambre-moderada
http://www.nacion.com/mundo/latinoamerica/Sequia-riesgo-hambruna-familias-nicaraguenses_0_1434056782.html
http://www.elnuevodiario.com.ni/internacionales/420500-hambre-amenaza-37-paises-pese-abundantes-cosechas/
http://www.cepal.org/es/publicaciones/3583-costo-hambre-impacto-social-economico-la-desnutricion-infantil-centroamerica

The Guardian argumenta que "la industria farmacéutica de E.E.U.U. había expresado unas horas antes su confianza en que el cabildeo a la Administración Bush iba a darle buen rédito". Shannon Herzfeld, de la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), una organización que agrupa a las compañías farmacéuticas más poderosas de E.E.U.U., declaró a Inside US Trade (una revistas especializada en comercio): "No tengo ninguna indicación de que el gobierno de E.E.U.U. esté cambiando su posición al respecto".

Más recientemente, el 18 de Febrero de 2003, tratando el asunto de las donaciones políticas de PhRMA, el mismo rotativo del Reino Unido, en un artículo de S. Boseley, afirmaba que los ejecutivos de las compañías farmacéuticas más importantes se reunieron en Virginia para estudiar de qué manera su inversión podría lograr leyes "amigas". Entre los participantes estaba: Robert Essner, presidente de Wyeth; Meter R. Roland, de Bristol-Myers Squibb; Sydney Laurel, de Eli Lilly, y Raymond V. Gilmartin, de Merck. Uno de los temas discutidos fue cómo bloquear propuestas que pudieran reducir su margen de beneficio mediante la reducción de los precios o facilitando que los consumidores tuvieran acceso a medicamentos genéricos. Los ejecutivos de la industria confirmaron su satisfacción por el resultado de las elecciones, pero estaban cautos por la presión de los consumidores americanos que exigían que se redujeran los costes de los fármacos, indicaba The Guardian.

En el mismo artículo se cita que, según Public Citizen, en los seis últimos años la industria farmacéutica ha gastado 500 millones de dólares en presionar para conseguir sus intereses y emplea a 600 de estos profesionales de la especulación (entre ellos, 24 ex miembros del Congreso). "Además, la industria ayudó a pagar 15 millones de anuncios de televisión a favor de candidatos republicanos. Lo hizo utilizando grupos que reciben dinero de la industria como la Asociación de Ciudadanos Mayores Unidos (United Seniors Association). El presidente del Senate Finance Comitee, un demócrata de Montana, hasta el 21 de Octubre de 2002 había recibido 114000 dólares en contribuciones de ejecutivos de compañías farmacéuticas, de productores de suministros para la salud, y de los comités políticos de la industria. Su sucesor, un republicano de Iowa, recibió alrededor de 100.000. En la Cámara de Diputados, el jefe del Comité de Energía y Comercio, otro republicano, recibió alrededor de 100000 dólares, y el representante demócrata del mismo comité una cantidad parecida. La que más había recibido hasta el 21 de Octubre era la representante Nancy Johnson, una republicana de Connecticut que preside el Subcomité de Salud. Johnson también obtuvo 700000 dólares de una organización que recibe dinero de la industria para publicidad televisiva", concluye The Guardian.

En ocasiones, la Administración Bush ha advertido que las técnicas que utiliza la industria farmacéutica para vender pueden ser ilegales según las leyes antifraude del país. Uno de los últimos toques de atención se produjo durante el año 2003. Las corporaciones han recibido una guía sobre cómo comportarse de manera ética. El documento explica que no debe comprarse a médicos, farmacéuticos, responsables de compra en hospitales o aseguradoras, con regalos o dinero. El informe tiene la particularidad de que ha sido revisado convenientemente por la propia interesada, ya que, antes de hacerse público, las empresas farmacéuticas pusieron objeciones a varios puntos de la guía cuando el gobierno se la mostró en Octubre de 2002.

https://www.youtube.com/watch?v=a5G22iu6f8A

Prácticas ilegales de la industria farmacéutica sí, pero lejos de recibir castigo la Administración casi pide perdón por echárselo en cara. La baraja sólo tiene dos cartas y están en posesión de las corporaciones farmacéuticas. El juego está decidido.

http://medicamentalia.org/es/

Comentarios

D

lo mejor, las etiquetas lol

D

http://elpaissemanal.elpais.com/columna/rosa-montero-consumidores/

"[...] Las farmacéuticas ganan más que los vendedores de armas o la telecomunicación. La Lista Fortune (500 mayores empresas del mundo) de 2002 mostraba que los beneficios de las 10 mayores farmacéuticas superaban la suma de beneficios de las otras 490 empresas. Son los verdaderos dueños del mundo, y son feroces. [...] Ahora mismo estamos en medio de una de esas campañas. ¿No les choca la repentina obsesión científica que le ha entrado a nuestra, en general, acientífica sociedad para denunciar la homeopatía? Llevamos meses de un machaque tan orquestado y pertinaz que no puede ser casual. Me parece bien advertir del peligro de usar sólo homeopatía, pero alucina ver tanta furia contra una práctica barata y desde luego inocua, mientras que los muertos por efectos secundarios de las medicinas alopáticas son un goteo constante: en España triplican a las víctimas de tráfico. Cierto, la disolución de los supuestos principios homeopáticos es tan alta que parecería que los granos son simple azúcar. Pero aunque sólo fuera por el efecto placebo, servirían sin riesgo para mejorar la salud. Y sobre todo es que no soporto que estos laboratorios, que dedican el 90% de su presupuesto a enfermedades que sólo padece el 10% de la población mundial; que inventan dolencias para medicalizar a la gente (convertir a los tímidos en fóbicos sociales); que crean alarma para forrarse (el Tamiflú y la gripe A); que tienen más beneficios que los bancos; que ponen precios salvajes a los fármacos (el tratamiento contra la hepatitis C); que dicen que esos precios son para costear la investigación, cuando Gobiernos y consumidores les pagamos el 84% de la misma y los laboratorios dedican el 13% de su presupuesto a investigar y un 30%-35% a marketing (fuente: Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública / nuevatribuna.es)… Que esa gente se erija en adalid de la pureza científica, en fin, no es de recibo."

A mí lo que me choca más, Rosa Montero, es que el buen Emilio Aragón hiciera una serie de trasplantados (basada en decenas de observaciones llevadas a cabo por aquella investigadora franco-canadiense) y en Menéame la tiraran literalmente por tierra llamando a ese gran hombre "mentiroso" y tal... mientras que aquella gran película de Kevin Costner, la de "Dragonfly" (basada en hechos reales), tuviera tan buena crítica y aún a día de hoy la veamos con tanta ilusión. Qué raro todo, ¿verdad, Rosa? ¿De qué año era aquella película? ¿O a lo mejor es que lo sobrenatural está bien si el Papi Yanqui así nos lo dice? ¿Si vemos un fantasma llamamos a Trump y le preguntamos qué opina?

D

En fin, qué raro todo.

D

ailianailianpaninopaninoRipioRipio@endingman Vamos a divertirnos un rato todos juntitos, venga.

panino

#1 ¿No me prometiste más diversión?

D

#5 Se ha ido y ha deshecho la cuenta
Así que no te va a leer
Y tú has perdido el tiempo respondiéndole lol lol lol lol lol lol
Divertido sí que lo ha sido